viernes, 30 de noviembre de 2007

LA BOMBA

Mi viejo Espasa contiene una definición de fanatismo que me parece insuficiente. Lo describe como la defensa con tenacidad y apasionamiento de creencias y opiniones, el entusiasmo ciego por una cosa.

La tenacidad, el apasionamiento y el entusiasmo son rasgos de carácter o conductas tan generales que parece una imprecisión asociarlos al fanatismo. Solo la ceguera --intelectual-- es un componente preciso de esa definición. Para que el fanatismo sea visible como conducta social generalmente se requiere un gregarismo acrítico entre quienes lo ejercen, que actúen al dictado de ideas ajenas sin pasarlas por el filtro de su propia reflexión.

Este fanatismo inducido generalmente lo es contra algo o alguien, lo que se ha dado en llamar un chivo expiatorio. En mi opinión los elementos que definen el fanatismo, entendido como conducta social con un sustrato individual son, el gregarismo acrítico, la ceguera intelectual y la invención por quienes lo inducen de un chivo expiatorio contra quien dirigir esa energía negativa irracional que caracteriza a los fanáticos.

El entusiasmo, la tenacidad y el apasionamiento, a mi me parecen únicamente elementos del carácter o la conducta que pueden estar presentes, en mayor o menor grado, en quienes ceden a la irracionalidad del fanatismo, pero lo están por su condición de individuos, mas que por su deformación fanática.

Hecha esta aclaración, me voy a centrar en el comentario de una noticia que no se puede entender sin esta reflexión previa.

En la sede de Esquerra Republicana en Heliópolis, alguien ha colocado un artefacto explosivo cargado con metralla, que ha hecho explosión causando daños materiales pero ninguna víctima. Eso, con independencia de su mayor o menor potencia y el nivel de los estragos que haya causado, es una bomba. Al menos así lo llamamos cuando nos referimos a los actos terroristas en Irak y otros lugares de conflicto.

Ser militante de izquierdas y aspirar a la república por la vía parlamentaria en Heliópolis, se convierte desde ahora en algo tan peligroso como lo es para una mujer occidental tomar el sol en bikini en una playa de Arabia Saudí, o acercarse al mausoleo de Mohamed V en Rabat, lo que confirma que el fanatismo violento está presente en todas partes, aunque adopta diferentes formas.

En Heliópolis, desde los tiempos de Abril Martorell, se han fomentado conductas gregarias acríticas y se han inventado chivos expiatorios, con la finalidad de favorecer intereses espurios. Ese dilatado fomento del fanatismo, especialmente en lo que concierne a estimular la ceguera intelectual, dura ya décadas y ha incluido desde los abucheos y agresiones a Pérez Casado hasta su consecuencia mas reciente, la bomba a Esquerra Republicana. Ese uso inmoderado del chivo expiatorio, del muñeco de paja con el que estimular la afición de algunos al pim pam pum, requirió la construcción de un falso enemigo, el poder catalán que nos quiere quitar lo nuestro, una falacia que ahora, una fuente tan poco sospechosa como el informe del BBVA ha desmentido completamente, al demostrar que el temible poder catalán ha sido perjudicado en el reparto de los fondos territoriales, que, durante un largo periodo de gobierno del PP aportó mas recursos de los que recibió, justo al mismo tiempo que aquí la derecha ganaba elecciones exhibiendo sin pudor el muñeco del catalán que nos quiere quitar lo nuestro.

No se trata solo del reparto de los fondos territoriales. Es que si vamos a los registros mercantiles y de la propiedad --como creo que ya he dicho en alguna otra página-- nos encontramos con la realidad de que la penetración en nuestra economía y nuestro territorio por empresas y fortunas foráneas, tiene un origen madrileño, muy por encima del catalán, del mismo modo que ha sido Madrid la comunidad beneficiaria, con diferencia, de los fondos territoriales, como no podía ser menos, viniendo como venimos de un estado centralista anterior a la estructura territorial pactada en la constitución.

Mientras tanto aquí, en Heliópolis, la derecha en el poder sigue confundiendo al personal con el fantasma del tripartito catalán, el agua del Ebro, y solo abandona esa cantinela para sustituirla por la madre de todas las consignas, todo va bien y si algo va mal la culpa es del otro, es decir, de Zapatero, que, temporalmente, sustituye a los catalanes como chivo expiatorio.

Nada tiene de extraño que en ese clima de inducción al fanatismo, aparezcan fundamentalistas, tenaces, apasionados, entusiastas, según mi viejo Espasa, gregarios, acríticos, sin ideas propias, según mi propio punto de vista, y quienes desean ejercer una opción de izquierdas y defender su idea de la república desde el parlamento, deban afrontar los mismos peligros que acechan a las mujeres que desean tomar el sol en las playas de Arabia Saudí o acercarse al mausoleo de Mohamed V.

Espero que pronto detengan al autor material de la colocación de la bomba y, citando la doctrina Aznar, que los jueces lleguen hasta los responsables intelectuales de esa agresión. Aunque todos sabemos perfectamente quienes son.

Lohengrin. 30-11-07.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

EL RÍO

Todo fluye, nada permanece. Lo sabemos desde que Heráclito formuló la primera teoría dinámica de la antigüedad clásica, al observar que no podemos bañarnos dos veces en el mismo río porque, al intentarlo, el río ya es otro.

A muchos les aterra esa realidad y optan por la codicia y el logro, casi siempre a costa de la desgracia de otros, en un intento vano de alcanzar una imposible permanencia, que alivie su ansiedad ante la incertidumbre.

Otros, aceptamos esa realidad y nos integramos en el curso fluvial cambiante de la vida y solo aspiramos a que la corriente no nos haga perecer por ahogamiento. A veces, para evitarlo, nos vemos en la tesitura de escoger entre dos orillas para ponernos a salvo, pero esa elección azarosa nos sitúa en la indefensión que caracteriza nuestra condición humana porque, al igual que no podemos bañarnos dos veces en el mismo río, cuando elegimos una orilla, ignoramos fatalmente como sería nuestra vida de haber escogido otra.

Ningún grupo humano lucha con tanto ardor por su permanencia como los políticos. La pulsión del poder es tan irresistible que la conservación de sus privilegios --casi siempre con el argumento de que para que la política alcance sus nobles objetivos, la primera condición es tener poder para realizarlos-- se suele convertir, demasiadas veces, en un fin en si mismo, que oscurece su finalidad proclamada, poner en marcha proyectos que favorecen a la sociedad que legitima ese poder.

Lo estamos viendo en Pakistán, en algunos países de América latina, también en Madrid, en Rusia. En todos esos lugares, con distintos contextos y personalidades políticas que proclaman diferentes objetivos, es visible una tendencia a forzar a magistrados, tribunales y pactos jurídicos constituyentes, para perpetuarse en el poder, o para socavar el poder del adversario.

En todos esos lugares y seguramente en algunos mas, las garantías constitucionales están en crisis y el elemento común que prevalece en esos conflictos de poder es la pulsión de la permanencia, la incapacidad de algunos para adaptarse al flujo cambiante de la vida, para aceptar la temporalidad de su usufructo del poder político representativo.

La globalización económica es un fenómeno que tiene rasgos semejantes a los intentos de perpetuación en el poder político. La expansión de los mercados a nivel mundial y el intento de apropiación de una cuota cada vez mayor de esos mercados, ha exigido un cambio en las reglas de juego, procedimientos para eliminar regulaciones, barreras y trabas jurídicas y garantistas que actuaban como contrapeso del poder de la oferta, y cuya eliminación ha permitido un aumento sin precedentes del poder económico de los actores de ese proceso globalizador, asegurando su permanencia en los mercados.

Ese proceso ha precedido la acción de quienes, desde los ámbitos de poder político, armados con la piqueta de su supuesta legitimidad, golpean con energía sobre las defensas cívicas representadas por tribunales, magistrados, pactos y constituciones que se oponen a su permanencia, o les impiden su acceso al poder.

Al parecer, el nuevo funcionamiento de la economía, libre de regulaciones, se intenta trasladar al ámbito político, por medio de leyes a la medida de quienes aspiran a su permanencia, a su perpetuación, en el mercado electoral.

Mientras eso sucede en el ámbito de la política, quienes observamos desde un punto de vista alejado de la brega cotidiana por el poder, sonreímos con un cierto escepticismo, convencidos de que todo fluye, nada permanece --tampoco el poder político, a su pesar- y nos dejamos llevar por el curso fluvial cambiante de la vida. A cambio del sosiego de esa actitud contemplativa, nos quedamos con la incertidumbre de ignorar que habría sido de nuestra vida si, en lugar de elegir estar en una orilla, hubiéramos escogido otra.

Lohengrin. 28-11-07.

lunes, 26 de noviembre de 2007

EL AGUA

El agua es un líquido --según nos enseñaban con la precaria ciencia de hace medio siglo-- inodoro, incoloro e insípido. Que no tiene olor ni sabor lo contradicen todos los días los catadores de agua mineral que ejercen su función en los restaurantes mas lujosos del planeta. No nos enseñaron que fuera escasa, y tampoco que su uso no es neutral.

Que el agua tiene muchas utilidades es un hecho de fácil verificación. Basta con consultar el recibo de su suministro. De un total de 30 Euros, solo 13 corresponden al suministro de ese líquido, lo demás corresponde a ingeniosos trucos que casi triplican su coste para el usuario, aunque al parecer van a cubrir necesidades municipales, alcantarillado, saneamiento, dicen. Aunque no sabemos muy bien como ni en que se lo gastan.

Me di cuenta de que el agua comenzaba a ser un bien escaso al observar el desembarco de multinacionales en las sociedades centenarias que gestionaban el agua a nivel municipal. Esa entrada coincidió con su escasez y, por tanto, con el aumento de su precio. Ya se sabe que, todo lo que escasea, triunfa, en términos de negocio puro y duro. La privatización del agua ya tenía precedentes en nuestro país. En Canarias el agua siempre ha estado en manos de caciques. En lugar de rescatar ese bien público imprescindible de manos de negocios privados, lo que se ha hecho es privatizar su gestión en el resto del territorio.

El agua tiene usos muy variados, sirve para el aseo cotidiano, también para beberla, aunque, donde esté un buen Ribera del Duero, en fin. Es un elemento esencial que contribuye a la regulación del clima y a la biología del mar, además de un aporte imprescindible para la actividad agrícola. También es fuente de inspiración literaria, poética, cinematográfica, generalmente en forma de lluvia. Ha influido notablemente en la arquitectura urbana de los sitios lluviosos contribuyendo al invento de las plazas porticadas y también es portadora de catástrofes cuando cae en cantidades excesivas en lugares poco preparados para esa eventualidad.

En Heliópolis, como somos muy imaginativos, le hemos encontrado otra función, absolutamente original, arma para la lucha política.

He llegado a pensar que los políticos se han vuelto locos, al ver los recursos que malgastan en campañas publicitarias alrededor de la lucha del agua, en lugar de dedicarlos al agua misma. Primero vi una campaña en televisión en favor de las desaladoras. Ahora veo un anuncio a toda página en favor del Trasvase. No estoy seguro, creo que la campaña del agua desalada la pagan las empresas desaladoras, pero es igual, al final la pagaremos los usuarios. En cuanto a la del Trasvase, no hay duda, la paga una fundación de la Generalitat, creada básicamente para el aprovechamiento político del agua. Ambas campañas merecen ser reprobadas, por que suponen una mala asignación de recursos que deberían dedicarse a la solución de problemas concretos y no a esa batalla mediática estéril.

El contenido del anuncio de la fundación no tiene desperdicio. Lo reproduzco en su totalidad, traducido, “Trasvase del Ebro. Cuestión de sentido común”. (ya saben ustedes que el sentido común es el menos común de los sentidos, como a continuación se verá) “Si el agua dulce del río se convierte en salada al llegar al mar....que sentido tiene desalar el agua que el Ebro arroja al mar?” Es curioso, pero esta enorme chorrada, tan fácil de desmontar, ha calado entre la gente. Lo he comprobado esta mañana, mientras tomaba un café con una persona que la ha leído, y se la ha tragado, sin mas.

Los simples que se han inventado ese enunciado, han quedado tan satisfechos de su simpleza, que la han remarcado en un círculo con el lema “claro como el agua”.

Veamos la primera chorrada monumental “..el agua dulce del río se convierte en salada al llegar al mar”. Sin el aporte del agua dulce de los ríos, que reduce su salinidad, el mar sería una sopa salada donde no sobreviviría ningún pez. Esa simpleza maliciosa no merece mas comentarios. Infórmense y juzguen ustedes mismos.

Otra. “Trasvase del Ebro. Cuestión de sentido común” A ver, es que esos tíos no leen la prensa, no viajan? Cuando fue la última vez que el Ebro se desbordó en Zaragoza? Busquen en las hemerotecas, hombre. O mejor, vayan a Zaragoza y comprueben cual es, en la actualidad, el caudal del Ebro. Yo lo hice hace unos meses y se ve a simple vista que el Ebro ya no es lo que era cuando se empezó a hablar de trasvase. Es que no hay caudal suficiente, oiga. A ver si se enteran.

Luego está el delta, porque hay un delta, saben, en su desembocadura. Un ecosistema valiosísimo, por no hablar de la comunidad que allí vive y los cultivos que dependen del río, aun con su caudal disminuido.

Sin tener en cuenta estas consideraciones, biológicas, medioambientales, y de sentido común, estos imbéciles del anuncio, que no van a la hemeroteca ni viajan, pero que en caso de suponer que lo hacen habría que calificarlos de maliciosos, nos quieren colar un planteamiento simplista, acientífico, de un asunto tan importante como es el del agua. Y encima, tenemos que pagarlo.

Lo irónico de todo esto es que hay mucha gente de buena fe que lo leerá sin hacerse preguntas, y lo dará por bueno.

El problema del agua, con ser esencial, no es, a mi juicio, el mas grave que tenemos en Heliópolis. Lo mas importante y urgente que tenemos por delante es echar del poder a la comunidad de intereses políticos y económicos que tiene sus garras puestas desde hace un decenio en nuestro espacio público.

Solo así podremos afrontar de forma rigurosa el problema del agua y todos los demás, infraestructuras, sanidad, territorio, después de deshacernos de esta clase política y económica provinciana, falta de solidez, que solo vive de sus relaciones privilegiadas y carece por completo de un proyecto coherente que no sean sus intereses mezquinos e inmediatos.

También convendría que, quienes hayan de sustituirlos se dediquen por entero a la dura tarea de pensar un proyecto decente y entregarse con eficacia a su realización, porque muchos empezamos a estar hartos de gobiernos incoherentes, pero también de alternativas inconsistentes.

Aun queda tiempo para eso, ya que las elecciones autonómicas están lejos, pero podemos hacer un ensayo en las próximas elecciones generales. Faltan menos de cuatro meses.

Hasta las próximas elecciones autonómicas, tendremos que seguir contemplando las monumentales chorradas que nos cuentan esos descerebrados en su propaganda política. No dejen de leerlas, pero es aconsejable hacerse preguntas sobre sus enunciados. Todos tienen trampa.

Lohengrin. 26-11-07.

sábado, 24 de noviembre de 2007

METÁFORAS

Es sábado, así que he cogido una cesta y he ido al mercado a buscar metáforas. Las mas frescas, del día, ofrecían un aspecto claro, luminoso, inteligible, pero sus precios eran prohibitivos. Las híbridas de genialidad y sencillez eran las mas caras, alcanzaban cotizaciones como si fueran trufas. En el puesto de la casquería eran mas baratas, pero eran oscuras, densas, herméticas. El público se amontonaba delante del puesto, por razones de precio, pero también por una cuestión de preferencias. Abundaban los catedráticos de sociología, directores generales, especialistas en hermenéutica --que querrá decir eso?-- y mecánicos frigoristas, entre otros.
Di un par de vueltas por el mercado y me detuve frente al puesto de metáforas con denominación de origen. Allí se vende el material mas noble. Casi todo lo que ofrecen ha sido elaborado por poetas, pero su consumo minoritario, su débil demanda, hace que puedas encontrar, a veces, ejemplares interesantes a un precio razonable. Me fijé en el escaparate. Octavio Paz. Jorge Guillén, Miguel Labordeta. Estaban de oferta. De Paz no compré nada. Hace poco mas de un mes me llevé una cosa suya, “la noche, (...)vasta demolición que se acumula”, para construir otra sobre ese derribo, “Despertar entre escombros de sueño”, que figura en la página El Fulgor, muy visitada, por cierto.
Por un precio de risa, compré la de Jorge Guillén, para ponerla hoy aquí, “El tiempo es lujo y va muy lento”, porque evoca un pasado mío muy personal, cuando aún tenía un alma barroca, y percibí esa misma sensación de lujo y lentitud al calentar mi piel con el sol mediterráneo de la costa de Denia en un otoño que luego se reveló crucial en mi vida.
Lo de Labordeta lo venden de tapadillo porque el paso del tiempo le ha dado una pátina políticamente incorrecta a lo que en su origen solo fue un modo de expresión surrealista, “mi mujer que relincha en la caja de cerillas”, parece ahora una expresión ofensiva, pero hay que situarla en el contexto de su libro, “La Escasa merienda de los tigres” que también contenía otras, como, “los que van a la oficina con sus lomos de perro” que tampoco era muy amable, para no caer en interpretaciones relacionadas con el género.
Hay un puesto de metáforas que es el que mas se acerca a mi modesta capacidad de compra, ya que se dedica al trueque con mercancía usada y, por una módica cantidad, puedes llevarte una, a condición de dejar otra en su lugar. Tengo un montón de material usado, tan deteriorado, que cuando tecleo una metáfora de esas en el ordenador, las letras se deshacen de puro gastadas. Hace algún tiempo me traje de ese puesto una cosa atribuida a Winston Churchill, aquello de que “la guerra es la continuación de la política por otros medios”, a cambio de otra que ya no tenía ninguna utilidad y, después de la oportuna puesta al día, la he trasmutado en otra mas actual, “la paz es la continuación de la guerra por otros medios” que he usado en la página Guerra y Paz y, mas recientemente, en Niños que, para mi sorpresa, es una de las mas visitadas.
Es una gozada visitar el mercado los sábados, con la cesta vacía, y recorrer los puestos colmados de metáforas para todos los bolsillos, elegir de entre esa amplia oferta las que mejor se adaptan a tus necesidades y tu economía y encontrar, de vez en cuando, algún raro ejemplar que pasa desapercibido a los demás compradores y que puedes hacer tuyo por muy poco dinero.
Las metáforas no son, como algunos creen, traslaciones del sentido de las voces en otro figurado, en virtud de una comparación tácita, sino frutos frescos que se cosechan a la luz de la luna, en las horas mas lúcidas, mientras los demás duermen. Luego las llevan al mercado y tu solo tienes que acercarte, con la cesta vacía, el ánimo vivo, la curiosidad abierta, y adquirir las que mas se ajustan a tu presupuesto.
De nada.
LOHENGRIN. 24-11-07.

jueves, 22 de noviembre de 2007

PANCHO (VILLAS)

Es un alivio encontrar en el “Levante” un texto escrito por un cargo del PP que usa la ironía inofensiva, en lugar del ladrido, la falsedad, la insidia mendaz, la manipulación torticera o el chiste zafio a que tan acostumbrados estamos gracias a Mayor Oreja, Aceves, Martínez Pujalte o Zaplana, por citar solo a algunos de quienes usan lenguajes, procedimientos y estrategias que seguramente, buena parte de los millones de votantes a quienes se deben no aprueban.

Villas es Director General de Relaciones Externas del gobierno de Heliópolis. Ese cargo, dado el autismo de nuestros gobernantes hacia quienes no comparten sus delirios megalómanos aplicados a la política, le dejará, al menos, la mitad del tiempo libre, lo que explica su talante relajado que es digno de agradecimiento y atención.

Ironiza Villas sobre el hecho de que el PSOE haya nombrado un grupo de asesores que no ha tenido nunca relación alguna con España.

Se dan cuenta, los superiores de Villa, de lo que implica ese argumento?. Significa que los de fuera nos desconocen. Teniendo en cuenta que Heliópolis es una parte muy importante de ese todo español, ese desconocimiento nos afecta a todos, pero eso es imposible, porque sabemos que la imagen exterior de Heliópolis ha centrado todos los esfuerzos presupuestarios del último decenio.

Miles de millones de Euros dedicados a que los de fuera nos conozcan y ahora va a resultar que somos unos perfectos desconocidos. Eso no puede ser y además es imposible, como dijo aquel. La prueba de esa debilidad argumental es que hasta los promotores que antes ofrecían sus proyectos de islas artificiales a los jeques árabes han llegado hasta aquí, atraídos por la propaganda de autonomía derrochadora --solo en cuestiones de imagen exterior-- que identifica a nuestros políticos a nivel mundial.

¿Cómo se puede decir, sin contradecir la política de los jefes, que los extranjeros nos ignoran?. Se puede, pero te van a reñir, Villas. Desde el patrón de la Fórmula 1, hasta Louis Vuitton, que viene a merendar de vez en cuando al Mercado Central, pasando por el rector de la universidad de Georgetown, entre muchos otros, han contribuido a que nuestro país sea tan conocido, al menos, como los clubes punteros de la liga de fútbol. Por no hablar de los cuatro millones de personas de fuera que han decidido residir aquí en los últimos tiempos. España se aproxima cada vez mas al melting pott que caracteriza a las sociedades mas avanzadas.

Todo eso lo sabe Villas, y tampoco hay que reprocharle que critique que “deben ser los de fuera los que nos digan lo que tenemos que hacer”, sabiendo, como el sabe, que está hablando de un comité consultivo que no tiene carácter ejecutivo, porque, al fin y al cabo, lo que hace es un ejercicio amable de ironía que hay que agradecer, en contraposición a la ferocidad que exhiben algunos de los de dentro, de su propio partido.

Fueron los de dentro, de su propio partido, no los de fuera, los que tomaron un par de decisiones que han tenido repercusiones dramáticas para todos nosotros. La primera fue alinearse con Bush, con los resultados que todos conocemos. La segunda, mas catastrófica incluso, por los efectos que ha tenido en la población joven, fue eliminar el impuesto de actividades económicas, recurso principal de las administraciones municipales, con el resultado perverso de que el sesenta por ciento del valor de una casa actualmente corresponde al suelo, dado que las arcas municipales se nutrieron desde entonces de tributos relacionados con las operaciones inmobiliarias. Y eso, hay que agradecérselo al partido de Villas. No lo olviden cuando les llamen a ejercer su derecho al voto.

A Villas hay que agradecerle, sinceramente, que utilice la ironía inofensiva y el talante relajado para comunicarse con los lectores, en lugar del exabrupto, la manipulación o la falsedad, aunque mucho me temo que, cuando su jefe se entere, le tirará de las orejas.

Lohengrin. 22-11-07.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

LA ISLA

He bajado al Maravillas y al ojear el periódico he visto una foto del último proyecto megalómano que ocupa las neuronas de las cabezas con poder político en Heliópolis. Una isla. Una plataforma sobre el mar cercano para acoger un complejo turístico de alto nivel. Esa isla, pese a disponer el proyecto de un puente que lo une con tierra firme, tiene un carácter metafórico que permite asociarla con las cabezas de quienes lo impulsan.

La singularidad neuronal de esas cabezas, desprovistas de receptores que las unan con el exterior, hace que se comporten como islas, debido a su megalomanía, un delirio que corta sus puentes con la realidad y quienes en ella habitan, con sus necesidades y sus prioridades.

Esta patología social suele ser mas frecuente entre aquellos a quienes los ciudadanos, en el ejercicio pleno de su capacidad de decidir, han conferido mayorías políticas absolutas, devaluando así la función de la oposición, con lo que se quiebra el juego de poderes parlamentarios que permite un funcionamiento equilibrado de las instituciones democráticos

Esta especie de autocracia representativa sostenida por los votos opera aquí, pero también en otros lugares, como Andalucía y Castilla la Mancha, con gobiernos de distinto signo, aunque sus consecuencias visibles no sean iguales en todas partes.

En Heliópolis, respondiendo a una especie de pulsión pendular, hemos pasado de dar la espalda al mar --antes de construir el paseo marítimo, no hace tanto, la playa de la Malvarrosa era un estercolero en el que los caudales de las acequias sin depurar depositaban su carga cotidiana de animales muertos y verduras putrefactas-- a dar la espalda a la ciudad, muchos de cuyos barrios se hunden en la decadencia, como se puede comprobar paseando por el Carmen, el Cabanyal, y algunos más, mientras las calzadas son invadidas por coches estacionados en doble o triple fila, ante la indiferencia de la alcaldesa, que ha descubierto el mar y, fascinada por ese horizonte, no dedica los presupuestos y las medidas necesarias que demandan los barrios y los crecientes problemas creados por un tráfico cada vez mas caótico.

El paseo marítimo es un ejemplo elocuente de como, con una inversión modesta, se puede crear un nuevo espacio ciudadano que disfrutan cientos de miles de usuarios. Con unos cuantos camiones de ratjoles se transformó un basurero en un lugar de encuentro muy concurrido, y la relación coste/beneficio de ese proyecto debe estar entre las mas eficientes de los últimos quince años.

Después ha venido la política de eventos, hitos, iconos arquitectónicos, y en paralelo a esa explosión de conducta megalómana, la degradación de la ciudad interior, la que antes vivía de espaldas al mar y ahora se sacrifica a los presupuestos faraónicos de los proyectos cada vez mas alejados de las necesidades y prioridades de un número considerable de ciudadanos, cuya visibilidad ha desaparecido de las neuronas de aquellos que, entregados al delirio megalómano, propiciado por sus mayorías absolutas, han roto los puentes con aquellos ciudadanos que no comparten su delirio.

Esa patología social tiene cura y consiste en negar la mayoría absoluta a quienes padecen ese delirio, para que se vean obligados a restablecer los puentes con toda la ciudadanía y no solo con quienes comparten su visión de la política. Para que vuelvan su mirada hacia las necesidades y prioridades obvias de la ciudad, cuya atención quizás no derive en acontecimientos o inauguraciones espectaculares, pero hará de Heliópolis una ciudad mas humana, mas habitable.

Hay que recuperar el juego democrático de las instituciones. Abandonar, si es posible por una larga temporada, esta rara situación de autocracia representativa. Podemos hacerlo. No es tan difícil. Las próximas elecciones generales son un ensayo que tendrá repercusiones en todos los ámbitos de poder político. Todos podemos aprovecharlo para contribuir a esa necesaria catarsis de higiene democrática. Y usted?, que piensa de todo esto?. Haga sus comentarios. Gracias.

Lohengrin. 21-11-07.

martes, 20 de noviembre de 2007

AUTOBIOGRAFÍAS

Flotar en el líquido amniótico, sin referencias ni lenguaje, unidos al latido de la vida por el cordón umbilical, tan semejante a las mangueras que unen a los astronautas con su útero espacial, constituye la primera experiencia literaria que deberíamos afrontar al escribir nuestra autobiografía, sin la que, lo que contamos después, queda incompleto.

Millás acaba de publicar El mundo, un relato autobiográfico que se centra en su infancia preadolescente y nos ha privado, en aras de su preferencia por la economía del lenguaje, de ese aspecto primigenio de toda biografía. Si alguna vez escribo la mía, comenzaré por ese lío de cromosomas, genes y proteínas que garantizan nuestra unicidad como individuos, pero carece de instrucciones para alcanzar la felicidad que, al parecer, es algo que, si existe, debemos encontrar a través del aprendizaje.

Habité ese caldo originario sin tener conciencia de su similitud con el vientre salino del mar en el que las primeras bacterias que flotaban a merced de las corrientes, encontraron la ventaja de la comodidad sedentaria y se transformaron en líquenes que vivían en las rocas sin pagar hipoteca.

Al parecer, la vida primigenia fue un proceso lentísimo, de dimensiones geológicas, en el que cada nuevo organismo vivo dispuso de millones de años para adaptarse al medio. A mi me echaron con brusquedad las contracciones de mi madre a un mundo desconocido, sin apenas transición entre la placidez del útero y la dureza de un otoño de la posguerra, con la misma rapidez con que las ocas que se criaban en el corral del bajo que habitábamos ponían sus huevos. Aunque lo intenté, no pude regresar al entorno cálido que me acogía. Creo que nunca me recuperé de ese trauma.

Puedo imaginarme en ese hábitat placentario con los puños cerrados a causa de la insuficiente disponibilidad de alimentos de la época, porque todavía hoy soy incapaz de mover las manos al caminar con las palmas abiertas y ese gesto de protesta prenatal ha marcado sin duda mi tendencia natural a la reflexión crítica, a veces excesiva.

Nuestra falta de conciencia literaria en el útero materno parece un obstáculo para la narración de nuestras primeras sensaciones, pero gracias a las imágenes hoy disponibles de la vida intrauterina y los trasiegos espaciales, podemos entender la unidad indivisible entre lo grande y lo pequeño, el microcosmos placentario y la flotación cósmica de los paseos espaciales, la aportación a la seguridad confortable del feto del latido intermitente del corazón de la madre y su correlato con la ligadura que une al navegante espacial con la seguridad de su base.

La vida es una gran aventura y no comienza cuando lo sugiere nuestra memoria, sino mucho antes. Que no recordemos plenamente ese principio --creo que mi primer recuerdo es de cuando tenía dos años-- no es un obstáculo para que intentemos investigar ese pasado remoto sumergido en lo profundo de nuestros recuerdos mas antiguos. Creo que algunos lo intentan sometiéndose a técnicas de regresión. No me parece necesario. Basta con intentar conocer como somos, ahora. Porque ese proyecto que flotaba en el caldo salino que lo acogía, llevaba ya en su equipaje la rara combinación de cromosomas, genes y proteínas que ha derivado en el individuo que somos, con nuestras preferencias, nuestras manías, capacidades y limitaciones, a las que hemos dado forma individual a través del aprendizaje.

Si alguna vez escribo mi biografía, cosa que dudo, comenzaré con esta página.

Lohengrin. 20-11-07.

domingo, 18 de noviembre de 2007

DOMINGO

La cara mas amable de Heliópolis se expresa en este domingo luminoso de noviembre y miles de personas, ajenas a preocupaciones y obligaciones cotidianas, abarrotan el centro histórico, con su presencia vitalista que habita el ocio de la mañana, mientras el sol mediterráneo aclara los viejos muros catedralicios, que devuelven su luz con una intensidad de espejos.

En el antiguo edificio de El Siglo, Eliseu Climent presta su sótano para exponer las cosas de Renau. El expresionismo combativo de sus creaciones te apunta directamente a los ojos como si fuera un proyectil y nada de lo allí expuesto te deja indiferente, tal es el dramatismo de las imágenes, sean pinturas, fotografías, murales o colages, donde la belleza de la figura femenina se mezcla con los horrores del siglo XX.

Vuelves a las calles y, después de someterte a los gritos de denuncia de las imágenes de Renau, aprecias todavía mas el espectáculo de placidez urbana que te ofrecen, esa instantánea de holganza dominical poblada de sonrisas, saludos y encuentros amigables con personas que habías olvidado.

--Mira. Es Sabater. Angel. Y aquel, no es Muedra?

--Si. Es Muedra. Pero, no murió hace veinte años?

--Si, pero, al parecer, ha decidido salir a pasear hoy.

En la calle del Micalet, en los locales de la Junta Municipal, expone la Asociación de Acuarelistas de aquí. Unas cuantas docenas de acuarelas, algunas, verdaderamente notables. Me llama la atención especialmente una. Un paisaje urbano, la calle de la Purísima. Una composición perfecta, unas pinceladas limpias y rápidas que consiguen una imagen creíble, verdadera, de lo representado, un tratamiento de la luz sabio, con una sutil solución al problema del encuentro entre la luz y la sombra y una resolución de las figuras con ese difícil toque apenas esbozado que consigue proporciones y volúmenes exactos, y todo ello con una paleta de colores suaves que confiere un efecto de unidad a todo el conjunto, y da un tratamiento diferenciado al mismo tiempo a cada uno de sus elementos. Siento no recordar el nombre del autor.

En la plaza de la Reina, la sensación de placidez urbana se ve turbada por la presencia de demasiados vehículos que limitan el tránsito peatonal. No hay modo de que la alcaldesa casi perpetua que tenemos saque los coches del centro histórico. Es el único obstáculo que todavía impide elevar el grado de habitabilidad de esta ciudad, hoy amable, que, con otra dirección política municipal, mas humanizada, ofrecería la máxima sensación de bienestar a sus residentes habituales, a sus visitantes, y a sus críticos, entre los que me cuento, aunque hoy me voy a limitar a lo ya dicho.

En el Almudín, una exposición sobre la Riada, como llamamos aquí a las inundaciones que periódicamente asolan la ciudad y los pueblos de Heliópolis, insiste en el carácter cíclico de esa fatalidad que nos visita, aproximadamente, cada cincuenta años. La última no se centró aquí, sino en la comarca de la marina y en otros lugares rurales. Está por ver si esa regularidad cíclica se va a ver alterada por los desordenes del clima, pero, en cualquier caso, lo que mas huella me ha dejado de la exposición, es el óleo de Muñóz Degrain que muestra con un dramatismo atroz a un niño sostenido fuera del agua por una madre a la que arrastra la corriente.

Al salir del Almudín, sobre la plaza que cubre los restos arqueológicos allí encontrados, un grupo de jóvenes actores interpreta una pieza contemporánea, sin hacer uso de la voz. Vestidos de oscuro, adoptan una actitud mendicante, con las palmas extendidas. Uno de ellos, con gafas de sol, fija su mirada oculta, alternativamente, sobre las personas que le observan. Tiene una especial habilidad para que sientas que te mira a ti. Cuando cambia su posición y queda colgado sobre una baranda de la plaza, con el cuerpo contra el muro, la palidez de sus nudillos por el esfuerzo para sujetarse y no caer, casi consigue que interrumpas el espectáculo y le des la mano con un gesto solidario, tal es la calidad comunicativa de su silencio.

Al dejar el centro histórico, después de visitar la exposición de Renau, la de los acuarelistas, la muestra del Almudín, y observar a los actores en esa plaza, te sumerges en el agradable tráfico peatonal de la calle de Serranos, y vuelves a percibir el rostro amable de la ciudad, liberado de las tensiones y molestias cotidianas, en este cálido domingo de otoño, con sus muros milenarios aclarados por el sol mediterráneo y te sientes afortunado al vivir aquí, a pesar de los políticos que la gobiernan.

Lohengrin. 18-11-07.

sábado, 17 de noviembre de 2007

ESCRITORES

Comenzó a escribir su sexta novela con una mirada nueva, como si fuera la primera vez que lo hacía, desde una mente en blanco, de la que había borrado todas las historias anteriores, que siempre parecían la misma historia. Ese salto al vacío, abandonando las referencias anteriores, una especie de muleta en la que apoyaba su escritura fácil que no se caracterizaba por el esfuerzo, le produjo al principio una sensación de vértigo que se fue transformando, capítulo a capítulo, en una experiencia liberadora, que culminó en un estado de exaltación cuando alcanzó la intuición de que nunca, nadie, había escrito un libro como ese.

Las impresiones subjetivas de quienes escriben, sobre la naturaleza de sus obras, deben ser confirmadas por quienes, a las siete de la mañana, las ojean mientras viajan en el metro y por todos aquellos escritores frustrados que, incapaces de escapar de su propia mediocridad, soportan ese sentimiento de frustración dedicándose a la crítica literaria.

Adanismo. Así calificó el crítico mas influyente del New York Times su esfuerzo renovador, su audacia al abandonar la seguridad de sus ataduras anteriores, y lo que a el le parecía una auténtica proeza, el esfuerzo de desprenderse de la costra acumulada de siglos de tradición literaria para crear un mundo nuevo, una ventana abierta al aire puro de lo auténtico, de lo estrictamente personal.

Antes de condenarlo al abismo y a la ausencia en las listas de títulos interesantes que marcaban la diferencia entre el éxito y el fracaso de los productos literarios, aquel crítico de piel amarillenta, con el hígado averiado por el consumo masivo de alcohol y un carácter marcado por una hipocondría extrema, citó una lista de escritores europeos y americanos de los últimos doscientos años, para señalar después que su nueva novela demostraba que no había aprendido nada de ninguno de ellos, que no había rastro alguno en su lenguaje, en su estilo, en la construcción de la novela, del poso de las novelas que le habían precedido, que aquello era en realidad, un exabrupto de un analfabeto literario, alguien que parecía haber nacido ahora mismo, y que lo ignoraba todo sobre el inmenso legado de la literatura de sus antecesores.

Ese estúpido, borracho y conservador crítico, no había advertido el enorme esfuerzo personal y literario que el había necesitado para desprenderse, voluntariamente, de esa carga de la tradición que frenaba su creatividad. No había sabido entender que, precisamente, esa ausencia de referencias reconocibles en su sexta novela, era un hito que señalaba otro modo de concebir la literatura, una renovación en el arte de escribir que habría una puerta que, durante siglos, había permanecido cerrada a cal y canto, seguramente porque tipos como ese impedían que se abriera, para estar seguros en la comodidad de lo conocido y lo trillado, negándose a aventurarse en el resbaladizo terreno de lo nuevo.

Se sintió como Joyce, cuando publicó Ulises, con el rechazo absoluto de toda la comunidad literaria. Comenzó a habitarlo un feroz sentimiento de hostilidad rebelde contra aquel tipo que hacía y deshacía prestigios ajenos, desde su tribuna periodística, mientras tomaba el enésimo whisquey que volvía su piel cada vez mas amarillenta.

Durante largas noches, en la soledad de su loft, estuvo rumiando su rencor contra aquel tipo que había hundido sus esperanzas, con total impunidad. La séptima noche, vio en el periódico la noticia de un cóctel literario que se iba a celebrar en un hotel de la séptima, con la asistencia de quien se había convertido en su enemigo. La tensión que le había mantenido insomne esos días, comenzó a relajarse al anticipar la posibilidad de una venganza. Se imaginó derramando en la copa de su enemigo el contenido de una cápsula de cianuro, aunque intuía que enseguida habría otro dispuesto a ocupar su puesto de gurú literario, porque esa especia es inextinguible, no puedes matarlos a todos.

A la mañana siguiente, puso manos a la obra. Comenzó una novela de corte policial, un thriller construido con todas las convenciones del género, en el que aparecía un escritor contrariado por una mala crítica, y un personaje perfectamente reconocible por los lectores como el crítico que le había fastidiado, a quien envenenaba derramando una cápsula de cianuro en su bebida.

Esa nueva novela, que no tenía nada de renovadora ni original, pero que aludía a personajes reconocibles en el mundillo de N.Y., fue incluida en las listas de éxitos del New York Times por el nuevo gurú que sustituyó al que había rechazado su libro anterior, a quien tuvieron que hospitalizar a toda prisa. Un ataque de delirio alcohólico lo confinó en una clínica psiquiátrica de N.Y., antes de que palmara por un fallo hepático.

Lohengrin. 17-11-07.

viernes, 16 de noviembre de 2007

CHÁVEZ

He dejado pasar varios días desde el rifirrafe de la conferencia de Chile, ya saben, antes de dar una opinión, y en este tiempo he visto los medios de comunicación llenos de anecdotario, pero pocos análisis. No creo que la actitud de Chávez, tratando de reventar la conferencia, fuera espontánea, sino mas bien, calculada. Respondimos con candidez a esa provocación, en lugar de, por ejemplo, pedir a la presidenta Bachelet que moderara. De haber procedido de ese modo, tal vez ahora habría una bronca entre Chile y Venezuela, en lugar de una bronca entre España y toda Latinoamérica, porque la intervención del rey, con ser legítima, le ha servido en bandeja a Chávez una imagen de prepotencia ex colonial que alimenta su retórica nacionalista.

Los países de América latina están en un proceso de afirmación nacional, acelerado desde que el vecino del norte anda ocupado en otros líos en montañas y desiertos lejanos, y ya no se dedica como antes a derribar gobiernos legítimos allí, invadir países peligrosos para su seguridad nacional y otras actividades, mas o menos diplomáticas.

Han aprovechado ese respiro para firmar tratados internacionales entre ellos, como Caricom, entre países caribeños, Aladi, Asociación Latinoamericana de integración, pero, sobre todo, Mercosur, que integra a países como Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, a los que se han añadido Perú, Venezuela, y no se si alguno mas. En ninguno de esos marcos de cooperación interamericana está presente España, que yo sepa.

Estados Unidos tiene relaciones comerciales con ellos, pero bilaterales, de país a país, y no le hace ascos al petróleo venezolano, del que se lleva todo el que puede. Faltaban los chinos, quienes, aprovechando el vacío que ha dejado USA, han irrumpido en el mercado de materias primas firmando acuerdos que les garantizan un suministro continuado, y que han tenido su efecto en las cotizaciones de los mercados internacionales de primeras materias energéticas, y no energéticas.

Ese es el contexto en el que se entiende mejor la actitud de Chávez, a quien le ha faltado tiempo para negociar con Portugal la vía de acceso de su gas a Europa, lo que no parece una consecuencia de la bronca, sino una operación fraguada de antemano.

Por otro lado, la existencia de nuevas reservas petrolíferas en Brasil, que duplicarán su capacidad de producción, hace de los países de Mercosur, con Venezuela, Argentina y Brasil a la cabeza, una economía integrada en potencia, con una capacidad de arrastre que hace cada vez mas prescindibles iniciativas como la de la conferencia de Chile y lo que hay detrás, la presencia de empresas españolas en Latinoamérica.

Hay una industria española, sin embargo, que tiene una clara ventaja comparativa sobre cualquier otra, porque la materia prima que emplea es el idioma común. La industria cultural está llamada a llenar los espacios que, antes o después, tendrán que dejar libres nuestras empresas petroleras, energéticas y financieras, a las que no veo con fortaleza suficiente para resistir los embates del proceso de afirmación nacional de los países de América latina.

Los esfuerzos diplomáticos para recomponer una cooperación mutua con los países y las organizaciones de comercio latino americanas, deberían orientarse, sobre todo, a la industria cultural, que tiene mayor futuro, y dejar que sean las ventajas comparativas del mercado las que determinen la permanencia, o no, de las demás empresas.

Chávez, debido a su histrionismo, ofrece una imagen bastante lamentable a los políticos europeos, pero es un hecho que la mayoría de los venezolanos le vota. Deberíamos preguntarnos porqué.¿ No será porque las experiencias anteriores en Venezuela con socialismos en apariencia políticamente correctos, como el de Carlos Andrés Pérez, sumieron al país en la pobreza, para su propio beneficio personal?

El socialismo asambleario de Chávez tiene sus raíces históricas en los desmanes que los políticos de todo signo han perpetrado en ese país, desde la dictadura de Pérez Jiménez, pasando por las presidencias de Caldera, Andrés Pérez y Herrera Campins. Ninguno de ellos se ganó la adhesión de las clases populares. Que haya tenido que ser un militar ex golpista quien lo logre, indica que las democracias parlamentarias están muy necesitadas de una reforma urgente que las blinde contra la corrupción, las fortalezca, para no dejar a los pueblos en manos de oportunistas histriónicos como Chávez, o como Berlusconi, ¿se acuerdan? Y es que no hay forma de librarse de esos tipos, siempre queda alguno en activo.

Lohengrin. 16-11-07.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

EL PANFLETO DE RICARDO

He ojeado hoy un mensaje publicado en Levante por el responsable de la campaña electoral de la derecha para las generales en Heliópolis y me ha sorprendido su carácter estrictamente negativo, panfletario, con ribetes identitarios. Esa estrategia está detrás de los reproches de falta de valencianía que se han lanzado estos días a la candidata socialista. La expresión socialismo español que incluye hoy Ricardo en su panfleto tiene el mismo aroma.

Al electorado de aquí, y al partido que gobierna en Heliópolis, lo identitario les importa, mas o menos, un carajo, como demostraron unos al presentar como candidato a la máxima representación de nuestra identidad, a un señor de Cartagena, y otros al elegirlo. No solo ganó, sino que se quedó aquí el tiempo que le dio la gana y se marchó cuando quiso, porque nadie lo echó.

Cada uno nace donde puede, y lo que nos interesa a la mayoría no es donde han nacido los candidatos, sino lo que han hecho después. Por eso, el partido que le paga a Ricardo, fue defenestrado del poder sin contemplaciones, por lo que hizo, y nadie se preguntó donde había nacido quien lo hizo.

En consecuencia, me parece un error estratégico intentar sacar tajada del rollo identitario, en un lugar donde los partidos nacionalistas, de derechas y de izquierdas, con su escasa influencia social, se enfrentan cada día con la indiferencia de los electores, a menos que lo que se pretenda sea arañar unos pocos votos para añadir a los que se presumen escasos.

El otro eje del mensaje es la negatividad. He escrito en alguna parte que los mensajes electorales pueden plantearse de dos modos, basándolos en los puntos fuertes de la propia gestión, o en los puntos débiles del contrario. La diferencia entre uno y otro planteamiento es que, si eliges la negación, inexorablemente tiendes a mentir mas.

El panfleto de Ricardo alude a los errores del contrario, al marasmo de los ferrocarriles en Cataluña, que, naturalmente, todos hemos hecho objeto de crítica. Oculta, y esa es la peor forma de mentir, el trágico accidente ferroviario en Heliópolis, el mayor, en términos históricos, de los metros urbanos. Quienes vivimos aquí, tenemos memoria, y quienes, por desgracia, se ven obligados a acudir a los hospitales, son testigos directos del deterioro al que ha llevado a la sanidad pública la gestión de su partido en Heliópolis.

Por tanto, el estado de las infraestructuras y la salud pública ahora mismo, en Heliópolis, son argumentos objetivos para negar el voto a la derecha, responsable de esa situación, por mucho que la vigencia de la consigna todo va bien y si algo va mal la culpa es del otro trate de desviar la responsabilidad política hacia el oponente.

La verdad, me sorprende que Ricardo, con ese aspecto de normalidad inteligente que presenta en las fotos, se haya juntado con tipos tan impresentables, tan habituales de juzgados y tribunales, como Fabra y Alperi, y que comparta partido con Serafín Castellano --vaya apellido identitario-- contra quien nada tengo, pero cuya imagen tan espontáneamente zafia me produce un rechazo visceral.

No es que no se puedan escribir panfletos, de vez en cuando, es bueno para la salud hepática. Pero una cosa es hacerlo en el blog al que solo acceden lectores minoritarios y otra renunciar a la racionalidad de los argumentos, en favor de las vísceras, en un diario de información general. En esos medios, hay que cuidar mas las formas.

Por cierto, lo de socialismo español, no se si tiene sentido después de conocer la composición del comité consultivo socialista para la campaña electoral, constituido por una neozelandesa, cuatro estadounidenses, un belga, un argentino, una francesa, una portuguesa, un alemán, un danés, una keniana, un británico y un irlandés. Español? No. Parece un socialismo para el siglo XXI. Que vende Ricardo? Un registrador de la propiedad anclado en el siglo XIX. No hay mas que verlo.

Al final del panfleto, Ricardo recomienda al presidente del gobierno, elegido por el pueblo y cuyos aciertos y errores asumimos quienes hemos contribuido a su elección, que haga las maletas y se prepare a dejar la Moncloa.

Ricardo, creo que eres tu quien debería empezar a hacer las maletas. Seguro que la normalidad inteligente de tu imagen facilitará que te den faena, después de la derrota, en alguna fundación o universidad, los republicanos estadounidenses neoconservadores. Allí estarás mejor, ya verás.

Lohengrin. 14-11-07.

lunes, 12 de noviembre de 2007

CLIMA

Una vez que el consenso científico ha puesto sobre la mesa el hecho verificado, medido, cuantificado, de que la actividad humana tiene efectos sobre el clima, sus variaciones y sus consecuencias, que pueden llegar a ser extremas, conviene detenerse en la reflexión sobre las causas, las interacciones y los desafíos que ese aspecto de la realidad plantea.

Subsisten unos cuantos soplagaitas, cercanos al poder establecido, que siguen instalados en la negación interesada de esa realidad y la combaten desde sus cátedras, las tribunas periodísticas y otros ámbitos de influencia ejecutiva o mediática, cada vez con menor credibilidad. No nos interesan.

En mi opinión, hay cuatro variables ligadas que explican las distintas actitudes alrededor de este asunto. Clima, economía, tecnología y relaciones de poder. Antes de intentar ordenar estos aspectos del problema, les contaré una pequeña historia.

En 1.798, el economista Malthus, el Al Gore de la época, alarmó a sus coetáneos con un librito, Ensayo sobre el principio de la población, en el que demostraba que la población de su tiempo crecía en progresión geométrica, mientras la producción de alimentos lo hacía en progresión aritmética. Como consecuencia de ese desequilibrio, auguraba una situación de superpoblación y grandes hambrunas. Nada de eso llegó a suceder y su teoría quedó como un ejemplo de pesimismo. Pesimismo malthusiano.

Pero, ¿porqué no sucedió? Apareció la tecnología. En ausencia de los cambios en la tecnología de producción de alimentos que supuso la introducción de los fertilizantes y los métodos de cultivo mas modernos, las predicciones de Malthus se habrían cumplido, fatalmente.

Las predicciones de los efectos en el clima de la actividad humana ahora, no son menos catastrofistas que lo fueron las de Malthus. ¿Porque los científicos las hacen? ¿Les gusta amargar al personal?. No lo creo. Las hacen para que se tomen las medidas políticas, económicas y tecnológicas que eviten su cumplimiento.

Hace mas de veinte años, cuando empecé a estudiar economía, ya nos enseñaban con manuales escritos por economistas estadounidenses los efectos de las economías privadas en los ámbitos públicos. Los llamaban efectos externos. Se referían a los costes sociales en contaminación, residuos y calidad de vida, que la actividad económica privada produce y que no paga. Si yo pescaba en el río Magro, ponen una empresa papelera y desaparece la pesca, eso es un beneficio privado para la papelera, y un coste social para los vecinos ribereños que se han visto privados de la pesca.

Por eso el clima y sus efectos no se puede separar de la economía, la tecnología y las relaciones de poder. La economía se ocupa , sobre todo, de la asignación de recursos entre usos alternativos, y está ligada con la tecnología, ya que es el estado de los conocimientos y las aplicaciones tecnológicas lo que incide en la elección de unos u otros recursos, con criterios económicos. Un ejemplo claro es el de los recursos energéticos. Si el economista tuviera en cuenta los efectos negativos en el clima de los recursos petrolíferos por su indeseable coste en emisión de CO2, debería elegir la energía solar, pero si la tecnología solar no aporta todavía alternativas económicamente viables que permitan sustituir al petróleo, alguien, el sector público, el mercado o quien sea, deberá invertir mas recursos financieros en mejorar la tecnología solar para sustituir a las energías sucias. Hasta aquí, la relación entre clima, economía y tecnología, pero, ¿que pasa con las relaciones de poder?

Hoy he visto, de nuevo, el documental Una verdad inconveniente, mal traducido como incómoda. Me gusta mas la expresión inconveniente, porque lo que allí se cuenta conviene a unos mas que a otros. He visto gráficas de las variables climáticas en los últimos catorce años, lo pongo en cursiva porque ese es, precisamente, el periodo de mayor auge económico en los últimos tiempos. Si hubiera alguna duda todavía sobre la relación entre el clima y la actividad económica humana, bastaría con poner en paralelo las curvas de aceleración del crecimiento de la actividad económica y las de las variables que se registran en el documental, que muestran los datos de ese mismo periodo. No hay duda alguna. La correlación es completa.

El argumento empleado por quienes se resisten a aceptar esa realidad y tratan por todos los medios de que nos lo traguemos, es radicalmente falso. Aducen que si hacemos lo que propone la ciencia para cambiar nuestro paradigma productivo actual, la economía se vendrá abajo. Es su economía, la de los grupos petroleros, los grandes negocios energéticos, los fabricantes de automóviles, la que está en peligro. Es evidente que las inversiones, los recursos económicos, los esfuerzos tecnológicos tendrían que ser dirigidos hacia otros sectores, emergentes, capaces de producir de un modo menos destructivo. Aquí es donde aparece, con meridiana claridad, la relación entre el clima, que cada vez mas nos indica que hemos de cambiar el rumbo, y los grupos de poder económico que se oponen a ese cambio, porque están en juego sus intereses privados. Si fueran inteligentes, liderarían ellos ese cambio, pero cuando la codicia es el motor de la actuación humana, es casi inevitable que se opte siempre por el corto plazo, en lugar de por la altura de miras --beneficios a largo plazo.

El mercado y el beneficio inmediato se han sacralizado de tal modo desde el inicio de la revolución neoconservadora de Reagan y Tatcher, que los efectos externos del nuevo capitalismo lanzado sin reservas a la negación y la destrucción de lo público, a la expoliación y el deterioro del entorno, necesitan que alguien les ponga límites. Es una cuestión de supervivencia. Estamos ante un dilema malthusiano, pero la tecnología no puede resolverlo por si misma, sin afectar a las relaciones de poder. Ese es el verdadero desafío de los objetivos de protección del clima.

¿Quien le pondrá el cascabel al gato?

Lohengrin. 12-11-07.

sábado, 10 de noviembre de 2007

HELIÓPOLIS

Heliópolis es para mi un lugar poliédrico de múltiples significados. No tiene nada que ver con el centro espiritual del antiguo Egipto, del que solo quedan algunos restos al noroeste de El Cairo. Esa palabra fue para mi, al principio, solo un nombre. La ciudad del sol, una metáfora que me permitía aludir, sin nombrarla, a la ciudad donde resido, y a veces, por extensión, a la comunidad que la incluye

Luego se convirtió en un pretexto para una intrusión en la escritura contemplativa, un experimento de ciento cincuenta páginas, "El Jardín de Heliópolis", alrededor de un jardín virtual, encargado a un proyectista, pero que el narrador habita como si fuera real, que en las últimas páginas deriva hacia el mundo de la edición y la comunicación audiovisual.

Heliópolis tiene, en su origen, una estructura tridimensional, tiempo, espacio y escritura, pero la cualidad poliédrica de la escritura potencia esas dimensiones, las combina y multiplica a través de la ficción, la realidad subjetiva, el sueño, la memoria y el olvido.

Ese espacio múltiple y variado incluye la luz de una mañana de julio en las calles de la infancia, el chorro de la fuente pública, la persecución infantil de las libélulas que rondaban ese espacio suburbano del recuerdo; las crónicas de viajes y lugares visitados, relatos de ficción pura y dura, otros escritos a partir de los escombros del sueño; críticas tal vez demasiado ácidas de las cosas que detesto, elogios de los libros que, cada vez menos, leo, y otros entretenimientos que desde hace casi un año vuelco en el Blog.

Heliópolis no es todavía un territorio literario, al estilo de Sierra Mágina, Vetusta o Comala, porque yo no hago literatura, solo escritura, pero es mi territorio, aunque casi todo está por explorar. Esa labor de exploración se prolonga ya casi un año y en ese tiempo, el Blog ha ido creciendo, 80 artículos, 17 Crónicas de viajes y lugares, 9 reseñas sobre libros, 27 artículos de opinión, 12 relatos, 11 temas de cocina, y una decena de otras cosas, hasta alcanzar las 166 entradas en once meses.

Posiblemente, centenar y medio de esas entradas sean bastante prescindibles. Sábato quemó todos sus libros en uno de esos arrebatos o bajones a los que todos estamos expuestos. Ayer tuve la tentación de suprimir yo mismo buena parte de lo escrito. No descarto hacerlo en algún momento.

No tengo la menor idea de lo queda por descubrir en ese territorio, Heliópolis, apenas vislumbrado, pero estoy seguro de que es mucho mas vasto de lo que mi imaginación alcanza a sugerir.

Me dispongo a introducirme, con fuerzas renovadas, en ese lugar ignoto, desde la incertidumbre que alcanza al viajero que anda sin mapa, sin brújula, solo atento a las señales que la naturaleza le envía, al grado de humedad de la tierra para saber si hay agua cerca, a la posición de las estrellas para intuir el rumbo. En cualquier caso, lo que cuenta no es llegar a un determinado lugar. Lo divertido es el viaje.

Lohengrin. 10-11-07.

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