viernes, 31 de agosto de 2007

Y......CIEN

Ladys and gentlemans, monsieurdam, señoras y señores, amigos, amigas....tachaaaan, quedan ustedes invitados al banquete virtual que, con motivo de la entrada número cien de este Blog, se celebrará en el marco incomparable del Bar Maravillas, que abre de nuevo el próximo lunes, tres de septiembre. El banquete se celebrará a las 14’30 horas de dicho día.

El once de junio pasado compartimos una fiesta virtual en la isla de Madagascar, con motivo de la entrada número cincuenta. Estoy pensando en moderar el número de entradas del blog, no solo porque, a este ritmo, en tres años me voy a plantar en seiscientas y eso hará superfluas estas celebraciones, con una lamentable pérdida del sentido lúdico de este soporte comunicacional, sino por el riesgo de que los señores de Mozilla Firefox me llamen la atención por la escandalosa falta de vínculos entre el ciberespacio ocupado por mi y el nivel de objetivos --que es como ellos llaman a las pelas de publicidad que circulan por el blog-- alcanzado.

Le he preguntado a Toni, el jefe del Maravillas, que estos días anda subido a una escalera, pintando y adecentando el local para la celebración, si tendría inconveniente en aceptar la colaboración de Quique Dacosta para este evento, quien ha manifestado su ferviente deseo de trabajar junto a el. Después le he puesto un e-mail a Dacosta, preguntándole si tendría inconveniente en aceptar la colaboración de Toni para el evento, quien ha manifestado su ferviente deseo de trabajar con el. Con los genios de la creación gastronómica hay que ser muy diplomático. Su ego está tan desarrollado como el de los escritores.

Dacosta es un tío de lo mas creativo que hay por aquí. Me encanta su punto de vista sobre los mejillones. Los prefiere crudos, después de bien depurados. El ha sugerido un tinto Petrus, porque dice que la colina calcárea donde se vendimian sus uvas es un lugar mágico. Ha proscrito los vinos blancos secos, sustituyéndolos por champagne Krug. Lo elabora en Reims una saga de origen alemán que se ha hecho centenaria en la región. Dice Dacosta que los alemanes, cuando se lo toman en serio, son capaces de hacer vino mejor que los franceses. Ha condescendido a servir al final un marc de champagne frío de Moet Chandon y ha impuesto un caviar elaborado a base de angulas de Aguinaga y pulpa de aceitunas negras andaluzas, además de un arroz con pulpo servido después de un complejo tratamiento. Primero se cuece, luego se plancha, se deshidrata y finalmente se vuelve a hidratar con el caldo del marisco. (Argilés/El País).

(Las afirmaciones que pongo en boca de Dacosta, excepto lo del mejillón, no son suyas. Dacosta no es ficción. El es real, afortunadamente para todos los que tienen acceso a los resultados de su trabajo)

Toni, por su parte, que ha concluido sus vacaciones en Galicia, ha vuelto desde Lugo con una vaca de raza gallega atada al paragolpes y una piedra robada del altar de Santiago apóstol y, como es lógico después del trabajo que se ha tomado, exige que el plato central del menú consista en chuletón a la piedra, con el punto que ha estado ensayando durante su estancia allí. Nada de preguntarle al personal, la quiere mas o menos hecha?. El personal no tiene voz ni voto, cuando se trata del punto perfecto.

Además de las propuestas de Toni y Dacosta, se aceptarán, naturalmente, vía comentarios, todas las sugerencias líquidas, sólidas y gaseosas que se reciban hasta doce horas antes de la fecha y hora señalada para el ágape. La moderación de los comentarios será responsabilidad de Dacosta&Toni y el criterio para moderarlos será el grado de aportación al enriquecimiento del acontecimiento virtual que se celebra, valorado según su personal punto de vista.

Aprovechando que mi hija ha vuelto de Baleares y ha traído un pastel ibicenco de queso y hierbabuena, les he sugerido a Toni&Dacosta ponerlo de postre, y me han dicho que de ninguna manera. El postre será una ensalada con queso de Idiázabal frito, aros de cebolla confitada y confitura de arándanos.

Esto es todo. Buen provecho.

Lohengrin. 31-08-07

SILENCIO









































Lohengrin. 31-08-07

OJOS

Los ojos son ventanas a través de las que se pueden mirar los interiores del alma. Los médicos antiguos, que utilizaban la silla como medio de diagnóstico, sentaban a sus pacientes frente a ellos y a través de la mirada establecían un diálogo con el hígado, el páncreas y los demás menudillos del doliente, adivinando, por el cromatismo de su iris, o la expresión de vivacidad o tristeza que evidenciaban sus ojos, con una fiabilidad asombrosa, el origen de su dolencia.

Con el progreso científico de los medios técnicos aplicados a la diagnosis, esa habilidad se ha sustituido por el uso de las máquinas, cuya eficacia es indudable, solo que alguna vez se confunde algún papel, con el inevitable riesgo estadístico de que le atribuyen a uno algún pulmón que no es suyo.

Pero la importancia de los ojos en las relaciones interpersonales no se reduce a los aspectos médicos. Charlotte Rampling ¿se escribe así?, tiene los ojos mas seductores del cine europeo, yo los vi por primera vez cuando se proyectaba Portero de Noche en París y, de haber sido tan mitómano como mi amigo José Luís, que se enamoró de Julie Christie cuando la vio en Doctor Zhivago, me hubiera hecho foquista, como el, para perseguirla por los rodajes.

Es un misterio insondable porqué, algunas personas, están dotadas con ese potente lenguaje mudo en su mirada y otras no. Aunque, ahora, los genetistas parece que están aportando bastante luz al asunto. Para los demás, la gente corriente, quienes no sabemos, o no podemos, usar la mirada como un medio de seducción o de poder, de persuasión o de comunicación intensa, los ojos siguen siendo un órgano esencial para la vida. Se puede ir por ahí con un riñón menos, o con alguna extremidad seccionada, nada de eso impide una vida relativamente normal, pero la pérdida de la visión, como ya explicó Sábato en su universo literario tan vinculado a la ceguera, no solo es un daño físico irreparable, sino que le da la vuelta al alma, hasta convertir a quien la cobija en un extraño de si mismo.

Entre esos dos extremos, la mirada excepcional en si misma, y la falta de visión, hay toda una extensa gama de órganos visuales y de formas de mirar, generalmente vinculadas a la personalidad de quien mira, y al uso que ha hecho de ellas, por su profesión, por sus vicios o virtudes en el cuidado de los ojos, por su dotación genética, por su posición social y por sus estados de ánimo. Todos estos elementos se reflejan, para quien sepa verlos, en las miradas ajenas, como también-en la propia.

El País publica hoy una fotografía, algo maliciosa, me parece a mí, en la que aparece Rajoy, ese registrador de la propiedad, gallego, al que cada vez se le percibe mas inseguro de su posición en su propia tribu. El pie de la foto dice así: Rajoy: “Veo mi sucesión muy lejos”. Lo de maliciosa lo percibo yo, porque, en la imagen reproducida a tres columnas, aparece el personaje mirando por una cámara cinematográfica cuyo objetivo es una gran lente, y uno no sabe si mirando por ahí, las cosas que están cerca se perciben mas lejanas, o al revés.

La mirada de este hombre responde exactamente a su currículo. Es la mirada de un registrador de la propiedad, gallego. Nada que comentar. Pero su sonrisa no puede disimular la mueca forzada, el rictus, producto en cierta medida del gesto forzado de su ojo al entrecerrarse para mirar por la cámara, pero también de la incomodidad de alguien que era casi feliz cuando estaba en un segundo plano y que se ha visto empujado a la primera línea de combate, tal vez contra su voluntad, con lo bien que se está en la retaguardia, en la intendencia, lejos de las molestas luces de los focos y de las cámaras, del fuego de primera línea.

La verdad, el asunto no me interesa demasiado, mas bien me aburre. Lo traigo aquí porque hoy he comenzado hablando de ojos, de miradas, y esa foto me ha entrado por los ojos, como también el titular, “EEUU ve con buenos ojos la candidatura de Sanz para la OTAN”.

He leído, en la página 24, el artículo que cuenta que el gobierno de España postula a este militar para la candidatura a la presidencia del Comité Militar de la OTAN, en competencia con otros militares, italiano y polaco, respectivamente.

No entiendo ni una palabra de estas cuestiones militares, pero me precio de conocer a las personas, incluso de acercarme a la percepción de los rasgos de carácter de algunas personas públicas. Por esa razón, apuesto a que el Sr. Bush, ese petrolero de Tejas que todavía preside USA, y que tiene sus propios ojos, personales, aparte de esos supuestos “ojos de EEUU” que cita el titular, elegirá al polaco, solo por joder a Putin. Ya se verá.

Lohengrin. 31-8-07

miércoles, 29 de agosto de 2007

PONIENTE

Solo quien vive cerca de la costa de Heliópolis puede tener una idea clara del terrible significado de la palabra Poniente para los habitantes de aquí. Vivir junto a una costa te sitúa en un hábitat fronterizo que cambia de manera radical según sople el viento del mar o de la meseta.

Así como el viento de tramontana en el norte de la costa catalana fue el precursor de la locura genial de Salvador Dalí, las estadísticas de incendios, suicidios y criminalidad de esta tierra están marcadas por la dirección del viento en el agosto tardío. Hoy es uno de esos días en los que el viento de poniente ha elevado las temperaturas por encima de los cuarenta y dos grados y el aire tiene una textura espesa que lo hace irrespirable.

Lo razonable en estos casos es confinarse en casa y no atreverse a salir a la calle, como aprendimos de nuestras abuelas cuando fuimos niños. Mi debilidad por el tabaco me ha empujado a olvidar ese consejo y, al pisar el asfalto, un viento abrasador ha envuelto mi maltrecho cuerpo, mientras el delirio del poniente se apoderaba de mi mente.

"Me he visto atado a un tótem, en una caverna de grandes dimensiones, en las rocosas. El anciano mas respetado de la tribu venía hacia mi y con un gesto ritual, mientras mantenía en su mano derecha una antorcha encendida, cerca del montón de leña que me rodeaba, me ha preguntado, no en su lengua, sino como si fuera un magistrado de la audiencia nacional --¿Tiene algo que declarar, antes de que se ejecute la sentencia?

La caverna, antes de que el anciano bajara el brazo, emitía una luz anaranjada como si toda ella estuviera en llamas y el calor era insoportable. Yo estaba desnudo, atado con unas ligaduras de cuero al tótem, que tenía una bonita cabeza policromada en su cúspide, aunque no me sentía en condiciones de apreciar los valores del arte étnico.

Como no sabía que contestar a la pregunta del anciano, para ganar tiempo dije, SI..

-Habla pues, que tienes que decir?

-Verá, no se de que se me acusa. Podría usted decirme porqué estoy aquí?

-La respuesta a tu pregunta está en tu conciencia. Tu debes conocer cuales han sido tus propios actos. Respóndete tu mismo. Luego, escucharé tu respuesta y si coincide con la causa de la sentencia, procederemos a ejecutarla. Si no coincide, la ejecutaremos igualmente, porque las decisiones de este tribunal son inapelables.

-Ya.....y, ¿de cuanto tiempo dispongo para esta introspección?

-Puedes tomarte el tiempo que quieras. El tormento de la propia conciencia es mas doloroso que el de las llamas...nadie ha esperado mas de una jornada para pedir el fuego...

-Entiendo.....de todos modos, lo intentaré...necesito saber porqué estoy aquí..antes de.. bueno..antes.

Me puse a buscar, sin demasiada prisa, lo admito, los comportamientos que me podían haber conducido, a lo largo de mi vida, a esta situación. Copié, si. en primaria...en secundaria....en la universidad....cuando hice el master...pero, joder, muchos copiaron y no los veo por aquí. No, será otra cosa. Pecados de la carne....bueenooo...pues como otros, supongo,....pero no los veo por aquí...sería una princesa india, aquella rubia con ojos verdes con la que me relacionaba en el chat? ...aquí tengo una duda, pero no he visto ordenadores en la caverna. El vicio del tabaco, será el vicio del tabaco.....joder, pero estos tíos fuman en pipa, no parecen unos puritanos.. En fin, repasé todos los decálogos que recordaba de la moral judeo cristiana y me pareció que había frecuentado casi todas las transgresiones, excepto la violencia física a otras personas. Entonces caí en la cuenta, los tipos que me habían atado al tótem y estaban a punto de darme fuego, no tenían pinta de seguir la moda judeo cristiana. Seguro que seguían unos estándares mas....étnicos. Asumí que sería incapaz de adivinar porque estaba allí, si no se lo preguntaba al viejo, y lo hice, sin importarme el desenlace. Me había picado la curiosidad.

-Mi conciencia no es capaz de decirme cual es la causa de mi destino. Dígamela usted.

-Hijo mío, la vida aquí es extremadamente dura y difícil. Es imposible sobrevivir sin unos fuertes lazos solidarios. Y de los guerreros se exige que sean valientes. Un guerrero cobarde pondría en riesgo la supervivencia de la tribu. Por eso castigamos con el fuego la cobardía. Tu estás aquí por cobarde, con el agravante de insolidario. Tu discurso, que hemos seguido, contiene elementos solidarios, pero tu vida, por mucho que hemos buscado, no ofrece trazas de esa conducta.

-Y la cobardía? porqué?

-Tu podrías haber sido un escritor brillante, pero tu temprana renuncia al riesgo y tu miedo al éxito, han malogrado una carrera literaria para la que te habían destinado los dioses, ofreciéndote la pulsión de la escritura de una manera generosa, que tu has desaprovechado con tu mezquindad. No solo has sido cobarde, has insultado a los dioses.

-Entonces?

-Hay que cumplir la sentencia.

El anciano acercó la antorcha encendida al montón de leña, y yo cerré los ojos."

Al abrirlos, me escuché decir, --Un paquete de Ducados, rubio,...el negro, no está a mi alcance.

Encendí un cigarrillo, para calmar la ansiedad de mi delirio. Crucé la calle, y al hacerlo, el viento de poniente envolvió mi maltrecho cuerpo, llevándose, de paso, el delirio que se alejaba de mi mente.

Lohengrin. 29-08-07

ESCRIBIR

Lo peor que le ha podido pasar al ego desmesurado, que también nos habita a tantos otros, de Umbral, es que la noticia de su óbito haya coincidido con la muerte de un futbolista, haciéndole compartir la primera página de los periódicos, aunque la foto del joven deportista Puerta aparece en un lugar central, a tres columnas, y la de Paco ocupa menos de media columna, al lado.

He leído que Paco era un esteta. El tratamiento gráfico informativo de ambas noticias también es un hecho estético. El hecho de que el fútbol predomine de modo cotidiano sobre la literatura, en la prensa escrita, la televisión, pero, sobre todo, en la radio, no es, como pudiera parecer, una prueba de la estética ramplona que domina estos tiempos, sino un simple reflejo de la realidad sociológica.

Quienes reclaman un culto público al escritor, mediante premios y otras ceremonias, olvidan que el antiguo prestigio de los escritores se fraguó cuando este era, no hace tanto, un país de analfabetos, donde centenares de miles de jóvenes se alfabetizaban en el servicio militar.

Los tiempos han cambiado mucho desde entonces. Siguen acudiendo a los estadios muchos mas seguidores que a las bibliotecas, pero la novedad es que los periodistas deportivos han tomado el poder en los medios de comunicación.

Reconozco una fobia irracional contra los periodistas deportivos radiofónicos, sobre todo cuando un tipo relata un evento de atletismo como si fuera un partido de fútbol.¿Porqué hablará así este tipo, me pregunto? Debe ser la estulticia, que entre ese grupo de profesionales está mas extendida que en otros.

La escritura, literaria y no literaria, ha alcanzado un nivel de democratización tan generalizado, que me parece fuera de lugar tratar de aplicar un estatus especial a quienes la practican con mayor acierto, conocimiento del lenguaje, arte o lirismo. Especialmente exagerado me parece el carácter de vaca sagrada que se le dispensa a Vargas Llosa, por poner un ejemplo, quien tiene la manía de poner el copyright a todo lo que publica. Entiendo la necesidad de las editoriales, y del propio Vargas, de vender la cabra, porque, al cabo y al fin, por debajo del flujo de la creatividad literaria circulan las aguas del negocio editorial o periodístico, pero es que en los propios periódicos, en las secciones de comunicación con los lectores, se leen con frecuencia ejemplos anónimos de un uso impecable del lenguaje, con muy escasas diferencias y aptitudes respecto de los escritores consagrados .En mi opinión, es un hecho que la escritura de calidad, se ha democratizado.

Quizás hay tantos modos de sentarse a escribir como escritores, pero así, a bote pronto, uno recuerda el que popularizó la película Primera Plana, ¿De Billy Wilder?. La urgencia de un periodismo escrito entre el fragor de los teclados de las máquinas de escribir manuales. Luego están los que tienen algo que contar, y lo cuentan, los narradores, de novela, cuento, los dramaturgos. Los científicos, los investigadores y los autores de manuales con un conocimiento profundo de su profesión, utilizan la escritura con la única pretensión de trasladar sus conocimientos o descubrimientos, aunque en muchos de ellos coincide el escritor literario. Sospecho que Paco era de otra estirpe. Aunque utilizaba la Olivetti, era un escritor que obedecía a una pulsión.

En algún lugar del cerebro, de ciertos cerebros, hay un enano escondido que, al levantarte por la mañana, cuando bajas a tomar café, das un vistazo al periódico, intercambias algunas palabras con los habituales de la tertulia y miras al cielo azul solo un instante, te empuja con una energía irracional para que des forma escrita a las imágenes, mas o menos literarias, que has visualizado durante la primera hora del día.

Una vez te sucede eso, el enano ya no te concede descanso hasta ver terminado, revisado y corregido el trabajo del día. Los panegiristas dicen que Paco tenía ese don. Yo dudo de que eso sea un don. Mas parece una necesidad biológica, inevitable, como defecar, sudar o alimentarse.

No me entusiasman los escritores mesetarios, pero Paco no respondía a esa denominación, exactamente. Lo mejor que creo haber leído de toda su extensa producción, fue un artículo que escribió en la transición, El cosechón. Hace la tira de años y no lo he olvidado. Entonces me pareció que lo había escrito en pleno estado lisérgico, por el lirismo desbordado que expresaba. Leí algún libro suyo, pero tengo para mi que quienes escriben bajo el influjo de la pulsión, no consiguen mantener la tensión estética en los formatos convencionales que exigen las editoriales.

No se nada de Paco Umbral, la persona, solo conozco su escritura, pero me parece una broma del azar que un hombre que, según escriben, aspiró al Nóbel, haya quedado relegado a un rincón de la primera página, al coincidir su muerte con la de un héroe de nuestro tiempo, un futbolista. Lo que confirma mi punto de vista de que los tiempos de glorificar a los escritores, ya pasaron.

Lohengrin. 29-08-07

martes, 28 de agosto de 2007

DIAGRAMAS

Las Compañías de seguros disponen de un diagrama informatizado en el que, en lugar de estar reproducidos los órganos florales, está representado el cuerpo humano, fragmentado en todas las porciones imaginables que se puedan derivar de un accidente laboral, un siniestro de tráfico o las consecuencias de un atentado. Si uno sobrevive a esas desgracias, pero queda fragmentado, los técnicos de valoración de siniestros echan mano de ese vademécum para cuantificar la indemnización a satisfacer por el trozo que falta.

Los Actuarios de seguros, que les aseguro que existen y son grandes expertos en matemática actuarial, se ocupan de que la suma del valor de las partes no exceda el valor del todo.

Los fabricantes de automóviles, que seguramente disponen en sus plantillas de técnicos en economía de empresa tan cualificados como los actuarios, han conseguido, por medio de sus concesionarios, la proeza de que la suma de las partes de un vehículo --los llamados repuestos-- cueste mas de diez veces el valor del vehículo nuevo, entero.

Se trata de diferentes posiciones doctrinales sobre el problema de las partes y el todo, aunque, en el fondo, es la misma filosofía, pagar menos, cobrar mas, maximizar los beneficios.

No hablo por hablar. Esta mañana he llevado mi viejo Skoda al taller para que repusieran un mecanismo roto, el elevalunas eléctrico delantero izquierdo y al recoger el coche me han dicho, --Son ciento veintiocho pavos. O sea, algo mas de veintiuna mil pelas, --los viejos todavía contamos así. Al regreso, mientras compraba un melón tipo Galia en Mercadona, he aprovechado para poner la pieza vieja en el peso de la fruta. El peso, aun en la era electrónica, es un indicador fiable del coste de los repuestos. Estoy en condiciones de afirmar que el precio del coche, troceado, está alrededor de los treinta millones de las antiguas pelas. Como un piso viejo en los alrededores de Heliópolis, mas o menos.

Haga usted la cuenta. La próxima vez que sustituyan una pieza, o un conjunto de piezas de su coche, llévese la vieja, pésela, divida el peso total del coche (en el manual técnico encontrará ese dato, o lo pregunta) por el peso de la pieza, eso le dará un cociente N, multiplique N por las pelas que ha pagado y, voilá, ya está.

Como en el caso del tubo de gas a que me refería en la página Corsarios, se me podrá decir que almacenar los repuestos tiene un coste económico, una carga financiera, que está la mano de obra de taller, etcétera. Vale. Pero es de todo punto imposible que esos factores nos lleven a un multiplicador de diez, o superior a diez, sobre el precio total del coche.

Tengo la sospecha de que los fabricantes de coches, en un mercado salvajemente competitivo, ajustan al mínimo los precios en sus coches nuevos y, una vez lo hemos comprado, nos cobran con creces diez veces su precio por la vía de los repuestos. Es una estrategia empresarial. O sea, libertad de mercado, que dicen.

Libertad de mercado es una expresión afortunada. Suena maravillosa. Solo que tiene su origen en un mundo que apenas existe. Se fraguó al observar los antiguos mercados donde concurrían un gran número de vendedores y compradores. En lo que queda de ese mundo, tu vas a comprar sardinas en el mercado y hay un montón de paradas que las tienen de diferentes calidades y precios, esas me gustan, tienen las agallas rojas, esas no me gustan, no brillan sus ojos. Al final, buscas una relación calidad precio que te acomoda y ya está, has ejercido la libertad de mercado.

Fuera de ese mundo residual, lo que prima es el desequilibrio. Es un hecho que en la sociedad capitalista actual --yo no conozco otra-- a las formas de robo desaforado por el desequilibrio entre el poder de la oferta, muy concentrada, y la debilidad de la demanda, muy atomizada, se les llama libertad de mercado.

Los neoliberales furibundos dirán que cualquiera tiene libertad para hacerse empresario, si no le parece bien su papel de consumidor pasivo. Para eso hace falta vocación. Reconozco la existencia de muchísimos empresarios con un sentido de lo justo y lo razonable en la determinación de los precios que retribuyen su esforzada actividad, pero cuando se trata de grandes compañías con un accionariado disperso y numeroso, y un poder de decisión en manos de la tecnoestructura (Galbraith), el libre mercado es la tapadera de una avidez depredadora salvaje, destructiva, y de una voracidad en la obtención de beneficios que aflora a la superficie en cuanto te molestas en hacer un mínimo análisis de sus actividades.

Está montado así. Yo, que quieren que les diga, no conozco la solución. Es posible que esta manga ancha, esta falta de regulación, haya generado desde los tiempos de Reagan y Tatcher un aumento en la producción y el consumo de las economías nacionales, pero lo que es seguro es que la sustancia de la tarta que devoran los defensores del neoliberalismo ha progresado considerablemente, aunque mis amigos libertarios me cuentan que en este país hay ocho millones y medio de pobres, medio millón mas que en la época de Marcelino Camacho. ¿A quien le importa? A los socialdemócratas poco, al parecer, pues dicen que se quieren mover hacia el centro. Aún más?

Lohengrin. 28-08-07

viernes, 24 de agosto de 2007

OTOÑO/INVIERNO

Observo a mi alrededor una preocupante confusión con el tema del tiempo. En todas las conversaciones informales, sean personales, en las tertulias televisivas, sobre los autobuses urbanos o en las cafeterías, el factor meteorológico predomina de una manera escandalosamente abusiva. En concreto, en Euskal Telebista, canal que frecuentamos desde nuestro reciente viaje a Euskadi, es el tema que mas imágenes aporta. En esa tertulia todo el mundo afirma que hace un tiempo otoñal, pero todos visten de verano.

A ver si nos aclaramos. He consultado mi blog, en busca de algún dato objetivo, y puedo asegurarles que estamos en otoño. En efecto. El 18 de mayo ingresó un comentario en mi página Amarillo Pálido. El contenido de la página comenzaba así, “Y llegó el verano. Brusco. Treinta días antes del verano cronológico.” Es evidente que, si contamos desde esa fecha, el ciclo veraniego ha concluido. Yo, incluso antes de esta consulta, ya me he puesto una camisa negra de manga larga, para ser congruente con lo que percibo a mi alrededor. De paso, disimulo los quilos que he cogido comiendo pinchos por ahí.

Claro, esta declaración unilateral, anónima, por no decir maldita, no tiene efecto alguno. Ni siquiera el cambio climático, ese asunto tan mencionado estos días, que tanta influencia tiene últimamente en la vida de las gentes, se puede comparar al influjo oracular del Corte Inglés en materia tan importante como la determinación exacta del principio y el fin de los ciclos estacionales.

El Corte Inglés. Diez millones de afiliados. Noventa y cinco mil personas a sus ordenes y quince mil millones de euros de facturación. Eso si que es autoridad científica para decir cuando debemos empezar a vestir de otoño y abandonar las alegrías informales del estío.

Ya verán ustedes como, cuando ellos den la orden, se acaba esta desagradable ambigüedad. En veinticuatro horas, como un ejército bien entrenado, todos saldremos a la calle vestidos de oscuro, y se acabaran radicalmente los mini shorts, las faldas cortas, las bragas visibles, los pechos al viento, los vestidos amarillo pálido y todas esas diversidades personales que han acompañado la belleza de los cuerpos en el centro del estío.

Así es como funciona, en realidad, el clima, no como creen que funciona los meteorólogos, ni mucho menos como, en nuestro desconcierto, decimos que funciona en las conversaciones informales.

Si aceptamos esa realidad, estaremos en condiciones de prevenir algunos de sus aspectos negativos. Porque, está demostrado, que ese brusco encadenamiento masivo de tonos oscuros, puede generar episodios depresivos en las personas que sufren esa predisposición. La depresión es el invierno del alma. (La frase es mía). Para aquellas personas que tengan esa susceptibilidad, les recomiendo cordialmente que no le hagan ni puto caso al Corte Inglés, y continúen con el estilo de vida y de vestido que mas les acomode a su equilibrio anímico, sin hacer caso de modas, usos y costumbres, que han sido diseñadas para las mayorías, sin considerar las peculiaridades personales y anímicas de cada uno. Es una sugerencia, no un consejo. No estoy calificado para aconsejar a nadie.

En fin. El otoño llegará, cuando el Corte Inglés lo ordene. Mientras tanto, viva el verano, aunque llueva, truene o caigan chuzos de punta.

Lohengrin. 24-08-07

CORSARIOS

Siempre que veo a Jhony Depp en una película interpretando a Jack Sparrow, con su disfraz de pirata, su pañuelo en la cabeza y su aro en la oreja, lo imagino trescientos años después, vestido con un traje de Armani, una corbata milanesa y zapatos de Blahnik, sentado frente a una mesa oval, procurando ocultar la pata de palo y el garfio de la mano izquierda, producto de sus últimas batallas, después de sus películas de éxito, mientras preside el consejo de administración de alguna compañía de suministros gasísticos, eléctricos, o de agua para consumo urbano. Nunca supe de donde venía esa asociación, hasta hoy.

Es sabido que los corsarios del siglo diecisiete se llamaban así porque disfrutaban de patente de corso. Al parecer, era un papel firmado por el rey, que les autorizaba a cometer toda clase de desmanes y atrocidades en aguas y tierras enemigas en su propio beneficio, siempre que cedieran la estipulada parte del botín a la corona.

Los mas afortunados de aquellos tipos legendarios, cuyos nombres todos conocemos a través de la literatura y el cine juvenil, al retirarse de la caza marítima activa, se convertían en gentes respetables y respetadas, que envolvían lo que les quedaba de sus cuerpos seccionados por los aceros enemigos en las mejores sedas. Sus casacas y calzones los cortaban los mas famosos sastres de la época, aunque no se sentaban en los consejos de administración, solo por el mínimo detalle de que las sociedades anónimas, tal como las conocemos ahora, no se habían inventado.

Si se me permite la ucronía, los reglamentos que regulan la vertiente pública de las compañías citadas al principio, --digo reglamentos y no leyes, porque ahí, en la letra pequeña, es donde trabajan quienes presionan en favor de las compañías para hacer máximos sus beneficios-- se inspiran, en parte, en la vieja patente de corso. Los consumidores actuales seríamos las aguas y tierras enemigas, objeto del beneficio de la patente de los antiguos corsarios, y el sutil intercambio de favores, vía la letra pequeña, el flujo que hace posible la masa de beneficios compartidos por el ejército corsario y los gobiernos.

Ya se que las tarifas son políticas, que los consumidores pagamos, en ocasiones, precios inferiores al coste. Pero no es menos cierto que hay mil triquiñuelas que las compañías aplican, para que esas medidas políticas les resulten menos onerosas.

El objeto de este divertimento de hoy es relatar el sutil mecanismo de una de esas triquiñuelas, para alertar a los consumidores del suministro de gas que realiza una de esas compañías con bandera corsaria. Cegás, que utiliza como bandera Gas Natural, en letras negras, sobre fondo blanco. Si se fijan, el negativo de las tibias y la calavera.

“-Cegás.... Servicio de atención al cliente. Dígame...

-Verá.....tengo aquí el recibo de agosto y me facturan un concepto que no entiendo...

-¿...........?

-Aquí dice, Canon instalación, 2o pavos, pero yo ya pagué la instalación al contratar..

-Un momento......

-¿.......?

-Efectivamente...en nuestros archivos figura que usted ya pagó una parte de la instalación...

-¿Cómo una parte?....que significa eso?

-Tiene usted el recibo delante?...

-Si....

-Léalo de nuevo, por favor, ese concepto que no entiende..

-A ver.... aquí dice, Canon instalación comunitaria..

-Lo ve ahora?

-El que?

-Instalación comunitaria. Dice comunitaria, no?

-Si...

-Entonces, ya está claro, no?

-No...Me lo explica?

-Eso es el tubo...

-El tubo...¿Que tubo?

-El que está enterrado... es la parte de la instalación que corresponde a toda la comunidad de usuarios..

-Y, como puedo verlo, para saber a cuanto me sale el metro...

-No puede...a menos que use un equipo de rayos X..

-Ya... y a mi me tocan veinte euros, no?

-Veinte euros, durante veinte años, se factura una vez cada año, en agosto..

-Como una hipoteca?

-Algo así....

-O sea que, dentro de veinte años el tubo será mío, bueno un catorceavo..

-Exacto...

-Pues, que bien..

-Algo más?

-Espere...estoy haciendo cuentas....

¿.....?

-A ver, veinte euros, por veinte años, 400 pavos, por catorce vecinos......5..600 pavos.. oiga! ..ese tubo sale casi por un millón de las antiguas pelas...es de oro?

-Es de cobre, que es casi lo mismo...ya sabe como lo están desmantelando por ahí los espabilados...además está la carga financiera....el Euribor, ya sabe...

-Oiga, lo siento, no me lo creo, ¿porqué no me dice la verdad? No pienso reclamar nada, asumo la carga, pero quisiera, en confianza, que me contara el verdadero motivo de esta medida...

-No estoy autorizada......

-Venga, mujer.....quedará entre usted y yo...nadie lo va a saber...

-Si me asegura discreción, como me ha caído bien, se lo digo..

-Delo por hecho...

-Pues vera, el consejo, como le ha salido mal lo de Endesa, ha decidido la compra de una Compañía en Singapur...

-Que compañía?

-SINGAPORE CORSARY CORPORATION

-Y yo, ¿que tengo que ver con eso?

-Indirectamente...

-Precise..

-Bueno, esa compra exige una inversión de un montón de millones de euros.....para usted, veinte euros no representan nada, pero, gracias a las economías de escala, esa pequeña incursión en su bolsillo, multiplicada por nuestros millones de usuarios, es un montón de pasta..

-Y eso es legal, lo autoriza la ley?

-Bueno, la verdad es que la ley no lo contemplaba, pero luego el reglamento, la letra pequeña, por ahí creo que está bien amarrado, si..

-Y, ¿a que se dedica la compañía de Singapur?

-A lo mismo que nosotros. Como su propio nombre indica es una compañía corsaria, aunque su bandera es blanca sobre fondo negro, allí hay menos regulaciones, sabe..

-Y que hago con el tubo? una vez sea mío..

-Puede hacer lo que quiera....será de su propiedad..

-Pero, ¿si me llevo mi catorceava parte...no provocaré una explosión de gas.?

-Gas?....eso no es cosa nuestra....nosotros no nos dedicamos al gas...es solo una tapadera...lo nuestro es la especulación financiera...venimos de una tradición corsaria que arranca en el siglo XVII, no lo olvide.

-Muchas gracias por su información.

-Cualquier otra cosa que desee, ya sabe, estamos a su servicio.”

P.S. Después de escribir esta entrada del Blog, he verificado que en los tres últimos años, en los meses de agosto, me han facturado cantidades similares por el mismo concepto, pero eso no altera el fondo del asunto, el alma filibustera de las compañías de suministros, su influencia en la redacción de los reglamentos que desarrollan las leyes que regulan los aspectos públicos de su actividad y sus hábitos de utilización de las economías de escala, para obtener grandes sumas de recursos, mediante pequeñas mordidas en el bolsillo de sus usuarios.

Cuando vean una foto de alguno de los presidentes de esas compañías, fíjense bien, nunca enseñan el brazo izquierdo, ni la pierna completa, para ocultar el garfio y la pata de palo.

Lohengrin. 24-08-07

jueves, 23 de agosto de 2007

EL NORTE

Hola. Ya estoy aquí. Vuelvo a dar la lata, como prometí, aunque no pienso revelar desde donde conecto. La cosa va del viaje a Euskadi.

El olor de los tamarindos nos sacudió los sentidos en el tercer día del viaje, pero antes sucedieron otras cosas.

La autovía de Valencia a Zaragoza es un erial donde, para encontrar un área de servicio en tierras aragonesas, tienes que cambiar de sentido y retroceder unos nueve kilómetros, lo que no creo que suceda en ninguna otra vía rápida del país. Al parecer, los políticos de Zaragón, como llaman los turolenses a la capital administrativa de Aragón, tienen algún defecto en la vista y, cuando se trata de inversiones, solo miran al norte.

Nuestro paso por Zaragoza fue breve, pero intenso. En el interior de su basílica, que parecía la bolsa de N. York, o sea, un mercado, muchedumbres ansiosas se movían dando gritos, en un clima de pánico financiero. Esto debió ser, en la época pre cristiana, un lugar de encuentro y transacción, mas que de culto. Que paradoja, ¿no?, las hordas de turistas le devolvemos ahora el bullicio que debió tener en sus orígenes. Justicia histórica.

Nos acompañaban en el viaje otras personas, una de ellas un arquitecto recién licenciado. Al ver las realizaciones arquitectónicas añadidas a la plaza mas popular de Zaragoza, se mostró muy interesado en hacer un curso de pos grado en esta ciudad. Añadió que, estudiando a fondo lo que se había hecho aquí, aprendería lo que no se debe hacer jamás en arquitectura. Eso fue lo que dijo.

Una señora de Cocentaina, entrada en años, mientras paseábamos por una de las vías urbanas mas medievales del centro histórico, se quedó inmóvil largo rato frente al rótulo de la calle. Luego nos explicó el motivo de su interés.

“Llevo veinte años llamando imbécil a mi marido, un par de veces al día. El uso cotidiano de esa expresión durante tanto tiempo, la ha vaciado de sentido, de significado, hasta el punto de que hace años que no siento ningún placer al emplear esa palabra. ¿Se han fijado en el nombre de esta calle? - Pabostria.

Seguramente, se trata de algún personaje ilustre o algo parecido. Su etimología debe ser por completo ajena al insulto, pero, ¿Se han percatado de su rotundidad esférica, del potencial ofensivo de su sonoridad?

Descubrir esta palabra me da diez años de vida. No veo la hora de volver al pueblo y decirle a mi marido, en lugar del desgastado imbécil, --pabostrio!”

Mientras la de Cocentaina nos daba esa explicación, un matrimonio que había pasado del medio siglo salía de la Oficina de Emancipación Joven, (Existe, se lo juro).

-Verá, comentaron, hemos rellenado un formulario para ver si es posible que Carlos, nuestro hijo de treinta y ocho años, calvo y un poco fondón, que no ha trabajado en su vida, se emancipe aquí, lejos de casa, sabe, aunque sea poniendo ketchup en los pinchos ¿....?

-¿Y?

-Pues, hay una lista de espera. Lo hemos apuntado.

-Ah...

Dejamos la calle Pabostria y seguimos callejeando por el centro histórico. Dos inventos de alta tecnología nos sorprendieron enseguida. Un aparcamiento automático de bicis, muy notable. Acercas la bici a un elevador, pones una moneda y la bici desaparece en el subsuelo. Así no te la roban. Guay, no?. Supongo que existe en otros lugares. Yo, es la primera vez que lo veo.

A continuación vimos en un escaparate una paella (en mi pueblo llamamos así a la paellera) partida. O sea, un recipiente metálico para hacer arroz, dividido en dos por un separador metálico que permite hacer a la vez, media paella de marisco y media de pollo, sin mezclar los ingredientes. Delirante, oiga.

Pues bien, el inventor pirado pretende cobrar por la innovación una absurda suma equivalente a veinte mil pelas, es decir, unos ciento veinte euros, como si hubiera que pagar royalties a la Nasa. Sabía que los arquitectos de aquí eran algo excéntricos, pero, joder, este tío, que supongo que no es arquitecto, está para que lo encierren.

Tomar pinchos en uno de los lugares mas alternativos del tubo no está mal, en teoría, pero cuando los tipos que los sirven los bañan de modo indiscriminado con ketchup, estropeando las atractivas texturas que mostraban en la barra, comprendes que esos pirados no son de aquí. Deben ser los de la Emancipación Juvenil. Joder. Es lo que pasa, a veces, con las políticas de bienestar social. --¿Que hacemos con estos tíos? --Oye, pues que pongan ketchup en los pinchos, tu.

Bien, he conseguido evocar nuestro breve paso por Zaragoza sin usar las palabras Plaza del Pilar, ni Ebro. Vaya. Al final, lo he vuelto a hacer.

En ruta hacia Vitoria-Gasteiz, --ellos quieren que lo pongas así, no he conseguido averiguar porqué-- repasé la única expresión en euskera que había sacado de Google, Eskerrik Asko, que significa muchas gracias. En la primera ocasión que tuve, se la largué a la guía. La tía, que era muy vacilona, no entendió nada, pero me soltó otra que yo tampoco entendí. Me dejó cortao.

A quienes ya la conozcan, no les descubro nada si digo que Vitoria --Gasteiz-- es una ciudad para quedarse a vivir. A Aquellos que no la hayan visitado, se la recomiendo vivamente. El adjetivo mas preciso que se me ocurre ahora para nombrar este prodigio urbanístico es, equilibrado. En primer lugar su dimensión, solo rebasa los doscientos mil habitantes, un número mágico cuando se trata de ciudades verdaderamente habitables.

El mimo con el que se ha cuidado su centro histórico, con una ausencia casi total de tráfico rodado. Su original estructura urbanística, en diferentes planos, (con su famosa forma de almendra) accesible el mas elevado por una cómoda escalera mecánica. Sus numerosos edificios singulares. Incluso su plaza mas alternativa, que acoge un singular mural y otros detalles de arquitectura moderna, es un prodigio de equilibrio estilístico, algo que deberían visitar los responsables del fiasco zaragozano.

El urbanismo de Vitoria, --ya voy, Gasteiz-- con sus numerosos y extensos parques de aire británico, su modélico tratamiento urbano del centro histórico, su atención al visitante y su aire de ciudad limpia sin personal de limpieza visible, es un modelo que todos quisiéramos ver importado en nuestras ciudades, pero, claro, la dimensión es un obstáculo.

De todas las ciudades que hemos visitado en Euskadi y alrededores, las mejores me han parecido las que están en el entorno de los doscientos mil habitantes.

La gastronomía es excelente en Vitoria . --si, si...Gasteiz-- Además de las muchas delicias que ofrece, no le echan ketchup a los pinchos.

Para que no sean todo halagos, pongamos un pequeño matiz. Cuando callejeas por la ciudad, te sorprende el omnipresente canto de los pájaros, hasta que adviertes que son los semáforos los que emiten ese piar constante. Piensas, debe haber muchos invidentes en Vitoria, ante tal generalización de señales acústicas. No es así. Hay uno.

Es un tipo temible, que se pasea por el casco histórico dando bastonazos a diestra y siniestra, sin ningún motivo. A mi amigo el pintor le partió el menisco. Menos mal que el es ATS, además de pintor, y se lo recompuso.

Aviso. A quienes visiten el centro histórico de Vitoria, ---vale....Gasteiz-- si ven al invidente, huyan. Es implacable.

No voy a dar detalles de la interesante arquitectura medieval del centro histórico. Eso lo pueden encontrar en cualquier sitio, pero prevenirles contra el invidente no tiene precio. Bueno, si, lo que cuesta un menisco nuevo.

Nuestra visita a Pamplona no coincidió con el mejor momento para visitarla. Lo que al principio nos pareció un adorno de guirnaldas que cubría las calles del itinerario por el que transcurre el encierro, ya saben, Mercaderes, Estafeta y las demás, resultó ser un lío de cables de la red eléctrica de la ciudad, enfundados en horribles mangueras de plástico, que colgaban de todas partes, dando una apariencia caótica, destartalada, a todo el centro urbano.

No pregunté, pero parecía evidente que esa imagen correspondía a los trabajos previos al enterramiento de las líneas eléctricas. No es por nada, pero que, a estas alturas, en una ciudad tan turística como Pamplona, todavía estén pensando en enterrar las líneas eléctricas, parece un síntoma de atraso, de desgobierno político, si?.

La Plaza del Castillo fue un refugio en medio de tanto caos y su arquitectura de soportales tenía la misma cualidad de lugar de convivencia, común a las otras ciudades vascas.

En cuanto a la oferta turística de Pamplona en estos días de la tercera decena de agosto, --lejos ya los Sanfermines-- me pareció algo surrealista. En mi pueblo, ya saben, Heliópolis, cuando celebramos las fiestas falleras, solo unos días, nos dedicamos con saña a clavar la faca hasta el higadillo de los bolsillos de los visitantes, les vaciamos las venas de su tarjeta de crédito hasta que quedan secas, exangües, pero luego chapamos hasta el año que viene, nos olvidamos del asunto y nos dedicamos a otras cosas.

En Pamplona, no. Aquí, un mes y pico después de terminada la fiesta, todas las tiendas siguen empeñadas en lo mismo. Toda la parafernalia de figuras de toros, camisetas y otros símbolos sanfermineros inundan los escaparates, mientras grupos de patéticos visitantes, entre los que me cuento, recorren esta especie de vía crucis sin santos, este encierro sin toros, esta peregrinación a la Meca, perdidos en el desierto, sin encontrar su destino.

Oigan, los sanfermines ya fueron, kaput, terminados. Chapen. Dedíquense a otra cosa.

Pamplona me pareció una ciudad interesante, algo descuidada ahora. Un ejemplo extremo de monocultivo festivo. Tiene solución. Que los políticos navarros visiten Vitoria y se pongan a trabajar, ya.

El olor de los tamarindos nos sacudió los sentidos en el tercer día del viaje, cuando llegamos a Donosti.. Hasta hoy, todo el viaje ha transcurrido sin lluvia y la bahía luce con un sol matizado, suave, esa luz norteña que acaricia suavemente la piel, sin desollarla. En el marco de esa luz se inserta el tiempo del viaje, que es un tiempo distinto del habitual. Cuando desayunas en una ciudad y visitas otra dos, el tiempo se estira con una elasticidad insólita, pulveriza las leyes de la rutina y cuando te dejas caer en la cama, exhausto, te niegas a creer que la fecha del calendario sea la misma que cuando iniciaste el día. Todos denostamos los viajes colectivos, apresurados, pero es un hecho que cada día vivido a esta velocidad, equivale a quince días, o mas, de vida apacible y rutinaria, con lo que en un viaje de una semana, le robas a la vida algo así como una propina de noventa días. Que no es poco.

San Sebastián es una ciudad que he frecuentado antes, por razones de trabajo. Me he alojado en el Reina Cristina y en el Costa Vasca. Ahora tengo la cama en Vitoria, por necesidades logísticas del viaje colectivo que nos ha traído aquí. Solía venir en vuelo regular al aeropuerto de Bilbao y desde allí en coche hasta Donosti. Recuerdo uno de esos viajes. Comimos en Recondo, en el monte Igueldo. Entonces creo que no se pagaba para subir. No estoy seguro. Yo, al menos, no pagué. También tengo memoria de un vuelo de regreso, desde Sondica, sentado en un transportín, en un cacharro de aquellos con la chapa ondulada, que cuando despegaba parecía que se iba a desintegrar en mil pedazos. Acojona.

El autobús nos ha dejado en el centro geométrico de la bahía de la Concha, frente a la isla de Santa Clara, y he utilizado toda mi persuasión para que nos fuéramos de allí cuanto antes, pues esa perspectiva paisajista, por lo tópica y repetida, me fatiga. Hemos caminado hasta el puerto, en el extremo de la bahía, y su olor a gasoleo y desperdicios me ha trasportado a todos los puertos que he visitado, gallegos, cántabros, asturianos, vascos, mediterráneos y atlánticos, pues todos ellos olían a esa mezcla, trufada de sardinas asadas. Este año, aquí, no hay sardina. No Huele.

Al salir del puerto por un portalón, te das de bruces con las calles viejas de Donosti.

La orfebrería gastronómica donostiarra alcanza su máximo esplendor en los bares de estas calles, donde las filigranas barrocas de algunos pintxos cohabitan con la sencillez estilística de otros, fundiéndose en una materia fugaz que aparece y desaparece de las barras a una velocidad sorprendente, sobre todo en las horas punta del chateo.

El queso de cabra con confitura y anchoa, Huevo de codorniz, con pimiento del piquillo y chistorra, Jamón picado con huevo duro y mayonesa, Queso de Idiazabal frito con cebolla confitada y mermelada de arándanos, Solomillo con foi, Piquillo con requesón y anchoa, el salmón con gulas, la morcilla de Burgos o el pimiento con boquerón, son solo una pálida muestra de la variedad inagotable de fórmulas con las que cada establecimiento personaliza su manera de entender el mundo del pintxo.

Por la tarde fuimos a ver el Peine del Viento. Aunque el día era demasiado tranquilo, --se recomienda visitarlo en pleno temporal, para escuchar el sonido de la vibración que produce el viento al atravesarlo y ver salir el mar por las chimeneas que se han abierto en el suelo para abrirle camino-- estuvo bien. Era un paisaje que no conocía y para mi representó una novedad. Entre pinchos, zuritos y paseos arriba y abajo por la bahía, una visita al mercado de pescado y de las flores, mas un paseo en un vehículo turístico, dejamos morir las horas en San Sebastián, que es una de las ciudades mas bellas de la costa norte. Nos negamos a pagar para subir al monte Igueldo, que ya conocíamos de otras visitas.

Hice algunas fotos desde el puerto, buscando la perspectiva del Kursaal, aunque de día, sin iluminar, no es lo mismo. También fotografié, como no, la escultura de Chillida. Conseguí evitar la monotonía repetitiva de la isla de Santa Clara desde el centro de la bahía.

Realmente, los tamarindos, presentes en todos los parques de Donosti, no huelen, al menos en esta época, pero, no se porqué, el olor de los tamarindos se me impuso desde el primer momento como una figura literaria a la que no me he podido sustraer.

Me faltan Biarritz, San Juan de Luz, Hondarribia, Bilbao, Burgos y Madrid. Estoy demasiado cansado para continuar. Aun no me he recuperado de la paliza del viaje. Mañana seguiré.

El cuarto día nos llevaron a Francia. En España, es un tópico hablar mal de los franceses. Hubo y hay franceses estupendos. Ives Montand, Brigitte Bardot, Sarkozy, sin ir mas lejos. Montand fue un tipo un poco canalla, pero encantador, aunque era húngaro, polaco o así. La Bardot fue durante décadas el culo mas celebrado de Europa, auténtica denominación de origen. Sarcozy, ese tipo enérgico que reacciona políticamente, a veces, con un toque hijoputilla, creo que es de origen centroeuropeo, no me hagan mucho caso. A los franceses les gustan así, enérgicos, modelo napoleónico y con un toque hijoputilla.

Dejo de lado los tópicos. Mi propia experiencia personal en áreas de servicio, hoteles y urinarios franceses, cosechada en viajes anteriores, indica que esos tipos no son muy amables con los forasteros. En la primera área de servicio que hemos visitado hoy me han tangado un euro. La máquina de café no tenía vasos y he visto con estupor como mi café se derramaba entre las grietas de plástico pintado de negro. Mi lema en este viaje es Flexibilidad, así es que ni me he molestado en discutir con el tipo de la Caja.

Ya en Biarritz, por un paquete de tabaco Pall Mall, --no había de mi marca-- me han facturado cuatro con ochenta pavos. Un precio de escándalo. En fin, aquí no hemos venido a fumar, ni a tomar café, necesariamente, sino a disfrutar de las maravillas naturales de la costa francesa, entre las que no esperábamos encontrar un violento y sorpresivo --se dice así?-- aguacero que nos ha calado hasta los huesos, porque a nuestra llegada lucía un sol espléndido que nos ha malaconsejado dejar paraguas y chubasqueros en el autobús que nos traslada de ciudad en ciudad.

La playa de Biarritz es una maravilla natural, con un oleaje que permite que se celebren aquí campeonatos mundiales de Surf. También es una playa para ricos, pero a la hora que la visitamos, las once de la mañana, los ricos permanecen escondidos en sus lujosos cubiles, sin dejarse ver, ni siquiera en el casino, esperando que las hordas de turistas mañaneros que profanamos este santuario del dinero, nos hayamos esfumado sin dejar rastro.

Las rocas que habitan la pequeña bahía de Biarrtiz contribuyen con su presencia a dibujar el campo de navegación de Surf, haciendo mas emocionantes y arriesgadas las maniobras que los deportistas deben realizar para no chocar con ellas, y en el pequeño paseo marítimo hay unos habitáculos para guardar las barcas. Frente a uno de esos habitáculos, está sentado un marinero, de carne y hueso, que debería ser una estatua de bronce, como las que abundan en Vitoria. Tan expresiva de su oficio es su fisonomía, que parece haber sido puesto allí por algún director de escena.

En el monte que cierra la bahía, los palacetes, hoteles y edificios residenciales, parcialmente ocultos entre los árboles, cuando sopla el viento contra el mar, dejan escapar el penetrante perfume del dinero que resbala entre sus tejas de pizarra y contiene un ingrediente pensado para alejar de esa fachada marítima a los no residentes, del mismo modo que la gente corriente aleja a las cucarachas con un insecticida.

Empujados por ese olor, embarcamos en el autobús rumbo a San Juan de Luz, un sitio menos señorial, mas popular que Biarritz.

En el puerto de San Juan de Luz amarra una pequeña flota atunera. Es un lugar mas marinero, mas pescador, menos residencial que Biarritz. Su olor no es francés. Ni siquiera vasco francés, es vasco a secas. En las estrechas calles que se abren en perpendicular desde el puerto, se multiplican las ofertas de marisco. Al parecer, ya no se piden tantas ostras como antes y los avispados taberneros han inventado un artilugio que, sin duda, tiene su origen en el modo de servir las ostras. Es una bandeja llena de hielo, pero en lugar de contener ostras, que es para lo que se inventó, montan encima una especie de tío vivo con unas cigalas que tienen bastante mala pinta, algún molusco y alguna que otra ostra. Es, claramente, una respuesta ingeniosa ante la falta de demanda de otros productos mas caros

Un signo evidente del carácter popular de este sitio, es la presencia de la paella, en versión precocinada, o congelada, que los franceses que visitan este sitio toman a cualquier hora, sin demasiados remilgos ni criterio de calidad.

Nosotros, después de un referéndum democrático, hemos decidido comer en Hondarribia y, después de patear las calles del barrio portuario y curiosear por las tiendas, nos dirigimos hacia allí. Me gustó San Juan de Luz. Sobre todo su olor.

En Hondarribia, el río Bidasoa es un flujo fronterizo que separa las riberas francesa y española. Unos postes pintados de verde señalan las aguas de nadie y las embarcaciones turísticas se reparten el mercado desde ambas orillas, siguiendo sus propias leyes territoriales, como si los órganos de decisión de Bruselas fueran una pura patraña en este lugar.

Hicimos un breve recorrido por la ribera del Bidasoa y, como veníamos un poco tarde, enseguida nos lanzamos a luchar a brazo partido por un asiento en uno de los muchos bares y restaurantes --casi todos llenos-- de la larga calle que se extendía paralela a la ribera. Tuvimos suerte y, tras una corta espera, repetimos la fórmula de días atrás, tres o cuatro pinchos por barba, alguna ración para compartir y unos buenos potes de espumosa y rubia cerveza fresca. Se puede comer así por un precio que oscila entre los veinte y los treinta euros por pareja. A nosotros nos funcionó. Entre los pintxos que tomamos en Hondarribia hubo algunos de una sencillez y calidad memorables, como el de lomo de bacalao frito, de un calibre super extra, el de merluza, y las rabas que pusimos en medio también nos alegraron el cuerpo. En Bilbao y Burgos ya hicimos unas comidas mas, digamos, formales, pero eso viene luego.

Dimos un paseo por la zona residencial de Hondarribia, por los barrios cercanos a la ribera, tomamos café en una terraza junto al río y volvimos a Vitoria, donde ya habíamos comprobado en noches anteriores que la vida nocturna es prácticamente inexistente, comparada con la de las ciudades mediterráneas.

Llegó el quinto día, que nosotros habíamos bautizado como el día del Guggenheim. El guía bilbaino, que se revelaría como un gran conocedor de la historia del declive industrial de Bilbao, se incorporó al grupo nada mas llegar y nos llevó a conocer el edificio de Frank Guery. Sus explicaciones sobre el proceso constructivo del edificio fueron de una minuciosidad tecnológica, desde los detalles de la estructura, hasta las particularidades de las losetas de piedra que lo recubren, los volúmenes cúbicos y las formas curvas, el titanio --yo siempre creí que era una piel de recubrimiento-- que configura casi toda su cubierta exterior, y la intervención de los arquitectos locales en cierta parte del edificio que, como suele ocurrir en estos casos, mas que potenciar el conjunto, lo estropean parcialmente.

No vimos la exposición de los grabados de Durero por no disponer de tiempo para ello. Para obtener una buena panorámica de la ciudad, el autobús nos llevó hasta lo alto del monte Artxanda. Allí, bajo la sombra de los tilos, el guía se explayó sobre la decadencia industrial de la ciudad, el cierre de los altos hornos, la crisis brutal de los astilleros, y cómo esa realidad declinante influyó en la fisonomía de la ciudad, desde la caída libre en la que entró hace veinte años, perdiendo cientos de miles de habitantes, hasta el revulsivo que supuso la construcción del Guggenheim y toda la expansión inmobiliaria que acompañó esa operación. Con los hornos y los astilleros desapareció también la nube de azufre y carbón que flotó permanentemente sobre la ciudad durante la era industrial.

El guía no se cortó nada al explicar el origen de la ubicación geográfica de los barrios ricos, Getxo y Neguri. Al parecer, los vientos del noroeste soplan en Bilbao ocho de cada diez días. Los barrios de Getxo y Neguri quedan al margen de esa orientación del viento. Por esa razón, los ricos radicaron allí sus barrios residenciales, de modo que el azufre y el carbón se lo comieran los otros. Los mismos que trabajaban en sus fábricas. Total, ya estaban acostumbrados en el tajo a malrespirar, podían hacerlo igual en casa.

En la basílica de la virgen de Begoña, --de la buena vista-- entrando, a la izquierda, un óleo de gran tamaño representa un grupo numeroso de figuras que incluye a la burguesía y los gobernantes de la época. Nuestro amigo el guía nombró a todos por su nombre, excepto a los que estaban de espaldas porque no pagaron. Aparece Unamuno, con aire distraído. Los liberales están a un lado y los meapilas al otro, pero sobre todo están aquellos tipos que tanto entendían de vientos, los que ubicaron sus barrios lejos del alcance de los vientos del noroeste y dejaron que el carbón y el azufre envenenaran a todos los demás durante la larga era industrial.

Llegada la hora del papeo, nos fuimos a las siete calles. Después de intentarlo en la calle del Perro, acabamos en Arriaga, en la calle de Santa María, en cuyo salón coincidimos con un director de cine y dos actores vascos que compartían mesa.

Allí bebimos un pote de sidra --barra libre-- de unos barriles situados al efecto, para que la clientela se sirviera mientras esperaba.

Después de una entrada a base de verduras y queso de Idiazabal, todos tomamos lomos de bacalao. Yo, frito, con un punto perfecto. Los demás al pil pil. Tomamos una botella de chacolí, que entró muy bien, tan fresquito, pero luego reveló su peligro cabezón. No en vano le llaman aquí Machaquito. Te machaca, si.

Se me ocurrió hacer una broma a la camarera. Le dije que, al hacer testamento, pediría como último deseo un bocado como el del bacalao que me acababan de servir. La tía me miró con una cara de palo impresionante y se quedó callada. No se si venía de algún caserío y solo sabía euskera, o es que realmente pensaba que yo era absolutamente estúpido. Las dos cosas son razonables. Se que tomamos postre, pero no lo han puesto en la factura. La tengo delante. Noventa pavos, para cuatro, postre tomado, pero no facturado.

En Bilbao se celebran estos días sus fiestas grandes. Por lo que hemos podido ver en el recinto ferial, es una cosa absolutamente provinciana, sin el menor interés para los visitantes. Dimos una vuelta por allí y nos largamos a tomar un café en la Plaza Nueva.

Nuevamente la sabia arquitectura de soportales, presente en todo Euskadi, nos acogió con el suave equilibrio de sus arcos. Siempre que dejo morir una hora en un sitio como este, me invade una sensación de serenidad que no percibo en otros lugares. Serán los efluvios de la piedra, ese material noble, centenario, ausente en los espacios modernos de las ciudades.

Esto se ha acabado. Mañana volvemos a casa. Pero aún nos quedan Burgos y Madrid.

En Castilla, el cereal duerme bajo un colchón de nubes, en espera de la siguiente cosecha.

Dos mil palabras, si no cuento mal, es una extensión excesiva para este soporte, así que lo voy a dejar aquí. Si me apetece, cosa que dudo, dedicaré un segundo apartado a Burgos y Madrid.

El olor de los tamarindos nos sacudió los sentidos en el tercer día del viaje, pero de eso hace ya siglos.

Lohengrin. 23-08-07.

jueves, 16 de agosto de 2007

AVISO PARA NAVEGANTES

Me voy al País Vasco. Estaré fuera una semana. Cuando vuelva ya les contaré. Si por algún azar, no volviera, veré si hay una extensión de Internet fuera del ámbito terrestre. Pienso seguir dando la lata desde allí.

En cualquier caso, recomiendo las siguientes páginas, para que se entretengan, mientras tanto,

EL VIAJE, VERANO, TERRATREMOL, EL CASTING, además de las ya recomendadas en la página ABIERTO POR VACACIONES.

Un saludo muy especial al amable comunicante anónimo que ha dejado un comentario en la página SILENCIO, de la sección ESTENAS.

AGUR.

Lohengrin. 16-08-07 00 horas 10’

lunes, 13 de agosto de 2007

TERRATRÉMOL

Un terratrémol, como dicen en mi pueblo, palabra muy superior a terremoto, que parece el alias de un presentador de la televisión catalana, o seísmo, que evoca el canto de los seises sevillanos, o sea, un temblor de tierra, como indica con una precisión lingüística exacta mi lengua materna, ha sacudido nueve comunidades autónomas, mas de la mitad de la España peninsular y ha destrozado un teatro, el de Almagro, aunque al parecer no ha producido mayores daños materiales ni personales.

Con los pocos teatros que van quedando, joder, vaya puntería que ha tenido el seísmo ese, o como se quiera llamar. Traigo esta noticia archisabida al Blog, porque su tratamiento periodístico vale por un curso acelerado de Medios de Comunicación. Para empezar, permite distinguir claramente entre comunicación objetiva, y subjetiva.

La primera de El País trae la reproducción exacta de la información facilitada por los sismólogos, que son unos señores, y consiste en un papel con unas rayas emitido por el sismógrafo, que al parecer es una maquinita que registra la intensidad de los movimientos sísmicos. A mi me parece el colmo de la comunicación objetiva, ya no se puede ser mas fiel a la naturaleza de la fuente, ni mas objetivo en el modo de comunicarla. Chapó.

Luego está el enfoque subjetivo. Ayer escuché por la radio varias entrevistas relacionadas con la percepción del suceso por parte de la gente afectada por el movimiento telúrico --joder, que bonito, no?. No las escuché todas, claro, pero puedo imaginar algunas de las que no escuché.

--Yo estaba sentada en la taza del váter...y noté como un corrimiento de la mierda hacia la derecha...me asusté...la verdad

--Estaba en la cama, intentando meter, aprovechando el impulso priápico matutino...cuando, de pronto....se me salió... oiga.....menudo susto....mi mujer me dijo...¿que pasa, Pepe, que no te la encuentro...?

--Pensé que había sido mi mujer al caerse de la cama...

--Creí que se me caía el teatro encima...

--Salimos en pijama a la plaza.....creíamos que estábamos soñando (pues claro que era un sueño, oiga, todo es un sueño...)

Un ejemplo, puro y duro, de comunicación subjetiva. ¿Ha quedado claro?

El sismólogo --que no sismógrafo-- habló por la radio. No ha sío na...total hace diez millones de años que esto se mueve todos los días...no es pa´ tanto. Aquí tengo una duda, es objetivo, subjetivo, subjetivo/objetivo, o bien objetivo/subjetivo? Veamos..

Me parece reconocer, revueltos, un dato objetivo y un juicio de valor. El dato objetivo sería la constatación de un fenómeno repetido en el tiempo, el juicio de valor, la apreciación personal del técnico en la escala de su importancia relativa. Lo dejaremos en objetivo/subjetivo, vale?

He aquí una noticia de alcance nacional que puede ayudar a entender conceptos teóricos del periodismo que, por mucho que nos los expliquen en frío, en crudo, nunca terminamos de precisar cabalmente.

Finalmente, la explicación geológica. Al parecer, la cordillera penibética no para de crecer y al estirarse hacia arriba altera los elementos geológicos que, aunque andan por ahí dispersos en nueve comunidades, tienen alguna propiedad común. Estuve en Andalucía no hace mucho, en las soledades rondeñas, también en Jaén, --ver la página Cazorla-- y al relatar esos viajes usé una metáfora catedralicia para describir las cumbres de sus sierras.

No me percaté de que esas catedrales aún estaban en construcción, sin terminar. Es lo que pasa con los viajes apresurados, no llegas a percibir la verdadera naturaleza de las cosas.

En fin. Terratrémol.

Lohengrin. 13-08-07

EL CASTING

Cuando me presenté al casting de la Fundación Shakespeare me pusieron en una silla de esparto, encendieron un foco y un tipo con un pelucón que parecía un felpudo, me dijo, --Improvise....sin texto...

--To be......or.....not to be....

largué yo, con una cara dura impresionante, pues no tenía ni repajolera idea de inglés..

--En castellano, por favor....., dijo el tipo del felpudo.

Entonces, en un rapto de genio, me desnudé y recordando las imágenes que había visto en un manual de fotografía, decidí componer el personaje como un mix del pensador de Rodin y una foto surrealista de un actor disfrazado de príncipe de Dinamarca, quien sostenía una calavera por cuyas cuencas vacías asomaban sendas rosas amarillas.

En un lateral del escenario del casting había un espejo vertical. A punto estuve de echarlo todo a perder, al ver a aquel tipo en el espejo, con sus michelines y flotadores al aire, intentando fingir que sostenía una calavera en la mano, con aire serio y reflexivo, pero transmitiendo la sensación de que lo que sostenía era un melón de Cantalupo, del que intentaba averiguar el grado de madurez.

Una carcajada interrupta me sacudió el diafragma y solo pude contenerla a duras penas respirando profundamente. Por suerte, el jefe de todo aquello interpretó que el espasmo diafragmático era un alarde de expresión corporal y los ejercicios de respiración una preparación previa, antes de entrar en materia.

Todo empezó con un papel que había enviado a la Fundación para concurrir al casting. Dije, con una exageración calculada, “actor de cine y televisión, cursos de arte dramático en distintas universidades”. No era falso del todo.

En la entrevista previa, confirmé que había tenido tres intervenciones, sin texto, en el rodaje de Tranvía a la Malvarrosa. En una de ellas, forrado con un traje gris perla de mil doscientos pavos, --El Corte Inglés-- aparecía sentado frente a un velador, flanqueado por dos chorbas y ocultaba el rostro detrás de un periódico, porque el ayudante de dirección se cabreaba mucho cuando los figurantes intentábamos sobreactuar.

El regidor me felicitó por otra actuación, corriendo delante de un pelotón de soldados con la bayoneta calada porque, al parecer, mi ritmo de carrera, al que logré que se ajustaran todos, era el mas adecuado para el efecto que se buscaba. Se rodaba una secuencia en la que Ríos Capapé, gobernador militar de Heliópolis en esa época, llegaba al balneario de Las Arenas en coche descapotable, acompañado de dos putitas, y hacía desalojar a los invitados de una boda.

La tercera intervención ya la he contado en otra parte. La salida de un cine del barrio chino, mientras Ariadna Gil riega los geranios desde un balcón.

En cuanto a mi experiencia como actor de televisión, me llamaron de una productora catalana para intervenir en un culebrón que rodaban en Canal Nou, en la época de Amadeu Fabregat. En la entrevista para el casting de la Fundación, precisé que se trataba de una serie dramática, Herençia de Sang, y no insistí en el hecho de que mi participación consistió en tomarme una horchata en un bar de pega del plató.

Pero lo que mas les impresionó a los de la Fundación fue mi certificado de la London School, que un amigo amañó, con un poco de adhesivo y mucha imaginación, encima de un impreso de matrícula de la universidad popular.

Todo eso pasó por mi mente en unos segundos. Después me lancé a interpretar mi improvisación,

--Ser...........o..........no ser..........he aquí la cuestión..

--¿No es mas noble resistir el embate de las tempestades de la vida, que ceder al espanto de su incertidumbre...y caer en un piélago de calamidades?

En ese momento me levanté, hice un par de giros en el escenario, procurando exhibir los colgantes, y después de unos aspavientos absurdos, me senté de nuevo.

El esparto de la silla me desolló la piel de los huevos. Fue de gran ayuda para acentuar el tono dramático del siguiente parlamento.

--Carácter o destino....esa es la elección..

--En el orden del carácter, las cosas huelgan sueltas, sin que nadie las tenga sometidas a control...

--En el orden del destino, rige el principio burocrático de orden. Un sitio para cada cosa y cada cosa en su sitio...

--En el orden del carácter, hay espacios para la libertad..

--En el orden del destino, la felicidad no tiene sitio..

Hice un aparte, destinado al del felpudo y dije la palabra mágica, Hegel.

La mezcla de texto shakesperiano alterado, morcillas, citas de Ferlosio, Hegel y algo de cosecha propia, entusiasmó al del felpudo, impresionado por los colgantes, que se levantó aplaudiendo en un gesto de aprobación.

Ya está, me dije, cojonudo, aquí empieza mi prometedora carrera de actor. Fue un éxito fulgurante ser admitido entre el grupo de jóvenes actores seleccionados por la Fundación Shakespeare, sobre todo si consideramos que por aquel entonces yo tenía cincuenta y cinco años.

Demasiado fulgurante. Enseguida le quitaron la subvención al del felpudo. Al parecer, lo mas surrealista, desternillante y divertido de su teatro, eran las facturas que presentaba para justificar el uso de los recursos públicos que se le confiaban. Todo quedó en nada, pero fue divertido.

Años después, cuando comentaba ese anecdotario con el tramoyista de teatro jubilado con quien tomo café en el Maravillas, me dijo. --Conejero ya sabía, cuando te seleccionó, que le quitaban la subvención, pero hizo como si no se enterara, porque le encanta hacer teatro.

Ahora, he leído en los periódicos que la Fundación Shakespeare ataca de nuevo. Ese tipo, el del felpudo, es incombustible.

La vida no es solo teatro, pero le echamos una cantidad enorme de teatro a la vida. Es una cuestión de supervivencia. Piense en la cantidad de cosas y situaciones cotidianas a las que dedica su capacidad de fingimiento y ocultación, sin apenas darse cuenta. Asombroso, ¿no?.

Lohengrin. 13-08-07.

jueves, 9 de agosto de 2007

VALIENTE

He bajado a Cafés Valiente. Una de sus muchas franquicias omnipresentes en Heliópolis. Es un espacio sociológico diferente del Maravillas. El Maravillas es un lugar de hombres, como los cafés de Marraquesh, donde lo primero que te llama la atención es la ausencia de mujeres. Si acaso, hay alguna madre joven con su bebé que se traga el humo del tabaco, incluido el de los cigarrillos que fuma su madre en la barra. Los parroquianos formamos un lumpen que ya describí en la página Maravillas. Rentas bajas, niveles bajos, en general, y mucha testosterona. Machismo africano, podríamos decir, por calificarlo de un modo simple.

En Valiente se respira el suave aroma de las clases medias algo acomodadas, aunque se puede ver a algún pajarero exiliado por el cierre del Maravillas. Pero no hay ningún predicador evangelista. Este lugar está habitado, mayoritariamente, por mujeres. Con un aire de emprendedoras, que regentan su propio negocio, o tal vez ocupan algún puesto ejecutivo. Junto a ellas, otras mujeres, que parecen haber enterrado al maromo hace tiempo y gozan de una libertad plena.

Todas son mujeres, a uno y otro lado de la barra. Las que sirven y las que son servidas. Los escasos tíos, somos la excepción. Ayer, al pagar, una mujer con pañuelo de pirata a lo Jack Sparrow y un esqueleto muy sólido me miró de arriba a abajo. Calculó mi peso, mi estatura, mi edad, y cuando terminó con los parámetros físicos, entrecerró los ojos y trató de adivinar la probabilidad de que aún conservara algún residuo de capacidad en la cama. Su gesto de desdén cuando terminó el minucioso examen no dejaba dudas de que me había apartado entre los sobreros, o algo peor.

Me sentí como un desecho de tienta, destinado al matadero y visualicé mis rancios filetes siendo objeto de distribución en alguna institución de caridad.

El poder de la mirada es increíble, como ya demostré en la página El hombre de la mirada persuasiva, un título muy equívoco, no vayan a pensar. Hubo un tiempo en el que confiaba plenamente en el potencial de mi mirada de miope en las distancias cortas. Ayer, ya ven, me tiré toda la tarde en la cama, con paños fríos sobre los ojos, que se me habían puesto del tamaño de dos huevos duros. Es doloroso. Ocurre que, desde que simultaneo el chat y el blog, el número de horas que permanezco sentado frente al ordenador se ha duplicado. Aparte del síndrome de clase turista, que me deja las piernas encogidas, entumecidas, inservibles, la coincidencia entre la mayor presencia ante la pantalla y la rotura de mis gafas de toda la vida en período vacacional de las ópticas del barrio, ha generado una expresión de protesta de mis órganos visuales, a la que respondí ayer por la tarde con una sesión de descanso absoluto. Hoy me siento mejor.

Por la noche, ya recuperado, fuimos a cenar al centro de El Saler con mi amigo el pintor y Lola, su mujer, para hablar un poco del inminente viaje al norte. Ayer, cinco grados en Vitoria. No hubo acuerdo sobre si hemos de llevar ropa para nieve o camisas floreadas. Llevaremos las dos cosas. Cenamos en el alemán. Camembert frito con arándanos, tablas de salchichas con chucrut, tarta selva negra y strudel. Lo mejor, las cervezas. Chimay, 6,6 grados, naturalmente, etiqueta roja y etiqueta blanca, para variar.

Al terminar, salimos a la terraza. Una magnífica vista nocturna de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. ¿Porqué llamarán así a un lugar en el que no se hace arte ni se practican las ciencias? No hubiera sido mas sencillo llamarle Heliópolis? No compromete a nada. Eso no disminuye la belleza nocturna de ese espacio urbano, semipúblico desde que alguien ha trincado una parte del Umbracle para una concesión privada.

Después nos fuimos a Ruzafa, ese barrio vivo donde los haya, tan parecido a Chueca, donde han surgido como los hongos los tugurios, pafetos, bares de copas, restaurantes, tascas, tabernas, --La del Rebujito es la que mas me gusta-- al mismo ritmo con el que la población se ha ido mezclando dándole un cierto aire cosmopolita, interétnico.

Nos tiramos al gaznate unos mojitos y unas caipirinhas en Café Tocado, debajo de una sombrilla nocturna, que nos vino bien para evitar mojarnos mas de la cuenta con el chubasco que refrescó el ambiente. Entonces evoqué el mejor daiquiri que he probado. Fue en el Café de París, de Playa Martianez, en el Puerto de la Cruz, unas navidades canarias de hace unos años.

Noto que mis ojos vuelven a hincharse, así que lo voy a dejar. He de ir a Día, a comprar para el fin de semana. Mercadona se ha vuelto prohibitivo para los pensionistas.

A ver. ¿Donde archivaré esto?. Crónicas de viajes y lugares, si.

Lohengrin. 9-08-07

martes, 7 de agosto de 2007

HA CERRADO EL MARAVILLAS

He bajado a por el pan. El horno estaba cerrado. He pasado por el quiosco, no abre hasta septiembre. La parada del autobús no estaba ¿...?. Al llegar al Maravillas, su cierre metálico echado me ha enfrentado a la cruda realidad. La terrible época del desierto urbano que se extiende por las calles al aproximarse la segunda quincena de agosto me ha caído encima sin apenas apercibirme. Los hombres no son nada sin sus rutinas, sus hábitos cotidianos, sus tics. Alguien debería considerar esa realidad sociológica y germanizar los períodos vacacionales de las gentes, para luchar contra la desertización de la cultura urbana.

Afortunadamente, hasta en los desiertos mas inhóspitos encuentras de vez en cuando un oasis. Un rótulo en letras amarillas sobre fondo negro es mi oasis de esta mañana. Cafés Valiente. Estaba lleno de titis. Un café con leche, media tostada de aceite y un zumo de piña me han reconciliado con agosto. Como no he podido comprar el periódico en mi quiosco habitual, hago uso del de aquí. Prensa local. Catalunya se hunde. Los fallos en los ferrocarriles, en la red eléctrica, en las casas del Raval que se arruínan, en el Carmel, y sus carísimas autopistas, la convierten en una potencia declinante, mientras que en Heliópolis todo va sobre ruedas.

Como es posible que una potencia decadente sea capaz de penetrar el tejido cultural y empresarial de Heliópolis con la intensidad que nos cuentan?

Como no tenía nada que hacer, me he acercado al Registro Mercantil para comprobar, documentalmente, la validez de ese tópico que tantos réditos políticos ha dado a la derecha cavernaria.

Lo que he encontrado me ha horrorizado. Pascual Hermanos dejó de existir hace decenios. La primera empresa cementera de Heliópolis fue vendida. La que fue primera empresa exportadora de vinos es ahora un museo o algo así. Una empresa de productos de gran consumo, con una marca muy asentada en el mercado, cambió de manos hace tiempo. Claro, pensé, no nos dimos cuenta a tiempo de que aquellas adquisiciones eran el primer paso para una operación mas amplia del imperialismo catalán, de la que solo se ha salvado Mercadona.

Indagué con mas detalle en los registros de esas transacciones. Pascual hermanos fue adquirida por Chiquita Brands. El cemento se lo vendieron los patriotas de Heliópolis a los mexicanos. La exportadora de vinos fue adquirida, antes de especular con sus terrenos, por un banco vasco, aunque esa operación se mantuvo secreta durante mucho tiempo, lo que permitió a sus gestores mostrar su rostro autóctono en sus relaciones sentimentales con el gobierno autonómico. Cruz verde hace mucho que pasó a manos americanas, como otra empresa, cárnica, que se ha vendido tantas veces que es difícil saber de quien es ahora. La primera industria de automoción, no hubo que venderla, directamente la montaron los americanos. Y los catalanes? Hostia. No aparecen. Estarán en la industria cultural?

Oiga, ¿Donde está la valencianía empresarial amenazada por el terror catalán? No será que el dinero no tiene patria?. Aunque sería mas exacto decir que la patria del dinero es un tanto por ciento, un índice que expresa el grado de acumulación de capital que se obtiene, o se puede obtener, con un negocio. A estos efectos de extraterritorialidad del negocio en un espacio globalizado, tiene menos sentido hablar de sucursalismo, pero sigue siendo cierto que las empresas, aunque los mercados sean globales, suelen tener una sede territorial y cuantas mas sedes de empresas poderosas en manos autóctonas tiene un territorio, eso es un índice del verdadero poder económico de esa comunidad.

En ese sentido, Heliópolis ha sido, y sigue siendo, un lugar sucursalista, en el que los empresarios de aquí han buscado alianzas con capital foráneo, lo que es razonable, pero en demasiados casos han renunciado a su poder de decisión y han cambiado sus empresas por paquetes de acciones de empresas foráneas, en lugar de invertir sus euros en el lugar que tanto quieren, lo que parece indicar que una cosa es el cariño, una relación afectiva, y otra el dinero y la confianza en un sistema económico.

Si han invertido, ha sido, sobre todo, en ladrillos, pero, incluso en ese sector, el edificio mas emblemático de Heliópolis, ese que necesita balizas para avisar de su presencia a los aviones, --viva por encima de los demás-- ha sido construido por un empresario madrileño de adopción, ex presidente del Real Madrid, del mismo modo que las inversiones inmobiliarias mas importantes realizadas en Benidorm tienen su origen en capitales financieros ajenos, sobre todo madrileños.

Y los catalanes? Hostia. Estarán en la industria cultural?

Los mas importantes teatros, casi todos los museos, la filmoteca, alguna editorial, son de titularidad pública, es decir suyos, o sea, de aquellas plañideras que, cíclicamente, agitan al personal con la bandera de los catalanes, esos personajes de pesadilla, para distraer la atención de su propia inanidad.

En cuanto a la penetración catalana en la industria cultural, dejando aparte la presencia testimonial de Eliseu, su editorial, su asociación y su dichoso repetidor, sencillamente es una entelequia. No puede existir penetración foránea en un sector que es prácticamente inexistente. Quién va a querer invertir en un sector económico que es lo mas parecido a las calles de Heliópolis cuando se aproxima la segunda quincena de Agosto?

Terminada la visita al Registro, me he dado una vuelta por la Gran Vía. He aspirado el perfume de los magnolios que plantaron los pro hombres locales que creían en la necesidad de asentar una prosperidad sólida en su tierra, quienes fundaron la Sociedad de amigos del país y las demás instituciones mercantiles y culturales que aun perviven, y me he preguntado, ¿Tienen los empresarios y los políticos valencianos en el poder sentido de País?. Rotundamente, no. Me remito a las pruebas documentales. Mas bien han sustituido, salvo excepciones, claro, la defensa verdadera de sus raíces históricas, de su modo de ser, de su singularidad, por la agitación periódica de un fantasma que genera pesadillas a los desinformados, para ocultar su inanidad, su mezquino concepto de país y de ciudadanía, provinciano, y a veces, ruin y reaccionario

En fin, todo esto me pasa, me meto en estos berengenales, porque el Maravillas está cerrado.

El Maravillas ha cerrado. Queda inaugurado Cafés Valiente. Buenos días.

Lohengrin. 7-08-07

lunes, 6 de agosto de 2007

SEDUCTORES

Mi viejo Espasa define la acción de seducir del siguiente modo. Engañar con arte y maña; persuadir suavemente al mal. Cautivar el ánimo. Es decir que para que se de el supuesto de la seducción, hacen falta dos actores. Uno engaña. El otro se deja engañar. Uno persuade. Otro es persuadido. El seductor cautiva, el seducido deja cautivar su ánimo. En otras palabras, de un lado tenemos la mala intención y del otro, la inocencia. De donde se sigue que, en ausencia de inocencia en una de las partes, no hay seducción.

Calificar de seducción a la mayoría de las actividades relacionadas con la intención compartida de llegar a un consenso venéreo es impreciso, inexacto. Esas negociaciones, chalaneos, pre acuerdos y entendimientos, contienen algunos de los elementos tácticos del proceso de seducción, pero cuando se establecen entre personas adultas, con experiencia, les falta la condición esencial para responder a esa denominación, la inocencia de una de las partes.

El seductor, al menos el descrito en el paradigma transmitido por el teatro y la novela, es alguien que practica la ocultación y el engaño, busca la desigualdad y se aprovecha de su mayor nivel de experiencia, abandona cualquier escrúpulo para conseguir su objetivo, y cuando lo consigue, el resultado no es una relación equilibrada y compartida, sino que la persona que ha sido objeto del proceso de seducción, queda convertida en víctima de la maquinación seductora.

Los procesos de no-seducción, buscan el mismo objetivo que los paradigmas novelados o representados, pero suele ser un objetivo compartido y las relaciones que se establecen para su consecución son mas equilibradas, menos desiguales, mas atemperadas por la semejanza entre los niveles de experiencias personales de cada sujeto, que ya no son los de los personajes de las novelas del siglo diecinueve.

El proceso de oferta y demanda del amor está marcado, en tanto opera en una dimensión emocional, y por tanto irracional, por leyes distintas de las que operan en otros mercados, pero eso no quiere decir que carezca de leyes, de regularidades.

Algunas de esas regularidades son observables si nos fijamos en las distintas fases del proceso. Hay una fase de Aproximación. Otra de Interesamiento. A continuación, puede establecerse, o no, la Aceptación. Cuando existe aceptación, suele llevar al Consenso. Y si hay consenso, la probabilidad de alcanzar la Consumación, es muy elevada. Consumado el objetivo compartido, viene la Repetición. Finalmente el Desenlace, sujeto a tantas variables, que es difícil de prever.

Estamos hablando de emociones, no hay que perder esto de vista, pero las conductas humanas en estas primeras cinco fases de este proceso del mercado del amor, son asombrosamente semejantes a los comportamientos de comprador y vendedor en un mercado de contenido económico, por ejemplo el de la venta de libros a domicilio.

La fase de Repetición evoca igualmente un concepto económico usado con mucha frecuencia, La satisfacción del consumidor.

El estudio de la curva de satisfacción del consumidor indica claramente que a partir de ciertos niveles de oferta amorosa, su demanda decrece, pero eso no indica en modo alguno cual será el desenlace de la relación, pues ese acontecimiento está sujeto a un número tan grande de variables, que es imposible prever hacia donde nos conducirá.

Tratándose de personas, de emociones, de irracionalidad, no creo que se pueda establecer ningún criterio objetivo que permita predecir conducta alguna, ante las diferentes opciones implícitas en el desenlace, que es un camino abierto con múltiples derivaciones.

Lo único que estamos en condiciones de asegurar es que, cuando una relación se establece en términos equilibrados, en cuanto a motivaciones, experiencias y objetivos, en un marco de reciprocidad, ninguno de los que participan en el juego debe caer en el error de atribuirse el papel de seductor.

En ausencia de inocencia, no hay seducción. No hay seductor. No hay seducido. Por mucho que se utilicen, por ambas partes, tácticas de seducción.

Lohengrin. 6-08-07

LA FILMOTECA

En la noche quieta de agosto, entre palmeras y sicómoros, etcétera, la filmoteca de Heliópolis vuelve en su viaje migratorio anual para ofrecernos de nuevo, en los Jardines del Palau, el placer arcaico de nuestra infancia. El cine de verano. Este año no está la aduanera del año pasado que interceptaba en la puerta las bolsas de Mercadona repletas de bocatas envueltos en papel metalizado, en defensa de la concesión del bar del cine

De todos modos, nosotros hemos cenado antes de venir. Después de la experiencia de la pasada temporada, no queríamos volver a sentirnos como los viajeros en la cola de embarque del aeropuerto, mientras un funcionario escudriñaba nuestra habilidad para hacer tortillas.

Este año no podemos asistir a lo mas interesante del ciclo, porque pasamos media semana fuera, y nos vamos de viaje, así que el jueves fuimos a oír, en versión original, una película de Minnelli que ya habíamos visto doblada, Cautivos del mal, The Bad and The Beautiful, que forma parte del miniciclo, Hollywood Davant L´espill, que incluye, además, En un lugar solitario (Nicholas Ray), Cantando bajo la lluvia (Kelly&Donen), Ha nacido una estrella (Cukor) y Dos semanas en otra ciudad (Minnelli).

Había olvidado esta película de 1.952, pero a medida que he ido recordando la trama he encontrado un cierto paralelismo entre el personaje del productor sin escrúpulos Jonathan Shields y el del libro de Martin Amis que estoy leyendo, Jhon Self, no porque sean iguales, sino porque tienen algo en común.

Ambos se relacionan con actores, y al hacerlo, usan el engaño como arte y maña para persuadirlos y cautivar su ánimo, los manipulan, hasta conseguir sus fines. Una vez conseguidos estos, los abandonan a su suerte. Algo parecido a lo que mi Espasa explica de la expresión seducir.

Al aparecer Lana Turner en la pantalla, no sabía si estaba viendo cine egipcio o americano, porque sus peinados y su estilo actoral recuerdan el hieratismo con el que los artistas del viejo imperio del Nilo mostraban el rostro humano en sus representaciones murales. Lo mas delirante de la película es la aparición de Gilbert Roland, quien por cierto no aparece en el reparto del programa de mano, haciendo una parodia de si mismo, de ligón hortera, que irrumpe en el film bailando ritmos brasileños en una secuencia desternillante, hasta que su pareja lo deja solo en la pista y se sienta para meterle mano a su bistec, mientras el continua su sobreactuación. Un golpe de humor que lleva la firma inconfundible de Minnelli.

Me he perdido Infiltrados, que se proyectó el fin de semana. Pero todavía se pueden ver Duelo en el barro(Fleischer), Cartas desde Iwo Jima (Eastwood), Volver (Almodóvar), Viaje Alucinante (Fleischer), The Host (Coreana), El Buen Pastor (de Niro), y La Maldición de la Flor Dorada (China), entre otras. De nada.

Por cierto, he pagado tres pavos, como todo hijo de vecino, en contra de lo que acostumbro.

Me han llegado noticias de que todo el equipo de la filmoteca de invierno --eran una pandilla de rojos, según parece-- ha sido lanzado a la puta calle. La excusa perfecta ha sido la necesidad de remodelar el edificio donde tenían su sede, el viejo cine Rialto.

Creo que han trasladado esa actividad a algún espacio del Ivam. Ignoro cuantos de la vieja plantilla siguen allí, pero se de buena tinta que algunos lloraron al abandonar el edificio. Era una sala cutre, pero a los que la frecuentábamos no nos molestaba en absoluto.

La Consellera de eso, o lo que sea, parece ser que ha hecho declaraciones en el sentido de que, al tratarse de una rehabilitación, no puede aventurar plazo alguno para la finalización de la obra, tampoco respecto a la cuantía del presupuesto. ¿.........? Coño, así yo también sería Conseller de cualquier cosa. Sin comprometerte a plazos ni presupuestos, puedes ejercer de lo que sea sin ningún estrés, no?

Tengo para mi que, dado lo avanzado de la edad de la plantilla, el llanto de algunos de ellos está relacionado con la sospecha de que nunca volverán a su puesto de trabajo, y de que la filmoteca de invierno no volverá a estar ubicada en la mas céntrica plaza de Heliópolis.

Una duda me corroe. ¿Algún politicastro influyente se ha pedido para él ese edificio situado en un lugar tan estratégico? Si alguien sabe algo sobre el asunto, de fuente fiable, sólida, por favor, que deje un comentario en esta página. Gracias.

Lohengrin. 6-08-07

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