domingo, 30 de marzo de 2008

LOS GRIMALDI

"Bibí.- Oye Pedro, estoy acohoná, que hasemos aquí, estos tíos son lo mas corrompío que he visto nunca..yo creía que lo había visto to, pero estos tíos....me superan.


Pedro.- Sitúate, nena... se trata nada menos que de los Grimaldi, la nobleza mas antigua de Europa. Dominan el principado de Mónaco desde el siglo trece....ocho siglos de poder político, aunque sea en un territorio pequeñito como este......a su lao, el príncipe de Salinas, que pasa por ser el paradigma de la decadencia y el cinismo político es un aficionao.....mira..es Karl Lagerfeld, nena, estamos en el mogollón...cientos de millones de espectadores nos contemplan....para eso estamos aquí...


Alaska.- Cuando empezamos la movida en Madrid, nos divertíamos enseñándole el culo a la pacata sociedad de la España casposa, pero no teníamos ni idea del nivel de sofisticación que, ya entonces, tenían estos de aquí...yo creo que superan ampliamente el nivel de provocación que nosotros hayamos alcanzado nunca.....fíjate en ese...detrás del sillón....la fiesta que se está montando con su perro...nosotros, ni siquiera con la lluvia dorada, llegamos a tanto..que opinas tu Paco?


Paco.- Me encanta, nena, me acocora, la capacidad de esta gente para hacer de la vida ociosa un verdadero arte...los envidio.


Novio de Alaska.- No te equivoques, Paco, esto es brillante y sofisticado, pero es solo espectáculo. Se trata de llamar la atención de toda la prensa internacional, con el baile este de la Rosa, que este año os ha escogido a vosotros y de conseguir la audencia de quinientos millones de telespectadores, con la única finalidad de mantener el nivel del producto nacional bruto del Principado que, al fin y al cabo, también es una economía que vive de los servicios..


Pedro.- No seas prosaico...no puedes reducir a meras cuestiones económicas el talento para el espectáculo que tiene esta gente....observa la puesta en escena de esto que han montao ..ni en mis mejores películas he llegao yo a este nivel...


Bibi.- Cuando te ponías la peluca y te vestías de mujer para las actuaciones musicales en Malasaña, en tu estilo, hacías una puesta en escena muy provocadora....por eso no acabo de entender que hacemos aquí, tu vestido de esmoquin, y yo con traje de noche..


Pedro.- Todos hemos tenido siempre claro, y yo creía que tu tambien, que hay que promocionarse, sin promoción no hay ningún impacto en el público, y sin ese impacto, tu trabajo creativo no llega a nadie..


Bibi.- Lo se, Pedro, lo se, pero esto es demasiao..juntarme con esta gente, tan extrema en su decadencia cínica, me produce urticaria....será que aun conservo algo del espíritu de la movida, esa tensión rebelde, ese gusto por la provocación y la burla de lo convencional...aunque reconozco que estos tíos son cualquier cosa menos convencionales..


Alaska.- Déjate de chorradas, Bibi, en nuestra movida nunca hubo otra intención que glorificar la sofisticación y proscribir la vulgaridad.....quien mejor ha recogido nuestra herencia es esa chica que canta aquello de “antes muerta que sencilla”..y la prueba de que nos hemos alejado hace mucho de la marginalidad es el trato que dan en Hollywood a las películas de Pedro....cuando alcanzas ese estatus, no puedes, ni debes, renunciar a exhibirte publicamente con los Grimaldi, ni mucho menos dejarte llevar por prejuicios morales pequeño burgueses, que es lo que reconozco debajo de esa urticaria que dices sentir..


Bibi.-¿ A mí, que me he enfrentado a todos los tabúes sociales para defender mi libertad personal, me acusas de prejuicios pequeño burgueses? ¿Y lo haces tú, que has vivido de la provocación por las noches y de día te has comportado siempre con una racionalidad teutona, con una frialdad heladora, sin apartarte ni un milímetro de los límites que impone el sistema?


Pedro.- Chicas, chicas, dejadlo estar. Disfrutad de la fiesta, mirad que chicos, que bellezas, y no olvideís que si estamos aquí es, única y exclusivamente, para nuestra promoción. Mira Bibi, por ahí viene Alberto. Se amable con él, y deja las discusiones para otro momento.


Bibi.- Vale Pedro, está bien, pero mira, Alberto no viene por mi. Va buscando a Paco.


Paco.- Hay mi madre, el divino Alberto viene hacia mi. Nunca lo habría soñado."


(continuará)


Lohengrin. 1-04-08.


PUESTA EN ESCENA

En la cálida mañana del domingo, mientras en el marítimo de Heliópolis cien mil personas contemplan las evoluciones de las cometas sobre el mar, en la mas infantil de las competiciones deportivas, en los jardines del río viejo el ayudante de dirección, provisto de un megáfono y con maneras de autoridad, da instrucciones al pelotón de figurantes que se apresta, despistado, a seguir sus indicaciones.


Con un gesto de su brazo derecho, acompañado de la voz de acción que suena por el megáfono, se inicia la escena bucólica de parque dominical con la puesta en marcha de los surtidores del estanque del Palau. La música vienesa subraya las permutaciones de los chorros de agua que se mueven al ritmo de la música de Strauss, mientras los primeros extras hacen su aparición. Patinadores, ciclistas, parejas de homosexuales que se fotografían en el borde del estanque. El trecenillo turístico entra en escena, avisando con su bocina a un paseante despistado, y justo cuando suena el vals de las olas, entra en el encuadre un rapero que exhibe sus habilidades en las baldosas del paseo, rodeado de niños que dudan entre quedarse a contemplar el espectáculo o lanzarse al borde del estanque para recibir en sus rostros las gotas microscópicas del agua de los surtidores.


Parejas jóvenes con niños se dejan ver por la cámara y una jóven vestida de negro, con una larga cola que sujeta su pelo muy estirado evoluciona en el centro del plano, siguiendo con los patines el ritmo de la música. Potentes focos instalados en el Palau se encienden cuando la luz solar declina,
ocultada temporalmente por las nubes, y la voz firme del ayudante de dirección ordena, por el megáfono, corten.


En realidad no hay ningún director de escena, y la mañana bucólica descrita es la manifestación espontánea de la gente en los jardines del río viejo, en un domingo soleado cualquiera de la ya larga etapa de democracia consolidada en Heliópolis.


Inmerso en este clima de normalidad y placidez, no puedo evitar evocar a tantas personas que murieron antes de conocer los enormes cambios que han sucedido en nuestro país, en nuestras ciudades, desde la época oscura y patética de la dictadura, hasta el esplendor de los tiempos democráticos actuales.


Desde la penuria municipal de los ayuntamientos sin recursos, y la ausencia de competencias autonómicas, propias de la dictadura, hasta la plenitud de nuestras ciudades actuales, hay un mundo

que separa aquellos patios de luces donde las mujeres cantaban las canciones de la Pîquer, para auyentar los fantasmas de sus maridos presos o muertos, de la plenitud de los derechos de las mujeres que ahora gobiernan, juzgan, dirigen, trabajan fuera de casa, firman operaciones de compra venta sin necesidad de consentimiento marital, o viven con una compañera de su mismo sexo, aunque aún pervive la lacra del maltrato de género, que no somos capaces de erradicar


Nuestros mayores, las mujeres de la época pre democrática, vivieron en ciudades sin parques, sucias y mal iluminadas, en entornos abandonados por la miseria de los presupuestos municipales, y para poder contemplar una escena de normalidad democrática de un domingo de 2008, tenían que ir al cine, porque solo en las películas les era dado imaginar como era la vida plena en libertad, despojada de las limitaciones que a ellas les tocó vivir.


Debemos un homenaje a aquella generación de mujeres que tendía la colada en la galería de su casa, cantando sin cesar para seguir sobreviviendo a una época oscura y que, por razones generacionales, o por la crueldad de una muerte temprana, se fueron de nuestra existencia sin poder contemplar el escenario de normalidad democrática de un parque urbano, en la mañana cálida de un domingo de abril de ahora mismo.

Para ellas, he imaginado hoy esa escena bucólica, dirigida por un improbable y ficticio ayudante de dirección. Salud.


Lohengrin. 30-03-08.

sábado, 29 de marzo de 2008

ABRIL

El aire de Abril está a punto de irrumpir en la vida de la gente, y su aroma a hierba recién cortada y a mujeres en celo envuelve todo lo que se ve desde la ventana de mi gabinete, los álamos secos del patio del viejo cuartel abandonado, el vuelo de los estorninos, las chimeneas que emergen como columnas dóricas del viejo polvorín, el mínimo conglomerado urbano del barrio, sus fachadas de ladrillo visto, las casetas encaladas que rematan las terrazas, y en el silencio de la tarde sabatina un furioso enjambre de insectos que viajan hacia los marjales, aunque no se ven, anuncian el efecto devastador de los aguijones del deseo.


Los frágiles sistemas hormonales que han permanecido dormidos en el níveo paisaje de la vida invernal, despiertan con el aire de abril, que viaja desde los trópicos empujado por el aleteo de una mínima mariposa, y ese imperceptible suceso, tan lejano y ajeno, desatará en unos días una revolución de pasiones imprevisibles, de deseos despiertos después de una larga noche indiferente que se ha prolongado seis meses.


Antes de que nos demos cuenta, las calles se llenarán con la presencia de los cuerpos medio vestidos, aligerada por el calor la vestimenta invernal y una muchedumbre de muslos, cinturas y torsos se acercarán a la desnudez, mas o menos explícita, en un derroche de energía erótica que sacudirá los sentidos, poniéndolos en estado de alerta máxima.


En las playas, las muchachas en flor tostarán sus lomos al sol de la tarde y muy pronto, el ocio se prolongará para extraer la máxima utilidad de la noche mediterránea, como lugar de encuentro para compartir las copas y los amores casuales.


En Heliópolis, las terrazas extenderán su dominio sobre la ciudad y las mesas emergeran en las calles como si fueran seres vegetales que surgen de pronto, en medio de la jungla tropical, empujados por la fuerza telúrica de un suelo con un manto fértil y prolífico.


El aire de abril, a punto de arribar a Heliópolis, es el mensajero que nos recuerda la existencia de los ciclos estacionales, sin los que la vida no sería soportable, por demasiado aburrida. El cambio de ciclo es, entre otras cosas, una nueva oportunidad que, además de favorecer las fantasías de renovación, nos recuerda que el paisaje de la vida es variable.Después de un ciclo de luz escasa proclive a la conducta taciturna y a las tendencias melancólicas, abril anuncia una etapa de luz creciente con días prolongados en los que todo es posible.


Lástima que el jodido cambio de horario, que se nos impone sin que sepamos muy bien porqué,
convierta la optimista espera de la llegada del aire de abril, en la tortura sicológica que supone la adaptación de nuestra fragilidad orgánica a unos usos horarios que no podemos elegir.


Lohengrin. 29-03-08.

DEMOCRACIA Y JUSTICIA

La tragedia del crimen de la niña Mari Luz y el dolor humano que ha generado acapara la primera página de los periódicos, los editoriales y los informativos audiovisuales. Asístí, un poco por casualidad, en Heliópolis, a una manifestación de la comunidad gitana evangelista en demanda del esclarecimiento de su desaparación, y puedo confirmar la nutrida asistencia que acudió al acto.


Lo doloroso del caso no excluye hacer notar un comportamiento periodístico frecuente ante noticias como esta que, por su contenido humano y sus connotaciones que afectan al funcionamiento de la justicia en España, permite a muchos comunicadores estirar, alargar, explotar, con mayor o menor dosis de demagogia, una historia que les libera, durante un tiempo, de hacerse la angustiosa pregunta, ¿de que escribiré hoy?


Por lo que he podido leer, ver, escuchar, el debate se ha centrado sobre todo en la dimensión del castigo que merecería el culpable y en el fallo del sistema judicial.


Me voy a centrar en el análisis del funcionamiento de la justicia, no desde la perspectiva de este fallo puntual que se le atribuye, sino desde un punto de vista mas general.


Todavía en 1.982, a los juzgados de la Plaza de Castilla, en Madrid, les llamaban, los enterados, de la plaza de la astilla. La astilla era la parte menuda del gran soborno, el tronco, que planeaba sobre casi cualquier procedimiento judicial que se quisiera acelerar, y que solo se movía si se untaba convenientemente a los encargados de activarlo.


Por entonces me encargaron el control interno de una compañía dedicada a la importación de tractores rusos que, debido a una súbita subida de la cotización del dólar, se arruinó, y tuvo que promover en esos juzgados un expediente de suspensión de pagos. El abogado mercantilista que se encargó de ponerlo en marcha, me instruyó convenientemente sobre el asunto del tronco y la astilla, así que la información que cito es de fuente fiable, de primera mano.


En aquel tiempo, estábamos en democracia. Hacía siete años que había muerto el dictador, pero entonces el sistema judicial era tan resistente al cambio que seguía funcionando como si nada hubiera sucedido.


Llevamos treinta años de democracia parlamentaria y, cual es el estado de la justicia? El personal de los juzgados está en pie de guerra, sin que sus reivindicacioes se atiendan. Los directores de prisiones dimiten, incapaces de convivir con el hacinamiento que siempre va por delante de las inversiones, una sucesión de errores del sistema, hasta diez contabilizó un canal de televisión el otro día, acompañan el trágico final de Mari Luz, y por si fuera poco, ahora ponen en libertad bajo fianza a Juan Antonio Roca, el mayor criminal de cuello blanco de la reciente historia de este país, y lo hacen precisamente ahora, cuando solo tenemos un gobierno en funciones, mas pendiente de otras cosas que de sus funciones.


No estoy seguro, pero a la vista de los hechos, tiendo a pensar que Mariano Fernández Bermejo, el ministro de justicia en funciones, ha sido uno de los peores ministros que han pasado por ese departamento, pues ni uno solo de los problemas enquistados de la justicia española ha mejorado con su gestión.


Cómo podemos llenarnos la boca con las bondades de la democracia, si la condición esencial para que ese sistema parlamentario sea efectivo para los ciudadanos, es disponer de un sistema judicial bien dotado, humana y materialmente, que funcione con equidad y prontitud, para convertir la democracia, por medio de la aplicación cotidiana de sus leyes, en algo tangible para los demandantes de esos derechos y los obligados a una conducta legal que la transgreden, con la celeridad y oportunidad que los asuntos judiciales demandan? No podemos.


Ocho gobiernos democráticos se han sucedido en este país desde el final de la dictadura y ninguno ha sido capaz de dedicar las inversiones necesarias para resolver un problema de tanto contenido democrático como la modernización efectiva de la justicia en España. Trágico. Aunque la tragedia de Mari Luz haya oscurecido el sustrato que, de algún modo, no la ha evitado. Porque no me parece suficiente centrar los reproches en un error personal, sin asumir que es una buena parte del sistema judicial lo que está fallando.


La primera condición para resolver un problema es reconocer su existencia. Si todo queda en una repulsa o sanción del órgano de los jueces, y no se radriografía de manera exhaustiva el mal enquistado en el sistema, si no hay una verdadera revolución de inversiones, conductas, tiempos de resolución de los procedimientos y potenciación de órganos pluripersonales, en lugar de dejar toda la responsabilidad de las decisiones importantes en manos de un solo juez, si no se contempla el crimen de cuello blanco como un delito gravísimo que nos hace víctimas a todos los ciudadanos, si no se resuelve de una vez el grave problema del hacinamiento en las cárceles, con el consiguiente fracaso de su función rehabilitadora, no podremos decir que vivimos en una democracia plena.


Pero eso, los políticos ya lo saben. Se ve que tienen otras prioridades. En fin.


Lohengrin. 30-03-08.







viernes, 28 de marzo de 2008

NECROFILIA

He bajado al Maravillas en el primer día de la primavera climatológica en Heliópolis, y mientras esperaba mi turno para leer el periódico, después del café con leche, me he entretenido con una bebida isotónica. Red Bull, no. Ese producto debería venderse en farmacias. Me entretuve el otro día leyendo la relación de sus ingredientes y es alucinante. Vitaminas B6 y B12, mogollón de componentes farmacéuticos en su fórmula. No entiendo como la dirección general de salud pública, o quien sea, autoriza la venta de ese cóctel explosivo en los mostradores de los bares, en lugar de exigir que se dispense con receta médica.


El caso es que el periódico no acaba de llegar a mis manos. Un tipo lo tiene apalancado, cuando llega a la última, vuelve a empezar por la primera, me intriga su actitud, hasta que descubro que lo está reservando para un colega que acaba de llegar y lo trinca. Hoy necesito el periódico, así que me voy y lo compro en el quiosco.


La letra de los periódicos, debido a lo efímero de su existencia, es casi letra muerta desde que nace, pues solo unas horas después de salir de las rotativas, su destino es la basura. Algunos, yo, por ejemplo, que estoy con el síndrome pos vacacional y un amago de astenia primaveral, nos nutrimos a veces de esa carroña, cuando nuestro motor imaginativo baja de revoluciones.


En otro tiempo, la letra de los periódicos tenía una vida más prolongada. Después de su lectura sus hojas sueltas servían para envolver el bocadillo o para otros menesteres higiénico intestinales. Como ahora llegan con la tinta demasiado fresca, sobre todo algunos, y la gente no sale con el bocadillo de casa, sino que lo compra por ahí, la evolución de las costumbres acorta todavía mas su vida efímera.


El caso es que, desde hace unos días, lo que escribo en el blog tiene su origen en la letra impresa de los periódicos, --véanse las páginas PRIMAVERA y TÉ PARA DOS-- circunstancia que espero que varíe después de chutarme una caja de jalea real vitaminada que ya he reservado en la farmacia, que es lo suyo, no en el supermercado o el bar. Mientras hace su efecto el cóctel vitaminado, seguiré con el procedimiento necrófago de comentar noticias de prensa en el blog.


La de hoy no tiene desperdicio. En la página Té para dos, me preguntaba para que sirve el cargo de Director General de la Ciudadanía, del gobierno de los populares en Heliópolis, y cómo se iba a ejercer esa dirección. La primera página de "Levante", aclara hoy algo el asunto con un titular en tipos del treinta y seis que dice así,


EL DEFENSOR DEL PUEBLO LLEVA AL CONSTITUCIONAL LA GESTIÓN DEL CONSELL SOBRE DEPENDENCIA”


O sea, que ahora ya sabemos a que se dedica el Consell, y por extensión la dirección de la Ciudadanía, a recortar los derechos de los ciudadanos, votando incluso medidas legislativas para conseguir tan digno objetivo. Supongo que es la consellería de bienestar social la más implicada en este asunto, pero puesto que el defensor lo es del pueblo, es decir de los ciudadanos, esa dirección general que trasladaba el mensaje escrito sobre asuntos tan celestiales como la calidad y excelencia de la democracia, el diálogo intercultural y la ciudadanía activa, con esta noticia se queda, literalmente, con el culo al aire, sobre todo cuando, en páginas interiores, se habla de “ensañamiento del Consell con los mas desfavorecidos”. Precisamente a eso me refería yo al señalar la incongruencia entre el discurso de Felip, y la política salvaje de la derecha popular en el día a día de Heliópolis en relación a la educación, la sanidad, y las políticas sociales.


Hablamos de la aplicación que hace el Consell de la Ley de Dependencia, pero también de que Felip, una vez expuestas sus partes pudendas por esa política que revela la verdadera naturaleza de quienes le han nombrado director general de la Ciudadanía, y que concepto tienen del bienestar ciudadano, si tuviera algo de vergüenza, cerraría el chiringuito y se marcharía.


Eso no ocurrirá, hasta que el tribunal constitucional se pronuncie, y ni siquiera después, porque vergüenza, lo que se dice vergüenza torera, la gentuza que nos gobierna con los votos de la mayoría, --eso es un juego democrático inapelable-- es que no tiene, oiga.


Lohengrin. 28-03-08.



jueves, 27 de marzo de 2008

PRIMAVERA

Emili Piera, en un saludo pánico a la primavera, despliega hoy en “Levante” toda su capacidad lírica acequiera que yo comparto plenamente, pues ambos formamos parte, cada uno en su estilo, del barroco literario de Heliópolis, que de vez en cuando se desata en nuestro interior con un exceso de adjetivos florales.


Evoca Emili los lirios amarillos y los nardos de los jóvenes, duros como el pedernal, junto a los sobacos sudorosos de las muchachas en flor (eso no es de Emili) como expresión de los desórdenes emocionales y hormonales desbordados por la feroz y feraz lujuria vegetal que se cuece en el entorno de Heliópolis, cuyo sustrato rural yace bajo el asfalto urbano sin haber perdido del todo sus influencias telúricas sobre el romanticismo y la bragueta.


Los turbulentos efectos de la llegada del ciclo primaveral exceden, sin embargo, del ámbito local y en la Antártida, un trozo de hielo de un tamaño que se mide por la distancia entre Cullera y Heliópolis está a punto de deshacerse, como un cubito en un vaso de Bourbons, anticipándose a las predicciones de la comunidad científica que habían estimado una fecha mucho mas lejana para el cumplimiernto de sus proyecciones.


El asunto es mas serio de lo que parece, si consideramos que la voluntad de la comunidad de poder internacional para oponer soluciones a los posibles problemas detectados por los científicos, es infinitamente menor que la de estos para formular predicciones.


Las predicciones, los diagnósticos, la capacidad de prever situaciones futuras, en si mismas, no afectan a las relaciones de poder, puesto que carecen de contenido normativo. Quienes las hacen, solo pueden comunicarlas, divulgarlas, pero no disponen de instrumentos de presión para obligar a quienes pueden hacerlo a tomar las decisiones que el consenso científico acuerde como oportunas, necesarias, urgentes. Todo se queda en la persuasión, sin ninguna eficacia coactiva.


En la primavera de 2007, en mi página ANTÁRTIDA, del 15-04-07, recogí, medio en serio, medio en broma, en términos de amenazas y oportunidades, los espectaculares cambios que anunciaban las predicciones de los científicos si el calentamiento global no se detenía. Nuevas rutas de navegación, desaparición de tierras emergidas, migraciones y reasentamientos masivos de población, escasez en unas zonas, nuevas oportunidades en otras, desequilibrios, en fin, que podrían cambiar el mapa geográfico y humano de nuestra casa actual, hasta extremos difíciles de precisar.


Ha transcurrido un año y no parece que la voluntad de la comunidad de poder internacional se haya traducido en acciones concretas de envergadura, sin embargo las pruebas de que el conseso científico es fiable se adelantan en el tiempo. Expediciones que pisan el ártico todos los años informan de que el espesor de las capas de hielo superficial se han reducido a la mitad, un metro menos, en solo un año, lo que parece indicar que la velocidad de los cambios es mayor que la rapidez de la comunidad internacional para tomar decisiones frente a la evidencia.


El dinero es miedoso, no gusta de los cambios, pero los codiciosos que actúan para que el planeta funcione en la dirección de sus mezquinos intereses a corto plazo, deberían asumir la necesidad de un nuevo capitalismo climático, una nueva mentalidad, que sin duda no será menos codiciosa, que no busque los dividendos en sectores, actividades e industrias que acumulan cada vez mas problemas medioambientales, sino en las nuevas oportunidades que, junto con las amenazas, los parámetros del clima están comenzando a desvelar.


Mientras eso sucede, como influir en los poderosos es algo que no está a nuestro alcance, al menos disfrutemos de la belleza efímera de los lirios amarillos, del lirismo pánico de Emili, con sus nardos endurecidos como el pedernal por los efluvios de los sobacos de las muchachas en flor, de esa sensibilidad de acequia rural habitada por las ranas, de las influencias telúricas subterráneas que exasperan el romanticismo y las braguetas.


Lohengrin. 27-03-08.

miércoles, 26 de marzo de 2008

TÉ PARA DOS

Josep María Felip firma hoy un artículo a cuatro columnas, en el diario “Levante”, a propósito del lema de la Comunidad Europea para el Año Europeo del Diálogo Intercultural. En las tres primeras columnas se extiende sobre los conceptos, contenidos y objetivos de esa proclamación, para luego referirlos a la realidad social de la Comunidad Valenciana, de Heliópolis, como acostumbro a llamarla.


Felip, Director general de Ciudadanía de la Generalitat Valenciana constituye, junto a Gauden Villa, Director general de Relaciones Externas del mismo ente, el par mas surrealista y onírico de cargos públicos del organigrama del gobierno autonómico, pero así como Villas se mueve en el ámbito de la trivialidad y lo banal en los escritos que publica de modo intermitente, Felip me da la impresión de que viene de otro planeta, de que es un alienígena cuyo lenguaje, conceptos y afirmaciones sobre la ciudadanía de Heliópolis, están inspirados en las mejores novelas de ciencia ficción, las de Issac Asimov, H.G. Wells, Arthur C .Clarke, Stephen King, o Edgar R. Burrough, y de que la comunidad de ciudadanos cuyos asuntos le han encargado dirigir, solo existe en su imaginación.


La belleza floral de los conceptos que maneja Felip, tales como Kulturland, ciudadanía europea activa, diálogo intercultural, calidad y excelencia democrática, entre otros, suena tanto a música celestial, que parece provenir de alguna galaxía lejana en la que su mente habita, y no se sostienen al contrastarlos con la dura y prágmatica realidad de la política de quienes gobiernan, cada día, en Heliópolis.


No obstante, no debemos hacer un juicio de intenciones, antes de ver los resultados de la política de esta Dirección General de Ciudadanía, aunque, para empezar, la sola enunciación de ese título hace que emergan algunas dudas metódicas.


Que significa dirigir? De entre las diversas acepciones de esa expresión, eligo la que me parece mas adecuada, Gobernar, regir, dar reglas para el manejo de una dependencia, empresa o pretensión. Tiendo a asociar la política con la empresa, porque ambas actividades tienen cosas en común, y eso me permite plantear la cuestión de los estilos de dirección. Está el estilo autoritario, el del ordeno y mando, que no requiere grandes explicaciones. El participativo, que se carateriza por el protagonsimo de muchos comités y procedimientos de toma de decisiones en los que, antes de tomarlas, se escucha a mucha gente. Los incentivos suelen estar presentes en la dirección por objetivos, en la que se premia materialmente a quienes los alcanzan. Luego, está el viejo truco del palo y la zanahoria, con sus diversas variantes, palo pocas veces, solo cuando hace falta, y más zanahoria, cuando lo utilizan los listos, y la versión mas represiva de esta especialidad, cuyos paradigmas han establecido firmas tan consolidadas como El Corte Inglés y Mc Donalds.


Finalmente, está la variante mas maquiavélica de dirección, que Von Trier expuso en el film El Jefe de todo esto. La dirección en la sombra, sirviéndose de un títere que reparte el palo y la zanahoria sin que los dirigidos conozcan al verdadero responsable de las decisiones que les afectan.


¿Cual de estas modalidades se va a ejercer desde la Dirección general de la Ciudadanía? No lo sabemos todavía, pero la preposición de, en lugar de para , ya es un indicio de la mentalidad de quienes la han enunciado. No es una minucia semántica. Una dirección para la ciudadanía suena a recibirla, escuchar sus demandas y necesidades y tratar de poner los medios para resolver sus problemas. La dirección de la ciudadanía evoca, en cambio, que cuando te levantas por la mañana hay un director al que debes dar cuentas, tienes que fichar y llevar a su oficina el certificado del padrón para que te lo selle, sin cuyo requisito nadie en ese ámbito reconocerá tu existencia.


Está la cuestión del ámbito de competencias. Los enfermeros del Peset, los conductores del Metro, los de la EMT, son ciudadanos –siempre que estén empadronados. Estos ciudadanos, que últimamente muestran una actitud reivindicativa permanente, son parte de la ciudadanía que dice dirigir Felip?. Sí o no. Es el trabajo una normal actividad ciudadana, si o no? Si ambas respuestas resultan ser negativas desde el punto de vista de la dirección general, a que ciudadanía se refiere su ámbito de actuación?. El concepto de diálogo intercultural, núcleo de la decisión de la Comunidad Europea de dedicar el año 2008 a ese objetivo, nos da una pista. Parece claro que la intención es fomentar el diálogo entre culturas diversas que coexisten.


Después de despiezar el artículo de Felip, encuentro que su aportación a este asunto en lo que se refiere a Heliópolis es la definición de ciudadanía valenciana. Son valencianos los que están en el padrón. Vale. Y a los otros que les den por el culo. Es una actitud excluyente, no dialogante. Como siempre que alguna institución política ajena lanza un desafío que, al final, se puede traducir en cifras presupuestarias, el interés de este gobierno está, básicamente, en escaquearse, y toda esa música celestial con la que Felip ha adornado su artículo, lo del diálogo intercultural, la Kulturland y la ciudadanía europea activa, no es mas que humo, un discurso de juegos florales, propaganda hueca y retórica a la que nos tiene acostumbrados, desde hace un decenio, el partido popular en Heliópolis, que ha construido un espacio ficticio, que le da buenos dividendos, con la habilidad de los mejores novelistas de ciencia ficción.


La ciudadanía, los ciudadanos, estamos obligados a desenmascarar esa ficción, aunque no le guste a nuestro director.


En fin. Olvidaba decir que el lema de la Comunidad Europea para el año del diálogo intercultural es Té para dos, como titula Felip en su artículo, Tea for two.


Lohengrin. 26-03-08.


martes, 25 de marzo de 2008

LA RESACA

He bajado al Maravillas con la resaca del fin de las vacaciones en el cuerpo y le he pedido a Tony que le enseñe el lenguaje de los signos al predicador evangelista, porque hoy está tan elocuente como siempre, pero su tono de voz molesta más. No se si la resaca vacacional me vuelve mas intolerante o es que el predicador está mas agresivo con sus prosélitos, pero hoy resisto peor las discusiones teológicas antes del desayuno.


Mi mujer está en la cama con los ojos hinchados, he debido administrarle la dosis de gotas para terminar de despegar sus párpados y tomar nota de la comanda que me ha encargado para proveer de materia prima el vacío de tundra siberiana que ofrece el paisaje desolado de la nevera.


Antes de ir al mercado he ojeado los periódicos. A mi que cojones me importa quien va a ser el portavoz de quien, es que me da lo mismo, oiga, ya votar me ha costado un esfuerzo considerable y ahora quieren que me interese por los portavoces ?, y una mierda.


En mi conciencia habita un enano cabreado que, de vez en cuando, como hoy, se manifiesta. Niño –me dice-- pero tu has visto alguien con dos dedos de frente que se interese por la portavocía de sus señorías, aparte de ellos mismos. Son como lobos medio despellejados, lanzándose dentelladas por los despojos de las mezquinas porciones de poder político. No van al gurú. No aprenden que Buda, que fue un príncipe antes de dedicarse a la santidad, renunció al poder --y a la palabra, cosa que tu no has conseguido aún por tu tendencia patológica a la incontinencia verbal-- porque desconfiaba de los poderosos, a quienes conocía muy bien, por haber nacido en su seno, y de su falsa palabrería.


Hoy, lo verdaderamente importante para mi, lo nuclear, lo esencial, es saber cuantos euros debo llevar en el bolsillo para afrontar el desafío de la compra, después de diez días sin hacerlo.


El mercado de Ruzafa también está resacoso. La de los huevos no ha salido, no están todos los puestos de verduras y en el pabellón del pescado, la poca concurrencia de vendedores indica que hay que desaparecer de allí y recurrir al congelado.


En la fruta compro kiwis y fresones. La de la verdura me ofrece unos nabos enteros para el cocido, pero yo le pido solo un trozo y acierto, porque al partir uno, su interior está podrido y se lo tiene que comer la vendedora, en lugar del comprador. Si pudiéramos ver el interior de los políticos, como el de los nabos, antes de votar, otro gallo nos cantaría. Una xirivía, un ajo puerro, un poco de apio y un ramito de perejil, una bandeja de champis, una lechuga y dos tomates completan mi acopio de verduras y hortalizas.


Después voy al fiambre. No se porqué. Yo puedo prescindir del fiambre perfectamente. Me parece poco saludable comer fiambre, después de haber comido un plato de caliente, pero tengo amigos que se dejarían matar antes que prescindir del fiambre. Se ve que lo consideran una especie de estatus social de clase media. Como lo tengo en la nota, que lo incluye más que nada por si recibimos amigos a cenar en casa, obedezco. Unas lonchas de jamón de Praga, longanizas secas, que en Heliópolis llamamos de Pascua, un par de porciones de queso, un poco de jamón serrano y un trozo de sobrasada de porc negre. Total, diecisiete pavos. La leche.


Entiendo que, si vas mal de pasta, busques en el contenedor un trozo de queso caducado envasado al vacío porque, si no has comido nada antes, de algún modo tienes que matar el hambre, pero comer fiambre, después de haber comido otras cosas, no encaja con mis necesidades cotidianas.


Terminada la compra en el mercado, de camino a casa, entro en A Bordo. Cuatro alas de raya, mas nueve gambones y unos filetes de ventresca de bacalao, para el suquet. Mañana es miércoles, pero hemos desconvocado, por la mala salud de mi mujer, la comida familiar habitual, sin embargo, no le hemos dicho nada al menor de mis hijos, el medio emancipado, y esta tarde guisaré solo en su honor el suquet de raya.


En resúmen, cuarenta pavos y pico. Ese es el aspecto de la realidad cotidiana que a mi me parece, hoy, importante, nuclear, esencial. A los portavoces, sean quienes fueren, que les den.


Lohengrin. 25-03-08.

domingo, 23 de marzo de 2008

CAMBRILS,SALOU,TARRAGONA, BARCELONA, REUS.

JUEVES 13/3.- “Digan lo que digan, el oficio de viajero es el mas cansado y el peor pagado que existe. Jornadas de diecisiete horas sin cobrar horas extra, pluses de nocturnidad ni festivos. Encima, si no estás a sueldo de una guía turística, un canal de televisión por cable o el National Geographic, tienes que pagar tú.


Yo mismo me he tirado diez días con jornadas extenuantes para contar cuatro chorradas en el Blog. Comenzaré con lo del autobús.


El autobús que nos lleva a Cambrils, en la costa de Tarragona, dispone de sesenta plazas, pero solo han venido a embarcar cuarenta viajeros, porque un tercio de quienes contrataron el paquete hace meses, en el momento del embarque no están. Han emprendido el Gran Viaje camino del purgatorio –lo del infierno de Benedicto no me lo creo-- donde purgarán su mal carácter y su conducta en las colas, poniéndose en orden y con corrección, sin protestar, en una larga fila que llega hasta la eternidad.


Es lo que tienen las expediciones de mayores que organiza el Imserso. Cuando llega la hora de realizarlas, una parte del pasaje se ha muerto y otra está ingresada en el hospital. Los supervivientes llegamos puntuales al embarque, pero la guía se ha dormido, no sabemos con quien.


Cambrils es una costa privatizada, una especie de frontera urbana con el mar, como la que se extiende a lo largo del mediterráneo español, pero con un cierto toque cabalístico porque nada de lo aquí edificado excede del número cuatro. Los arquitectos y los políticos de aquí constituyen una especie de masonería que ha sellado un pacto de sangre para respetar el límite de cuatro alturas en todas las edificaciones costeras y, cuando alguien lo incumple, no solo le cercenan la cabeza, sino que seccionan la quinta planta construida de mas, si es el caso.


Nos alojamos en el hotel Cambrils Playa, frente a una urbanización entre pinos, Vila Fortuny. El hotel tiene un gran vestíbulo con suelo y techo de cristal. Esa peculiaridad hace que las bragas de las señoras queden expuestas a la curiosidad pública. He de decir que la gama de colores de esas prendas femeninas no es muy variada.


Una vez instalados, durante el paseo que dimos por la tarde hasta el pueblo, tuve la sensación de que Cambrils es un modelo de pulcritud y corección política, donde no se ve un solo papel en el suelo de sus calles peatonales, magníficamente pavimentadas, y el puerto lo dejo para otro día porque hay una niebla de cojones y no se ve un pijo.


€n la plaza de Mosén Batalla, junto a Ramón Llull, en el barrio portuario, hay un cafetín llamado La Fresca, donde recalamos huyendo de la niebla. Mientras tomamos café, entra un enfermo esquizofrénico al WC y orina directamente en el suelo. La camarera va con el mocho a reparar la avería, después, me hace un guiño y aclara: --Es que habla solo, sabe usted..

--Que va, --le contesto-- Habla con alguien, pero nosotros no lo vemos.


Tomamos el bus de regreso a Vila Fortuny, ya atardecido, y en el breve trayecto caigo en la cuenta de que, a esta misma hora, en Heliópolis se encienden las luces del alumbrado fallero de las calles Sueca y Literato Azorín, en el barrio de Ruzafa, y el humo ácido del aceite quemado de las churrerías se combina con el olor a pólvora de los masclets, mientras el público se congrega alrededor de la falla para asistir a las tareas de montaje. Todo se reduce a saber si el tío que cuelga de un arnés, sujeto por una grúa, para repintar la junta de una nalga de la figura de mujer que remata la falla, se estrellará o no contra el suelo.


Después de una aceptable cena de bufet, nos dirigimos al salón del hotel para las dos horas de rigor de Rumba del Jubilado amenizadas por un teclista tullido a quien, dado lo que vino en noches sucesivas, hemos echado luego de menos.


Debo confesar que, después del baile, aunque voy acompañado, no hubo nada.


VIERNES 14/3.- Tomamos el bus a Salou, cuyo término es fronterizo con Cambrils y a un lado se sienta una señora de Rafelbuñol con la que intercambiamos unas palabras al iniciar el viaje desde Heliópolis. Su habitación es contigua a la nuestra y cuando me confiesa en voz baja con gesto pícaro que anoche oyó gritos en nuestro cuarto, me veo en la necesidad de precisar que el que gritaba era yo, porque sufro un estreñimiento de la hostia.


Salou, como Benidorm, tiene dos playas, Poniente y Levante y un urbanismo que, sin alcanzar los niveles surrealistas de allí, difiere bastante del férreo orden residencial de Cambrils. Salou, no solo tiene otro urbanismo, sino unas playas mas guarras, ya que son frecuentes los aliviaderos que vierten al mar aguas residuales, y la destroza medioambiental que se ha hecho en La Pineda vecina queda patente en el número, también cabalístico, de los pinos que quedan en algunos complejos residenciales. Siete.


El puerto deportivo de Salou, sin niebla, se asemeja bastante a cualquier otro de la costa alicantina, Benidorm, Calpe, y no aprecio ninguna característica especial que merezca mención, salvo la espléndida fuente luminosa del marítimo que, de noche, resulta espectacular.


En resúmen, Salou me ha parecido un tramo de esa larga calle, llena de hamburgueserías, tiendas chinas de textiles, supermercados, inmobiliarias, apartamentos y hoteles, cuyo trazado se extiende desde Almería hasta Rosas, con la valiosa peculiaridad de que a la derecha de esa calle el sol incide sobre la superficie del mar mas civilizado del mundo y el rebote de esa luz genera la sustancia luminosa de la que nos alimentamos quienes tenemos el privilegio de estar aquí.


Por la noche, en el salón del hotel, el teclista tullido no está y en su lugar hay un trilero que hace de animador, se atreve a cantar con una voz estridente que distorsiona aún mas el equipo de sonido, monta un falso concurso con un premio imaginario para distraer al personal, y después organiza una velada musical nocturna nefasta. No contento con esa lista de méritos, se bebe, el solito, la botella de cava supuestamente destinada a los ganadores de su concurso. Afortunadamente, la noche siguiente no volvió.


Son las doce, salgo a la terraza. El cielo está limpio. Me parece percibir los ecos de la pólvora nocturna que se dispara ahora en otra latitud, casi diría que en otro planeta. El planeta de las fallas. Heliópolis.


SÁBADO 15/3. TARRAGONA. El trayecto en autobús desde Cambrils a Tarragona, una vez pasado Salou, cuando te aproximas a la zona industrial, es un paseo por el mayor complejo químico y petrolero del país. Si lees un par de diarios gratuítos de distinto origen local, en uno el titular es que el mayor índice de mortalidad por cáncer de toda Catalunya se da en Tarragona, mientras que si lees el otro diario, el de esta comarca, el titular dice justamente lo contrario.


Yo no resido habitualmente en Tarragona pero, después de pasar por aquí, y habiendo conocido otras zonas industriales, tengo la sensación de que la industria mas contaminante del país no está en Avilés, sino precisamente aquí, en Tarragona. Pero dejemos a los catalanes con sus batallas dialécticas sobre que comarca ostenta el dudoso record de mayor mortalidad por cáncer y hablemos de los romanos.


Tarragona es, junto con Mérida, la ciudad con mayores vestigios romanos y que mejor los conserva. Al pasear junto a sus murallas, no puedo evitar una sonrisa, producto de la evocación de los primeros programas cómicos de Buenafuente, aquellos en los que cantaba con sus acólitos...... “Murallas.....murallas de Tarragona...”. Estas tierras han dado tipos tan peculiares como el propio Buenafuente y el controvertido Carod Rovira, a quien yo considero también un showman, aunque con otro estilo.


El paseo por la Tarragona vella, la part de d´alt, coincide con la celebración de un festival de jazz, y plazas tan deliciosas como la que acoge el mercado de frutas y verduras, y la de la Font, ofrecen la presencia de sendas bandas de jazz que actúan en las terrazas de los cafés dando un aire cosmopolita a estos lugares tan antiguos.


El capuchino que tomo en un café de la plaza de la Font no solo es el mejor que he tomado nunca, sino que las clavadas que me han dado, no solo aquí, sino en el Bar de d´alt, son las mayores en toda mi dilatada historia de viajero.


En cambio, la visita al museo arqueológico ha sido por el morro, gratis. Es impresionante la colección de esculturas romanas que conserva este museo, aunque la de mosaicos no está a la altura de la de Mérida. Las esculturas de los pretores, togados y guerreros son un testimonio del grado de precisión anatómica alcanzado por los escultores de la época, quienes sin duda realizaron sus exhaustivos estudios de anatomía del cuerpo humano, aprovechando los numerosos cadáveres que aparecían flotando sobre el río Tíber.


En la sección que exhibe testimonios y objetos de la vida cotidiana en la época romana, no faltan las expresiones del amor y la muerte. Eros y Thánatos. Junto a estelas funerarias y sepulcros con artísticos relieves, una polla de piedra de tamaño mas que natural representa a Priapo, mientras que una lámpara de aceite contiene el grabado de un pareja en plena faena amatoria, en una posición solo al alcance de los artistas circenses. Un cuenco cerámico decorado con influencias griegas repite la escena en otra posición mas accesible a los neófitos, y una figurilla de metal fundido expresa de nuevo el culto a Priapo, con un pene que parece una tercera pierna.


Tal muestra de simbolismo erótico masculino me recuerda aquello que dijo un autor manchego, al referirse al “priapismo matinal...o la fuerza del orín”, esa especie de recurso de los varones declinantes cuando se ven reducidos a la condición de machos en decadencia.


Al salir del museo pateamos la calle Cavallers, que resulta ser igual a las de otras ciudades como Heliópolis y Mallorca, donde están las casas palaciegas de los antiguos señores de la época renacentista. Visitamos brevemente lo que queda del circo, el anfiteatro y otros vestigios romanos y, cuando nos asomamos al mirador para divisar el mar, lo que vemos es niebla, niebla, una espesa, húmeda y persistente niebla, como si estuviéramos en Southampton.


Después de malcomer en un parque el sandwich que nos han preparado en el hotel, vamos al barrio de El Serrallo, donde está el puerto de pescadores, la lonja, y las cocinas de restaurante de donde salen los mejores aromas de suquet, en unas calles decrépitas, flanqueadas por casas no menos decadentes. El Serrallo es un barrio necesitado de una urgente restauración para salvarlo de la decrepitud, pero antes de que eso suceda, el olor de sus cocinas indica, con precisión, que este es el único lugar de Tarragona donde se puede disfrutar de la cocina de pescado, en toda su autenticidad.


La sesión de baile nocturno en el hotel transcurre con la gratificante ausencia del trilero, a quien sustituye una vocalista que pone una octava de mas en los agudos, con cierto riesgo para la salud auditiva de quienes participan de la música. Un anciano de setenta y nueve años sin glándulas sudoríparas que parece un maniquí reprocha a su pareja, una maciza cuarentona, que no sea capaz de seguir sus golpes de cadera y sus pasos medidos al bailar el merengue, mientras otros danzantes recorren la pista con la misma monotonía de un asno arando un campo de cebollas.


Cuando concluye la jornada, una llamada telefónica desde Heliópolis me confirma que nuestra maniobra evasiva al escapar de allí en pleno follón fallero ha sido acertada, porque los que se han quedado solo disponen ya de medio metro de espacio vital y,. cada día que pasa, ese mínimo refugio se reduce aún mas por las apreturas de las fiestas.


DOMINGO 16/3. EL PUERTO DE CAMBRILS. El sol de levante acoge los huesos cansados de los viajeros en el puerto de Cambrils –por fin sin niebla-- que cobija un número considerable de lujosos yates y veleros de gran eslora. La propensión de los negociantes catalanes –esos seres anfibios que se mueven entre la superficie del brillo social y las profundidades del dinero negro-- a evadir impuestos y convertir ese engaño en lujo, se expresa en esta flota de barcos deportivos amarrados a la tranquilidad del domingo.


Esa propensión secular de la burguesía catalana a no dar dinero a señores de fuera, se afianzó tras la derrota en la batalla de Almansa, y tal vez se ha incorporado al gen catalán, pero no se debe calificar de singularidad porque, en eso, todos somos un poco sicilianos.


Mientras la burguesía catalana mas representativa se hace un apartado con las operaciones sin IVA--esa realidad subterránea sale a flote cada vez que se hacen macro operaciones de inspección fiscal en Catalunya-- los políticos locales hacen una profesión de sus demandas victimistas con el asunto de la “financiació”, pero hoy, en Cambrils, como en los demás puertos mediterráneos, el sol sale para todos y en esta mañana de domingo brillante y cálida no me voy a poner pejiguero en asuntos tan prosaicos.


Es domingo de ramos y así como en Tarragona pude ver una pancarta en un balcón con el lema “Tarragona laica”, aquí en Cambrils todo es corrección política y los ediles municipales se reparten los parlamentos de inauguración de las obras de remodelación de la parroquia de Sant Pere, a la que han añadido un campanario, y en cuyos discursos han tenido el buen gusto de citar a Lluís Llach.


No hay procesiones aquí y la única muestra visible de la santidad de la semana es la bendición de las palmas, que ni siquiera requiere del clérigo, pues quienes las portan se van, satisfechos, con la sola oratoria de los munícipes. Todo muy laico, aunque sin pancarta.


Por la tarde, descanso. Campeonato de naipes. Por la noche, aparte del baile, tampoco hubo nada.


LUNES 17/3. EL MERCADILLO. Ha vuelto el trilero. De buena mañana, embauca con su verbosidad mentirosa a los inocentes pajarillos que vuelan pesadamente por el salón después de ingerir cantidades ingentes de calorías en el desayuno, pero nosotros pasamos del trilero y nos vamos a Salou, porque hoy es lunes y toca ese ritual ancestral inevitable para todo aquel viajero que visita un pueblo costero. El mercadillo.


Los primeros pueblos iberos que acamparon por aquí, antes de que los romanos trajeran el lujo, las termas y los prostíbulos, haciendo subir el precio del salmón de roca, es probable que descubrieran las ventajas de reducir la hostilidad entre vecinos por medio del mercadillo.


Las tribus antes hostiles que habitaban los agujeros de las rocas, pronto comprendieron que intercambiar huesos de un enemigo común en las plazas del neolítico les proporcionaba a ambas la materia prima imprescindible –las tibias-- para fabricar las agujas saqueras tan demandadas por los maestros del pret a porter de la época. Así debió empezar todo y las cuatro calles llenas de tenderetes que se extienden ahora alrededor de la Casa Gran de Salou, solo son el reflejo de la continuídad histórica de la especie humana, una de cuyas singularidades mas acusadas es la necesidad profundamente arraigada del intercambio.


“Todo a tres euros... La gitana que domina el cotarro de la bisutería en el mercadillo se dirige a una compradora en tono confidencial, con la clara intención del halago que busca la complicidad con la clienta......--le doy toda la parada por esa pulsera de oro y coral que lleva.....Todo a tres euros.......... vean...vean y compren.....lo mas barato del mercado.....solo lo encontrarán aquí... Ropa de marca... Iv St. Laurent, directamente desde París.....A cinco euros......todo a cinco euros...”


Terminada la visita ritual al mercadillo, una terraza junto al marítimo de Salou nos acoge con una variedad tentadora de helados alicantinos –son de Ibi. Mi mujer trasega una copa de helado de avellana. Yo tomo un excelente café cortado al que han tenido el detalle de añadir una muestra de un mazapán exquisito.


Regresamos al hotel sin novedad en un autobús de Plana, Transports Públics de Catalunya, y cuando, sentado junto a una mesa asoleada en la piscina, termino de transcribir en una libreta tamaño cuarto que compré en el puerto de Cambrils, las numerosas notas dispersas que he ido tomando en los soportes mas inverosímiles, --servilletas de bar, papel higiénico, trozos de cartón de las cajas de catering, pañuelos de papel y huecos en blanco de folletos y planiches-- una llamada de mi amigo José Luís me informa de que está en Andorra practicando la evasión fiscal y me pide que le reserve una habitación para pernoctar aquí, con su mujer y su perro, la noche del diecinueve al veinte. Va a ser que no. El hotel no admite perros.


“Baila, morena baila....que tu te mueves como ninguna..... moviendo las caderas......moviendo la cintura...”


Después de dos horas de salsa, merengue, rumba, cumbia, samba, la paloma, el venao y otros estúpidos bailes coreografíados, creo haber hecho méritos para “mojar” esta noche, aunque no pienso revelar lo que suceda, si es que algo sucede.


MARTES 18/3. BARCELONA. Tomamos el tren en la estación de Salou y al emerger a la superficie en el paseo de Gracia, la primera imagen que nos ofrece Barcelona es la de un hombre jorobado con el torso desnudo que muestra su deformidad con fines mercantiles en la acera del paseo. Cuando llegamos a las Ramblas, la extensa tribu de nigromantes, mimos, acróbatas, limosneras con retrato de familia, ancianos músicos callejeros y otros artistas autónomos, ocupas, carteristas y malandrines, en un número y variedad muy superior a los de otras ciudades, nos muestra que estamos en un lugar de acogida, tolerante, que Eduardo Mendoza llamó la ciudad de los prodigios.


Las Ramblas son un hervidero de gentes que le dan al paseo un aire cosmopolita, solo comparable al de los lugares mas concurridos de N.Y. Dejamos esa corriente humana fluir entre los puestos de flores, nos desviamos a la derecha y pasamos bajo un arco que nos muestra, en todo su esplendor, el mercado de la Boquería.


Este mercado, repleto de compradores y curiosos a esta hora del mediodía, ha sido repetidamente citado por Maruja Torres. Un lugar de encuentro nocturno donde recalaba la bohemia barcelonesa en las dulces juergas de madrugada, depositando su maltrecha humanidad noctámbula en las tascas golfas de las calles del mercado, cuando todos los demás lugares de copas de la ciudad habían echado el cierre.


A la hora doceava, la Boquería es otro mercado. Un bodegón múltiple, que se reproduce a si mismo como en un juego de espejos mostrando la gran variedad de productos del mar y de la huerta que provocan con sus colores y olores una saturación de los sentidos.


En los puestos de pescado, gallos, palayas, calamares, rodaballos, merluzas, rapes, congrios, salmonetes, bacaladillas, escórporas, gambas de Palamós, cigalas vivas, galeras que nunca terminan de morirse, colecciones completas de bivalvos, mejillones, navajas, ostras, almejas, dátiles de mar y berberechos gallegos. Mis jugos gástricos se estremecen ante la extensa variedad que ofrece esta despensa mediterránea y, como las gambas no están a mi alcance, los engaño con una empanada de atún encebollado en una panadería próxima.


Terminada la visita a la Boquería, nos dirigimos al Port Vell. Nos recibe un cartel con un texto algo grandilocuente...la zona de ocio más grande de..(......) --creo leer Europa, pero no, solo dice, modestamente, Barcelona. No visito las cincuenta hectáreas que le atribuye el cartel a ese lugar –seguro que han incluido la superficie marítima-- pero pateamos el celebre Maremagnum, un centro de ocio comercial, donde nos aliviamos la vejiga. Este lugar se hizo tristemente famoso porque uno de sus vigilantes de seguridad arrojó al agua de un manotazo a un inmigrante, que se ahogó. Lo que confirma que, en los lugares acogedores, también hay hijos de puta.


La plaza Reial, a la derecha de la Rambla, subiendo desde el puerto, es uno de esos lugares para dejar morir una hora sentado junto a un velador, rodeado del equilibrio armónico de la arquitectura porticada. Un placer universal que se puede disfrutar lo mismo aquí que en la plaza del Rossío de Lisboa, o en las plazas de Pamplona, Bilbao o Tordesillas. Cualquiera de esos lugares, y otros muchos semejantes, producen las mismas sensaciones de serenidad y equilibrio, tal vez porque las fórmulas matemáticas de sus arquitectos tuvieron en cuenta un tratamiento de los volúmenes y vacíos, de los ritmos y las repeticiones, que condensan toda la sabiduría de los constructores antiguos.


Después de tomar un café en el Taxidermista, fuimos a callejear por Ciutat Vella.


Barcelona es una ciudad populosa. Mucha gente en la Rambla y en lo que queda del Barrio Gótico, en el puerto, en Gracia, pero en estos días no tiene nada que ver con el millón de personas de más que abarrota las calles de Heliópolis en la víspera de la fiesta grande fallera. De buena nos hemos librado.


Por la tarde fuimos a ver a la sagrada familia, pero no estaba. Se habían ido de vacaciones a Zarauz.


MIÉRCOLES 19/3. EL DÍA DE JOSÉ LUÍS. Mi amigo José Luís, que está en Andorra haciendo alguna operación inconfesable, me llama para comunicarme su intención de que comamos juntos en Cambrils. No salimos del hotel en espera de la llamada que confirme la hora de su llegada. 12,30h.

--Ya estamos en España. Te llamaré cuando estemos más cerca.

13,30 h. --Aún estamos lejos de Tarragona. Una violenta tormenta nos ha retrasado.

14h.--No vamos a llegar a tiempo. Comed vosotros y ya nos veremos el domingo.


Cuando vas de viaje mantienes un ritmo vivo de actividad y si de repente te paras, luego no hay forma de arrancar. La mañana perdida en espera de una visita que nunca llegó, nos conduce de manera natural a una tarde anodina, de la que no hay nada que contar.


Este es el séptimo día de viaje. El siete es un número cabalístico. Por cierto, ¿Han notado que se escribe al revés? ¿Porqué la visera no está hacia la derecha, en lugar de hacia la izquierda? ¿Y el guión que corta su vertical, que significado tiene? ¿Para que ese guión, si no hay dos números semejantes que puedan confundirse?. Tal parece que, como el séptimo día de nuestro viaje, ese guión indica solo un corte en la continuidad de una línea. Hasta hay una Iglesia que se define por el número siete, la Iglesia adventista del séptimo día, y los creacionistas aluden al séptimo día como aquel en el que el creador se tomó un receso, después de darse cuenta de la cagada que había hecho.En fin. Es el día séptimo.


JUEVES 20/3. REUS. EL MAREO. Cuando mi mujer se marea en el autobús, la secuencia de ese trastorno, que ya he visto alguna vez, es terrorífica. Luego lo cuento. La mañana ha empezado con grandes expectativas. Un sol brillante arranca de la superficie del mar reflejos rutilantes y los cuarenta minutos de trayecto de autobús desde Cambrils a Reus, dando varios rodeos, transcurren con el placer visual de los paisajes costeros. El cabo de Salou, con sus calas y pinares, luce magnífico esta mañana de primavera. La afluencia a las playas es numerosa en este puente festivo y al llegar al centro de Reus nos sorprende la dimensión urbana de esta ciudad que no habíamos visitado antes.


La casa de Güell, el Centro Gaudí, la anchura de alguna de sus avenidas y plazas, no menor que la de los Campos Elíseos, las calles peatonales del barrio comercial, sus plazas recoletas, como la que se llamó en tiempos Mayor y ahora le dicen de España, flanqueada por soportales, donde tomamos, como ya es habitual por aquí, un excelente café, la estatua del Pintor Fortuny, un tipo muy moderno para su época, las terrazas al sol junto al Ayuntamiento viejo, la iglesia gótica de Sant Pere, de una factura arquitectónica sobria, de estilo gótico, una vida comercial muy activa en las calles y unas fachadas muy cuidadas, de piedra o recien pintadas y decoradas, en especial la de la Casa Güell, evocan el poder económico de la burguesía de Reus y su influencia en los asuntos públicos de toda Catalunya.


El Capuchino que me sirven en la terraza del café Deu –no-se-qué, junto al Ayuntamiento, es el mejor, con diferencia, de los últimos días y su precio, dos euros, mas razonable que los ocho pavos que nos piden por visitar el centro temático dedicado a Gaudí. Renunciamos a esa visita.


Mi mujer callejea, encantada, por las calles comerciales mientras tomo mi café al sol de la mañana. Es un momento perfecto y nada presagia lo que va a ocurrir. Encarna ha olvidado tomar su pastilla para el mareo antes de salir del hotel y no ha desayunado lo suficiente. El autobús de regreso da un frenazo antes de meterse en la primera curva y el rostro de mi mujer comienza a ponerse pálido, tirando a lívido. A medida que se repiten los frenazos y las curvas, un sudor frío se desliza por la frente de Encarna. Su estómago comienza un movimiento espasmódico recurrente, arriba/abajo, abajo/arriba, mientras su tensión arterial se desploma por debajo de siete. Ya he visto eso antes. Después viene la lipotimia, la pérdida de conocimiento y la caída libre de sus constantes vitales, si no se hace algo para evitarlo. Además, tiene un seno nasal obstruido y eso no ayuda a la ventilación que la sensación de mareo requiere. Sus leves quejidos son continuos, mientras su rostro se pone atrozmente amarillento. Saca una bolsa de plástico del bolso para vomitar, pero los espasmos que sufre no se traducen en vómito porque no tiene nada en el estómago.


Temo que se haga encima y pierda la consciencia. Hay que hacer algo. La hago bajar, a regañadientes, antes de Cambrils, para evitar lo peor. Descendemos en el marítimo de Salou. Se sienta echa un ovillo en el primer bordillo que encuentra y, poco a poco, el aire fresco y salino del mar consigue que, lentamente, los síntomas de mareo se atenúen. Un paseo junto a la playa y ya está recuperada. Esta vez, hemos evitado lo peor.


Sorprendentemente, cuando entramos al comedor del hotel se ha repuesto por completo y come con buen apetito la generosa porción de espalda de cordero que ofrece hoy, entre otras cosas, el bufé.


Por la tarde, mientras mi mujer acude a la visita médica en el propio hotel, dejo que el sol me tueste la piel en la piscina, durante veinte minutos. Por cierto, todas las piscinas que he visto por aquí están llenas. No parece que en Cambrils y Salou, a diferencia de en Barcelona, el agua falte, porque los campos de golf se riegan sin tasa. En fin. Reus. El mareo.


VIERNES 21/3. LA VÍSPERA. Se acerca el fin del viaje. Un día antes de emprender el regreso al punto de origen es frecuente que un sentimiento de ansiedad se traslade a la víspera de la partida. Para evitarlo, es aconsejable no hacer nada, no marcarse objetivos, nada de planes. Es mejor dejarse llevar por el río tranquilo de la ausencia de acontecimientos programados y entregarse al carpe diem.


Viajar es el modo más rápido de aprender geografía, historia, de familiarizarse con la lengua, la gastronomía y las costumbres del otro, aproximarse al conocimiento de la realidad ajena, mas allá de tópicos y lugares comunes, a través de la propia experiencia.


Incluso un viaje tan modesto y local como este, te da cuerda para aguantar tres meses de vida sedentaria hasta que, de nuevo, el impulso viajero te empuja a otra experiencia itinerante. La Seguridad Social debería recetar a todo quisque, al menos, cuatro viajes al año y si, además, las llamadas telefónicas fueran gratuitas, como reivindica el menor de mis hijos, ya sería la leche.


En nuestra última visita a Cambrils, descubrimos que solo hemos pateado el barrio portuario, que el pueblo viejo queda lejos y hay que subir riera arriba hasta encontrarlo, pero el día demasiado ventoso no invita al paseo al aire libre, así que compramos cuatro butifarras catalanas, envasadas al vacío por separado, y, después de comprobar que el buey de Kobe está a 165 pavos el quilo, dejamos el conocimiento del Barri Antic pendiente.


El viaje siempre es descubrimiento, porque aunque revisites algún lugar conocido, como tu mismo has cambiado tanto, todo te parece nuevo.


En fin. Son las cuatro de la madrugada. Estoy cerrando el local de mis vacaciones. Mientras barro las colillas con el escobón, un foco ilumina el escenario vacío. The End.”


Lohengrin 23-03-08.


A la memoria de Beltrán de Cambrils, cuyo fantasma he visto pasear a lomos de un caballo tordo, al sonar las doce, por las calles de Lloveras y el Soldat, en el Barri Antic.

miércoles, 12 de marzo de 2008

AVISOS Y ESPANTADAS

Aviso a todos los usuarios del Blog, en especial a quienes se detienen mas tiempo en él, como los de Heliópolis, Chihuahua, Huelva y Catarroja, que me voy de vacaciones diez dias a algún lugar de la costa catalana que no pienso revelar. Como no soy de los que van con el portátil a todas partes, a mi vuelta prometo contar las incidencias, reales o imaginarias, del viaje.


CIAO. HASTA EL DIA 23. SALUDOS AGRADECIDOS.


Lohengrin 12-03-08.

lunes, 10 de marzo de 2008

MARC SALE DEL TALEGO

“Al despertar, había una mujer en mi cama. Acabo de salir del talego y alguien, creyendo hacerme un favor, ha puesto una mujer en mi cama. No ha sido una buena idea, porque aún no me he acostumbrado a estar fuera y además....como decirlo, mi estancia allí ha cambiado mis costumbres sexuales. Solo han sido siete años. Siete años comiendo rancho y chupando pollas para que no te hostien, no parece demasiado, pero si suficiente para que al salir, si te despiertas y hay una mujer en tu cama, te parezca raro.


Siete jodidos años. Nada de delitos de sangre, no vayan a pensar. Tres tonterías absurdas, pero seguidas, demasiado seguidas. Primero la visita a aquella peluquería de señoras, enseñando el carnet del gimnasio y haciéndome pasar por inspector de hacienda. Sin afán de lucro, solo por divertirme.


Luego el juez le llamó a esa chorrada, nada menos, suplantación de personalidad. Luego le alquilé un bien público que, naturalmente, no era mío, la casa del escritor Blasco Ibáñez en la playa de la Malvarrosa, cuando todavía no la habían restaurado, a una familia desinformada de la comarca de los Serranos que buscaba una vivienda en la playa por razones de salud del padre jubilado, algo del hueso. Estafa, dijo el juez. Pero como puedes estafar a alguien vendiéndole, yo que sé, el Puente de San José, eso no se lo cree nadie, y si se lo cree es que es idiota. Engañar a un idiota es estafa?

Además, el hombre se curó. ¿Donde está la estafa?


La puta justicia es la repera, haces dos o tres tonterías, las suman, las acumulan, tardan diez años en empapelarte y si ese día le duele el hígado al juez o ha pillado a su mujer en la cama con otro, te caen catorce años. Vaya mierda.


Lo peor, lo que mas hizo caer sobre mi todo el peso del sistema fue meterme con las sacrosantas instituciones financieras. Pero, joder, solo me llevé cinco euros cada vez. Vale, lo repetí cien veces, pero aún así, solo fueron quinientos euros. Me dió por atracar bancos con una guitarra. Me ponía con la guitarra en la ventanilla de caja y les cantaba una coplilla a los cajeros, exigiéndoles dinero, pero juro por dios que nunca me dieron mas de cinco euros.


El cabrón del juez consideró que había cometido cien delitos, atraco con intimidación, le sumó lo de la peluquería y el chalet de Blasco Ibáñez, cómo le dolían al tío los cuernos ese día, y ya puedo dar gracias de que no me extraditara a Estados Unidos, donde también di algunos conciertos de guitarra en sedes bancarias, con su recomendación de que me pusieran la inyección letal.


Siete años es mucho tiempo. Al final, tu paladar se ha hecho a los sabores de la trena, tu olfato ha olvidado el perfume del aire salino del mar, te vuelves guarro, no te cambias de ropa interior, ves la televisión en la sala por la tarde, y lo peor es que la rutina carcelaria te envilece de tal modo, que te deja incapacitado, una vez sales, para cualquier reconocimiento sensorial de los placeres de la vida de fuera que tu cerebro ha olvidado, sustituyéndolos por el limitado repertorio de aromas, sabores, rutinas, sudores y pesadillas que siguen constituyendo, aunque estés fuera, una prisión interior.


Ahora me he despertado y hay una mujer en mi cama, a mi lado. Es una extraña, nunca la había visto. Hago un gran esfuerzo para mirarla a sus ojos de mujer libre, con mis ojos de hombre que todavía no se siente libre. Tiene el cabello rubio, algo rizado. Sus ojos, cuando les da la luz, son de un verde intenso, con raros matices de otros colores que cambian constantemente. Cuando la luz que se filtra entre las lamas de la persiana de la habitación del hostal se desliza hacia sus labios, los ojos toman un tono azulado y me sorprendo reconociendo un aroma salino, como a mar en calma, que sale de su boca entreabierta.


Por primera vez, desde que he abandonado mi encierro, hace dos días, después del largo viaje que me ha conducido hasta aquí, entre esperas, estaciones y trasbordos, vuelvo a percibir los colores y aromas que ya no recordaba. El gesto sereno y generoso de la mujer me invita, me ofrece su intimidad, sin que yo sepa quien es, ni porque está aquí.


Hay una mujer en mi cama. Hacemos el amor. Ahora se quien es, es la libertad.”


(Epílogo inédito de "Marc el desmemoriado") Versión revisada 2008.


Lohengrin. 11-03-08.






























DESPUÉS

En mi página “Diálogos” del veintiseis de febrero, se podía leer, “...descartada la mayoría absoluta, los populares no encontrarán socios para gobernar, la debacle de Izquierda Unida es mas que previsible y es bastante probable que, después del 9-M, tengamos un partido socialdemócrata que gobernará apoyándose en los nacionalismos periféricos..”


Almudena Grandes cuenta hoy en El País que le van a faltar días para cobrarse las invitaciones, copas y cenas que ha ganado con las porras relativas a los resultados de las elecciones que concluyeron ayer, a falta de conocer los resultados del voto por correo.


Esa coincidencia parece indicar que los escritores carecemos en absoluto de dotes adivinatorias, pero tenemos la facultad de reconocer la realidad que tenemos delante de nuestras narices, un poco mas desarrollada que el resto de los mortales.


Para cualquier observador de la realidad parece evidente que la soledad parlamentaria del partido popular se ha convertido en estructural. Que tiene un techo de votos ha quedado en evidencia al contarlos, aunque sea un techo amplio, le falta ventilarlo. Que la bipolaridad extrema que ha presidido la legislatura y la campaña acabaría por aplastar a los minoritarios, es algo que se podía percibir con algo de intuición.


Al final, el escenario de la vida política española es el que cabía, razonablemente, esperar, pero hay algunas peculiaridades que ahora se pueden comentar con detalle.


Que Convergencia haya sacado 11 diputados con un número de votos semejante a los de Izquierda Unida y que esta formación haya obtenido solo dos diputados, habla a las claras de la necesidad de reformar un sistema electoral que premia resultados tan incongruentes.


Otra cosa es que, con independencia de distorsiones electorales, uno tenga la opinión de que la ideología política comunista deba ser considerada ya un anacronismo histórico.


El País Vasco, con el triunfo socialista en las tres circunscripciones, es un escenario sobre el que yo no había hecho comentarios, entre otras razones, porque no conozco suficientemente esa realidad.

Puedo entender que algunos vascos estén cansados del nacionalismo, y que otros, doscientos mil?, no hayan votado a falta de la presencia de candidaturas del nacionalismo radical. En cualquier caso, ese vuelco electoral abre un escenario bastante interesante, sin que yo, por mi desconocimiento, sea capaz de aventurar en que dirección.


Que Cataluña, junto con Andalucía, hayan dado suficientes escaños a los socialdemocrátas para gobernar con comodidad con algunas asistencias, no es una sorpresa. Que el centro del país haya deparado tantos empates, podría ser una consecuencia de la insistencia de la derecha en dividir a la ciudadanía, sin que hayan obtenido ningún beneficio tangible de ese esfuerzo separador.


El mapa resultante de las elecciones del 9-M es una geogrofía marcada por la dicotomía, el sectarismo y la falta de cohesión de un pais que aparece separado por unas preferencias electorales demasiado opuestas, enfrentadas. Uno tiene dudas de si la capacidad política de los partidos en un país enfrentado, conseguirá que los mecanismos que deben hacer fluir las relaciones entre el gobierno central y las autonomías, en beneficio de los ciudadanos, acaben con el obstruccionismo de unos y el desinterés de otros, si las leyes de ámbito nacional se aplicarán con fluidez y recursos en todos los territorios, o si, por el contrario, quienes residimos en comunidades donde todo el poder está en manos del partido opositor, veremos usar ese poder para hacer una oposición obstruccionista al partido legitimado para gobernar por los electores.

Como no soy adivino, aunque creo tener la facultad de reconocer la realidad que tengo delante de las narices les diré que, por ahora, no veo que nada haya cambiado en ese sentido.


Habrá que esperar para ver lo que sucede.


Lohengrin. 10-03-08.

sábado, 8 de marzo de 2008

E.T.A. (ESTUPIDEZ. TRAGEDIA. ALIENACIÓN)

Cuando el reino de Nápoles y Sicilia estuvo en manos de una monarquía lejana, desinteresada del bienestar de sus súbditos, los clanes locales decidieron crear un Estado propio a la sombra de otro Estado, ineficiente, y buena parte de los napolitanos y sicilianos pronto comprendieron que era de esos clanes de quienes podían esperar la protección y ayuda que la monarquía lejana y extranjera les negaba. Nápoles y Sicilia forman parte ahora de un estado democrático moderno, y a pesar de que las condiciones históricas que motivaron su emergencia han cambiado radicalmente, los clanes siguen ahí, aunque se han revestido de otra piel, practicando una obstinada defensa de sus intereses espúreos minoritarios y criminales.


Otra monarquía, la inglesa, practicó una política centralista en defensa de la unidad de su reino, aplastando las singularidades de sus vecinos y esa razón de estado desató un conflicto sangriento que solo ha concluido cuando los nacionalistas radicales irlandeses se han dotado de un brazo político dirigido por un tipo con dos dedos de frente, Gary Adams, capaz de imponer su autoridad a los de las pistolas.


En España tuvimos durante cuarenta años un reino dictatorial, del cual fue titular un bastardo que ni siquiera provenía de la nobleza, y que derogó, el primer día de su reinado, los regimenes jurídicos que reconocían las peculiaridades de las nacionalidades históricas.


Como en el caso de Nápoles y Sicilia, la transformación de España en un estado democrático moderno, ese cambio radical de las condiciones históricas, esa nueva realidad no percibida por las minorías violentas, las sitúa, en Euskadi, como un anacronismo, una minoría alienada, estúpida y trágica, solo atenta a su propia supervivencia, a sus intereses espúreos, minoritarios y criminales.


En la etapa franquista, ETA tenía un enemigo, el régimen franquista y contribuyó violentamente a la desaparición de Carrero Blanco. Han pasado treinta años, las gentes que aún matan en nombre de ETA ya no tienen nada que ver ni con aquellos militantes, ni con sus objetivos. Ahora matan personas inocentes, en nombre de su propia estupidez, de su alienación, y prolongan la tragedia de una violencia inútil, en un contexto en el que el país que dicen defender, disfruta de competencias de gobierno semejantes a las de un estado federal moderno.


La tragedia que nunca termina del todo en este país, está marcada en este momento por el hecho de que en el nacionalismo radical vasco, la política no pinta nada, mandan las pistolas, pocas, pero suficientes para seguir haciendo un daño desproporcionado a sus supuestos apoyos sociales, cada vez mas magros y escasos.


E.T.A., este grupúsculo constituido ahora por estúpidos, trágicamente alienados, ha dejado atrás su época de lucha antifranquista, ya no representa con sus siglas la corriente independentista de un pueblo orgulloso de sus singularidades, sino que, como los clanes mafiosos del sur de Italia, es un anacronismo histórico, devorado por su propia dinámica criminal, ajena a los intereses de la mayoría, incluso de las minorías independentistas que históricamente representó.


La muerte es siempre una tragedia estúpida. La muerte de una persona inocente, en nombre de un falso objetivo, además de trágica y estúpida, es estéril. Nadie está preparado, nunca, para su propia muerte. Que le sorprenda junto a su mujer y su hija es, además, de una crueldad añadida. Y que sea la consecuencia de la alienación de un grupo, cada vez mas reducido, de iluminados es, sencillamente, obsceno.


En un asunto como este, los políticos no merecen ni una línea, pero que de los dos mas representativos, uno no se haya contenido en el último debate y haya cedido a la cuenta de los muertos, y el otro se haya pasado cuatro años intentando sacarles dividendos políticos es, como mínimo, censurable.


Ningún análisis, ninguna declaración, mas o menos conjunta, ningún editorial de prensa pueden acercarse, ni de lejos, a la tragedia personal de la propia muerte, o de la muerte del próximo. Nada de lo que digamos, escribamos o declaremos puede alcanzar la dimensión del dolor humano, personal, encarnado en las víctimas. Solo podemos dirigirnos a los estúpidos, los alienados, los desalmados, pedirles que lean en la seguridad de su retiro protegido, aquel libro de Albert Camus, Los Justos, que pone en cuestión la legitimidad del crimen político, que tal vez les ayude a desprenderse de su propia alienación, de su alejamiento de la realidad, de su trágica estupidez.


Lohengrin. 8-03-08.

viernes, 7 de marzo de 2008

LA MEMORIA

Leyendo un libro de Juan García Hortelano, regalo de mi hijo, que parece un blog editado, un compendio de breves artículos y crónicas que se pueden abordar abriendo el volúmen por cualquier página, he vislumbrado que los escritores y amanuenses que estamos en el tercio de la edad tardía, alcanzamos la mayor fuerza expresiva, el mejor estilo lírico y la máxima calidad de escritura que nuestras limitaciones permiten, cuando evocamos nuestro propio pasado.
Intrigado por esta sospecha, abro una reflexión para intentar conocer si esa impresión es cierta, y porqué. A primera vista, escribir sobre el pasado de uno parece un ejercicio de nostalgia de una etapa de la vida que se supone mas activa y mas feliz y que, desde la inacción de la edad mas o menos provecta, uno intenta una recuperación imposible desde un estado carencial.

Sin embargo, cuando la edad tardía va acompañada de un notable incremento de la actividad creativa, como es el caso de tantos escritores, y se conservan todavía muchos otros estímulos vitales que desmienten ese estado carencial, uno se plantea la pregunta de porque la evocación de un pasado que, tal vez, fue mas carencial, genera un potencial literario tan fuerte, y una de las posibles respuestas es que son las emociones, no la nostalgia, las que están presentes en esas evocaciones.

Hay algo en los seres humanos capaz de integrar en la memoria viva del sujeto, para toda la vida, olores, sabores, imágenes, momentos, singularidades, de una potencia evocadora impermeable al paso de las décadas y cuando esa facultad que tenemos todos de sentir, fabular, recordar, se une a la necesidad de expresarla en la escritura, el resultado se traduce, a veces, en las páginas mas brillantes de las que es capaz la memoria. La memoria, si, porque en esos casos, la escritura es un simple gesto, un automatismo que transcribe lo que antes se ha cultivado, recreado, macerado en un proceso larguísimo que a veces alcanza el medio siglo.

Por eso, al leer algunas páginas de García Hortelano, tocadas por ese raro lirismo que aflora en ocasiones en la evocación de la memoria, he tenido la sensación de contemplar una obra de arte en un museo, una figura de terracota del arte persa que condensa seis milenios de civilización, o una cerámica picassiana creada en el siglo veinte, recreando el arte primitivo, con las mismas verdaderas emociones del alma humana, que son intemporales.

Paradójicamente, en esas pocas páginas tocadas de auténtica humanidad, la memoria deviene entonces, no nostálgica, sino intemporal, y es esa humana intemporalidad emocional la que suministra la energía para que la creación del lenguaje, libre de las ataduras de lo cotidiano, exprese lo mejor de si misma, de su estilo, su lirismo y su verdad.

Tuve esa sensación, por primera vez, leyendo las páginas finales de El reino de este mundo, de Carpentier, que cita García Hortelano en una de sus breves crónicas, la misma que se ha repetido al reconocer en Las migraciones de agosto del propio García, la sencillez emocionada, la potencia evocadora del recuerdo, “En aquellos veranos de la miseria y del boato, agosto duraba tres meses largos...”

Entre mis viejos papeles he encontrado la enésima variación del arranque de un libro que nunca escribiré,

La luz de julio desborda la calle suburbial y el agua de la fuente pública enfría los adoquines. Mientras las líbélulas púrpuras y doradas quedan suspendidas en el aire traslúcido del verano, un niño de seis años, armado con una caña, se dispone a ejercer su certera crueldad infantil...”


La luz de ese estío quedó grabada en mi memoria. Es la fuente primigenia de mi necesidad primordial de la escritura, y tiene poco que ver con la nostalgia y mucho con el carácter universal de las emociones humanas.

Todas las historias que han venido detrás, tienen su origen en ese momento, y es la energía que subyace en esas tres líneas de palabras la que me mueve a seguir escribiendo, y no creo que eso pueda calificarse de nostalgia por el paraíso perdido. Parece otra cosa, es mas bien, el descubrimiento de la propia sensibilidad, de la propia inclinación narrativa, el reconocimiento de la vida como una fuente de experiencias y emociones que, maceradas por la memoria, lentamente, con el paso del tiempo, imprimen carácter. En el orden del carácter, hay espacios de libertad, en el del destino, la felicidad no tiene sitio (Ferlosio).

En fin. La memoria.

Lohengrin. 7-03-08.

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