lunes, 30 de junio de 2008

EL GATILLAZO

En los archivos del doctor Oliver Sacks, neurólogo eminente, autor de diversos libros muy leídos, entre ellos, Un Arquéologo en Marte, citado por Rosa Montero en su artículo de Babelia, y El hombre que confundió a su mujer con un sombrero, hay cantidad de rarezas de la mente humana, pero tambien experiencias bastante comunes, alguna de las cuales ha sido publicada en la prensa internacional. Repasando viejos recortes encuentro este testimonio anónimo que habla de ciertas experiencias a las que los hombres tienen un pánico irracional, porque se sienten ridículos cuando les sucede a ellos. Me parece que tiene cierto interés, y por eso lo reproduzco sin permiso.


“Entramos en la habitación en penumbra. Cerré detrás de mi. Durante toda la semana anterior había soñado con este momento, de un modo obsesivo. Cuando mi vecina aceptó que nos encontraramos en un hostal de la playa, vencidas todas sus inhibiciones e indecisiones anteriores, después de un largo tira y afloja que había durado meses, con insinuaciones, dobles lenguajes, aceptaciones implícitas y falsas resistencias, en mis noches inquietas, en medio del calor insomne, había imaginado una y otra vez como sería ese encuentro, y ahora no podía creer que, por fin, estuviera sucediendo.


En los dias que precedieron a nuestro encuentro tuve erecciones contínuas, la sola evocación de que esa mujer se me entregara sin reservas, después de haberla deseado tanto, me excitaba con una virulencia adolescente, y solo podía hacer frente a ese grado de excitación por medio de la escritura, evocando a través de la ficción la inmediatez de ese momento que aun no había llegado, rodeandolo de elaboradas invenciones que pensaba materializar cuando, por fin, llegara el momento.


La imaginaba apoyada en la pared de la habitación en penumbra, y mi cuerpo dejado caer sobre ella, haciéndole notar la plenitud de mi sexo erguido en su entrepierna, mientras la liberaba de la ligera blusa, dejando al descubierto sus voluminosos pechos con sus pezones erectos apuntando hacia mi.


Hasta aquí, hoy, todo ha sucedido como pensaba, pero lo que no había pensado, para nada, es que esa sobreexcitación del deseo sostenida durante días, cuando tenía a mi alcance su realización, se transformara en un gatillazo descomunal que se ha desencadenado cuando ella apenas ha rozado mi desnudez ofrecida. No se ha tratado de una eyaculación precoz, nunca tuve ese problema, sino de un puro y simple gatillazo, una retracción de la erección similar a la que se produce tras la eyaculación, pero sin eyacular, o sea, un gatillazo.


La frustración que sufre cualquier mujer sana cuando, después de haber estimulado enérgicamente su deseo, se produce el gatillazo masculino, por mucho que trate de quitarle importancia y a pesar de sus palabras consoladoras, es tan evidente, que es pueril negarlo.


Es posible que el mecanismo que desencadena el gatillazo sea un deseo demasiado vehemente sostenido en el tiempo, unido a un temperamento altamente imaginativo y fabulador, en hombres adultos que conservan cierta inmadurez adolescente en su carácter.


Esa experiencia, viene a confirmar el viejo dicho de que, en ocasiones, lo peor que te puede ocurrir es que los dioses te concedan lo que has deseado fervientemente, pero quitando trascendencia al asunto, sin necesidad de recurrir a divinidades ni frases hechas, puede que, desde el punto de vista neurológico, el gatillazo solo sea un cortocircuito neuronal, algo semejante a lo que hace que se disparen los fusibles de la instalación eléctrica, cuando una súbita sobre carga de energía supera la resistencia del circuito.”


Lohengrin. 30-06-08.

LA COPA

El escritor mas dotado para extraer los numerosos y variados significados de la hazaña deportiva de la selección española de fútbol en la competición europea, no solo al ganar la copa, sino en el curso impecable de su trayectoria durante todo el campeonato, es Vicente Verdú, pero hoy no he leído los periódicos, así que me inspiro para esta entrada en la observación directa de los aficionados que han recalado en el Maravillas, con la resaca de un triunfo que consideran propio aún visible en la mirada.


El impacto informativo de este acontecimiento, me empuja a volver a hablar de un asunto que no conozco bien, y del que había decidido no volver a escribir.


Lo primero que me llama la atención es el fuerte proceso de identificación entre los aficionados y el equipo ganador. No se trata de que la gente se apunte, en general, al caballo ganador, es algo mas complejo, porque esa identificación incorpora una serie de valores de cohesión, un sentimiento de pertenencia a un grupo, aunque sea efímero, que contiene una carga emocional que supera la mera sensación de triunfo colectivo.


No es ajeno a esos sentimientos el formidable impacto de la televisión que ha acompañado y jaleado ese fenómeno. Las cifras de audiencia obtenidas rebasan la decena de millones de espectadores y el estado de las calles desiertas mientras se jugaba la final daba cuenta de esa atención mayoritaria.


De madrugada, el rugido de los aviones de los vuelos charter que regresaban de Austria, competían con la algarabía de las bocinas de los coches que circulaban por las calles y es muy significativo el número de personas que han viajado, sin reparar en los gastos, para estar presentes en el estadio.


Ahora mismo, no se me ocurre ningún otro acontecimiento, político, artístico, cultural o musical, capaz de congregar a tantas personas, por diferentes medios, alrededor de un acontecimiento de carácter nacional. Por eso, quienes hemos tomado a broma alguna vez el asunto del fútbol, debemos reflexionar y leer a Verdú, que es quien, desde siempre, ha tomado la medida de la verdadera importancia sociológica de ese deporte espectáculo.

Dudo que el fútbol haya venido a sustituir las pulsiones nacionalistas que en otro tiempo se expresaban en la guerra. Pienso mas bien que los individuos de la civilización actual ven transcurrir su vida con un cierto sentimiento de vacío y sus emociones disponibles a falta de otros objetivos encuentran en el futbol la expresión de una pasión vital que está ausente de su vida cotidiana. Cuanto mayor es ese vacío, mas capacidad de arrastre emocional tienen los acontecimientos deportivos que les permiten su identificación con una ilusión colectiva, una sensación de triunfo y de pertenencia a un grupo orgulloso de serlo.


Solo unas pocas minorías se han mantenido al margen de ese proceso de identificación con la selección, mas interesadas en los colores de sus equipos locales que en la nueva marca de identificación. La mayoría han experimentado un proceso de transferencia de sus entusiasmos por el equipo local, en favor de las camisetas que, ahora mismo, llevan puestas todavía los clientes del Maravillas, que son los mismos que, no hace tanto, discutían con vehemencia las habilidades de jugadores de sus equipos locales.


Es precisamente ese proceso de transferencia, el que me hace dudar de la importancia de la pulsión nacionalista en el fenómeno de masas del fútbol, inclinarme más por su papel terapéutico de las necesidades individuales.


En todo este tremendo acontecimiento que ha conmovido a tantos millones de personas, destaca la estatura épica de la figura de Luís Aragonés, quien, por un lado, quita importancia a su papel en el triunfo cediéndolo a los jugadores, y por otro, le dice al presidente de la federación, ahí tienes, el mayor triunfo de la historia del fútbol español y el contrato te lo metes donde te quepa, en un gesto de auténtica soberbia de los que solo son capaces los tipos singulares.


Cuando escuché decir a Casillas en sus primeras declaraciones que solo se habían dedicado a hacer bien su trabajo, me pareció que ese gesto estaba en total sintonía con el de Aragonés. El fútbol asociación, para funcionar con éxito, requiere de todos sus participantes una conciencia de grupo, de modo que las acciones individuales estén supeditadas a un objetivo común. En mi opinión, bastante desinformada, por cierto, sobre este asunto, el secreto de la gesta realizada por Aragonés y los suyos ha consistido, sobre todo, en crear un grupo cohesionado, cuyas acciones individuales han estado siempre dirigidas al mismo fin colectivo, ganar la copa.


Son merecedores del agradecimiento de toda la afición. Como dijo Casillas, han hecho bien su trabajo.


Lohengrin. 30-06-08.





domingo, 29 de junio de 2008

ZAFÓN

Zafón tiene una etimología transparente que alude a zafarse, a escapar de las dificultades. La escritura fácil de Zafón le permite llegar a mucha gente, pero deja poca huella en los lectores.

Cuando lo leí, me pareció un escritor muy inferior a Eduardo Guzmán, por ejemplo, de quien recuerdo pasajes enteros, ambientes y personajes de su Ciudad de Los Prodigios, Barcelona, el mismo escenario literario de La Sombra del Viento de Zafón, que sin embargo no ha dejado ningún poso en mi memoria literaria.


Hay escritores buenos, los hay mediocres, malos no he leído, porque esos no publican. Cada lector tiene su truco para identificarlos. El mío es la memoria literaria. Si después de leído, un escritor me deja una huella permanente que perdura con el paso de los años, ese es bueno, si su lectura se deshace como una sombra en el viento sin dejar huella alguna de su paso, lo aparto en el lado de los mediocres, sin importarme sus éxitos editoriales, su habilidad para llegar a los lectores de ahora, porque, como dijo alguien, esos lectores acabarán todos muertos, como el autor, y si después de eso nadie recuerda su obra, esa será la prueba indiscutible de su mediocridad.


Algo que no sucede con Cortázar, de quien Zafón se apropia de un título dándole la vuelta para encabezar su artículo en el magazine de Levante de hoy. A Cortazar lo leí hace mucho tiempo, pero todavía me intrigan los menudos esqueletos de lémur entre los que bate su tiempo el corazón del agua, una línea enigmática que huye de la espontaneídad, cargada de profundo lirismo y que no parece construída pensando en la facilidad lectora. Lo mismo ocurre con Borges, con Carpentier, de quien leí una página de El Reino de este mundo que me emocionó tanto que, después de haber olvidado ese texto, sigo recordando la emoción que me produjo. Otros muchos escritores me han producido esa sensación, de ninguno he sabido, ni me ha interesado saberlo, cuanto había vendido, porque la relación entre el lector y el libro es personal, se construye en cada lectura, es ajena a la facilidad o dificultad de su texto, de no ser así, nadie habría leído el Ulises de Joyce, que todavía hoy, a pesar de la extrema dificultad de desentrañar su contenido, sigue leyéndose.


No me habría molestado en citar aquí a Zafón, un escritor que, después de haberlo leído, no ha despertado en mi el menor interés literario, de no ser porque de su artículo de hoy en el magazine citado, Los Autonautas de la Blogosfera, se desprende un tufo de desprecio, casi de conmiseración, por los pobrecitos comunicadores que se expresan en el ciberespacio desde el anonimato mas triste.


Este hombre, además de un escritor mediocre que vende mucho, es estúpido, superficial, al parecer solo entiende la escritura como un modo de llegar a las masas, como si el éxito editorial fuera algo relacionado con el placer y la calidad de la escritura, cuando suele ocurrir lo contrario. Solo la independencia absoluta y el anonimato permiten un trabajo creativo libre y consciente, y en la historia de la literatura abundan los ejemplos de escritores/as, que no vieron publicada su obra, también hubo pintores hoy eminentes que jamas vendieron un cuadro, aunque seguramente es cierto que otros como ellos nunca salieron del anonimato y permanecen desconocidos.


En cualquier caso, el ciberespacio es un soporte tan nuevo para la expresión escrita, que es difícil de definir todavía. Mostrarlo como un océano de botellas con sus mensajes olvidados, con sus voces innominadas condenadas a vagar por el desierto, es una de las tontas metáforas habituales de Zafón, quien, en su ignorancia del medio, subestima la potencia tecnológica y comunicacional de un soporte que tiene un futuro sin limites, mientras que los sótanos de las editoriales serán, en un tiempo no muy lejano, un cementerio de cadáveres antiguos, algo así como los yacimientos de Atapuerca, donde los historiadores de la literatura buscaran, en vano, alguno de los libros que escribió Zafón, sin encontrarlo.


No se porqué me molesto en contestar a un tío tan tonto, con tan escasa comprensión del hecho literario. El dice que quienes escribimos aquí somos unos tipos coléricos. Será por eso.


LOHENGRIN. 29-06-08.

LA REVOLUCIÓN SEXUAL

Este fin de semana he renunciado a echarme al monte, en plan dominguero, porque la pereza inducida por el calor me lo ha desaconsejado, y estoy contento de haberme quedado en Heliópolis porque eso me permitió en la tarde de ayer, sábado, contemplar uno de los acontecimientos sociológicos mas fascinantes que he podido observar en la vida urbana en los últimos tiempos.


A ver si lo escribo bien, Día del Orgullo Gay, una cabalgata muy colorida participada por homosexuales, lesbianas, transexuales, bisexuales, y supongo que, aunque no aparecían representados en las pancartas, fetichistas, mirones y simpatizantes varios.


Me faltó un monitor de televisión al lado, con una película del cine de Hollywood de los años cincuenta del pasado siglo, para evaluar los cambios profundos que se han producido en las manifestaciones de la sexualidad personal, desde aquel tratamiento que le daba el cine de costumbres de la época, a las demostraciones desinhibidas orquestadas sobre los grandes camiones puestos al servicio de la organización por las discotecas y locales de ocio que son los beneficiarios directos de la liberación de las costumbres.


En aquella época, en los cincuenta, los pedófilos de mi barrio se apalancaban con un mazo de tebeos en la puerta de los cines, con un aire menos peligroso que algunas redes que ahora nos muestra la televisión que usan alguna forma de violencia para ejercer la pedofilia, en cambio los homosexuales, a quienes entonces todo el mundo llamaba maricones, eran sometidos a toda clase de vejaciones y violencias, apalizados en las comisarias del barrio, por la aplicación de una ambigua ley de vagos y maleantes, o de peligrosidad social, por el mero hecho de ser sospechosos de practicar una opción sexual distinta.


Con la transición a la democracia, muchos sentimos el impulso de salir a la calle a celebrar las libertadas, las nuestras y las de los demás, y hubo un tiempo de afirmación del cambio democrático que se prolongó durante años. Restaurada la democracia, superados los sobresaltos y los golpes, el cambio se dio por consolidado, y la mayoría de los que asistimos a los estadios, a los mitines, a las manifestaciones volvimos a casa y, en los últimos años, las manifestaciones del primero de mayo se han ido convirtiendo en rituales procesionales cada vez menos concurridos.


La Revolución Sexual, sin embargo, no ha cesado de crecer en estos años, y me ha impresionado profundamente ver el gran número de personas que ha participado en el Día del Orgullo Gay en Heliópolis, muy superior al de cualquiera de los acontecimientos de afirmación de clase o de protesta en los que he participado, mas o menos activamente, en los últimos tiempos.


Cuando el impulso revolucionario de la sociedad consumista productivista se da por muerto, es estimulante ver a estos colectivos inconformistas proclamar su singularidad en la calle y esa actitud liberadora puede que sea el último refugio donde todavía subsiste el impulso de la libertad individual, en su sentido mas libertario.


Dado el número de personas presentes en el desfile, una simple división nos muestra el porcentaje de la población que está a favor de otras formas de sexualidad, lo que implica que, en nuestra vida diaria, cuando resolvemos un trámite en la administración, o se nos muestran los asistentes a un congreso, o las declaraciones de algún político importante, ese mismo porcentaje está presente en los funcionarios, comunicadores y políticos con los que nos relacionamos, directa o indirectamente.

Por eso, las lesbianas, sin aludir directamente a personalidades políticas muy conocidas, las animan a que muestren su visibilidad, sus preferencias, a que salgan del armario, cosa que, al parecer, han hecho con menor profusión las lesbianas que los homosexuales, lo que es una muestra más de las variadas discriminaciones a que ha de hacer frente la mujer.

Debajo del movimiento de liberación Gay se mueven intereses económicos muy definidos, pero eso es tan legítimo como cuando ocurre en cualquier otro grupo social, organización o partido. Los expertos en marketing han descubierto que los homosexuales, generalmente con menos cargas y un mayor nivel de ingresos que los heteros, por no hablar de que son menos aburridos, tienen un poder de compra muy superior y son un segmento –por utilizar su lenguaje técnico-- de consumidores cada vez mas interesante.


Los patrocinadores del evento han sido negocios de discoteca, bares y lugares de ocio que sin duda son beneficiarios directos de esa clientela, pero parece que hay muchas otras actividades mercantiles que se benefician de esos consumidores potenciales algo mas privilegiados que los agobiados, aburridos y empobrecidos heteros, que no parecen estar ahora mismo para muchas fiestas.


Desde mi punto de vista, lo mas interesante de esta demostración pública ha sido el testimonio vivo, actual, dinámico, de un proceso revolucionario de las costumbres sexuales, quizás el único resto de esa actitud que todavía subsiste en un mundo adormecido, conformista, aburrido, que perdió el impulso crítico cuando creyó conquistadas las libertades democráticas, sin advertir que ese es un proceso continuo, que nunca se puede dar por alcanzado.


Viva la Revolución Sexual. Gracias a quienes defienden su singularidad, porque defendiendo sus libertades individuales, defienden las de todos.


Lohengrin. 29-06-08.

sábado, 28 de junio de 2008

JAUJA

He bajado al Maravillas y una suave brisa de levante era portadora del sutil perfume de las acacias.Esas moléculas olorosas repartían por el barrio los restos de la información que había quedado colgada en las ramas de los árboles cuando esto era Jauja. Jauja es un país mas vinculado al tiempo que al espacio y esos titulares de los periódicos viejos que ahora vuelan sostenidos en el aire por las corrientes mediterráneas aluden al petróleo a cien dólares, precios relativamente estables, niveles de empleo altos, negocios a toda máquina, sistemas financieros sólidos, recursos abundantes, y toda esa constelación de buenas noticias atrae a millones de personas que, en las fronteras de Jauja, pugnan por participar de esa prosperidad, mientras la alcaldesa de Heliópolis declara con orgullo patrio que la Copa del América nos ha elegido como sede para celebrar su competición náutica.


Las minorías críticas, los aguafiestas de siempre, empecinados en mirar los agujeros de la prosperidad, poníamos el énfasis en las debilidades de ese país de fantasía, pero estábamos equivocados, porque, comparado con lo que tenemos ahora aquello era, como repetían una y otra vez los políticos de Heliópolis, Jauja.


Algunas personas, especialmente las que están orientadas en su mirada por una conciencia crítica, carecen de la facultad de reconocer y disfrutar del país de Jauja cuando se les muestra con su realidad mágica, y a veces solo reconocen su existencia cuando esa felicidad efímera se esfuma.


Es cierto que esa temporal imagen de prosperidad estaba basada en una especulación salvaje, que nadie en ese relativamente largo periodo pensó, mas allá del corto plazo, en reforzar las estructuras económicas, formativas y empresariales de Heliópolis con criterios más sólidos, que los banqueros se dedicaron, con una voracidad sin límites, a hacer crecer sus beneficios sin pensar en las consecuencias futuras de su política para el interés general, pero nada de eso niega la realidad de que, mientras duró, vivimos en el país de Jauja.


La Copa del América se celebró en Heliópolis y el hecho de que sus organizadores se nieguen ahora a repetir sede en de nuevo, no invalida los efectos de esa edición celebrada cuando viviamos en Jauja, aunque la cuenta de resultados, la diferencia entre las inversiones realizadas y los efectos positivos derivados de esas inversiones, se vea ahora quebrantada por las nuevas expectativas.


Lo dijeron hasta la saciedad, Camps, Barberá, Costa, Pons y los demás, vivimos en Jauja, y algunos, no les creímos. Ahora, la evidencia obliga a admitir que estábamos equivocados. Fue Jauja, mientras duró.


Con el Diesel a un euro treinta, la inflación en el cinco por ciento, el desempleo elevado a la dudosa categoría de primera preocupación nacional, expresada por el 52,5 de los consultados, los empresarios de Heliópolis mendigando recursos a las cajas de ahorros, con la presencia de Camps en el papel de don Tancredo, la actividad de la construcción estancada y las expectativas de empeoramiento de la situación para el año próximo, ya no podemos eludir reconocer que tenían razón, vivíamos en Jauja.


Una de las ventajas de Jauja es que es mas fácil gobernar, obtener el consenso de los electores, pero estoy seguro de que aquellos que se atribuían el mérito de habernos llevado a ese país mágico, ahora, con su misma habilidad, sabrán navegar por las difíciles aguas de la nueva realidad, y conseguir que la travesía por el país de las vacas flacas sea mas corta.


He buscado en el Espasa el país de Jauja, pero no sale, lo que parece ser un signo de que tal cosa nunca ha existido, pero al parecer es una provincia de Perú, poblada de frutales, flores, con un activo comercio minero y agropecuario. Al parecer, de allí proviene el nombre de lo que quiere presentarse como prosperidad y abundancia. A los emigrantes que han habitado nuestra efímera Jauja en un número de millones, mientras ese país pareció existir, ahora las autoridades les están pidiendo que preparen las maletas. Es un signo mas de que la información de titulares viejos que flota en la suave brisa húmeda de levante viene de un país que ya no existe.


A todos nos toca, ahora, adaptarnos a la nueva realidad. A los banqueros les corresponde medir mejor sus riesgos, sin cerrar por ello el grifo de los créditos, a los empresarios abandonar los negocios fáciles y seguir con los menos fáciles, a los trabajadores desempleados, seguir buscando trabajo, a los consumidores, pensar mejor sus decisiones de compra, sin dejar de adquirir lo necesario. Los políticos de Heliópolis, ¿Se adaptarán a hacer política en otro país, que ya no es Jauja? Estamos obligados a exigirlo y a valorar su capacidad, o su incompetencia, con nuestro voto en las urnas, cuando llegue el momento.


Lohengrin. 28-06-08.

jueves, 26 de junio de 2008

EL CENTRO

El impresionante esfuerzo de comunicación realizado por el partido popular, dirigido a alcanzar el poder en el ámbito en que no gobierna, se ha centrado en ofrecer una imagen de moderación dialogante plenamente conseguida, pero ese efecto congreso ha durado menos que un caramelo a la puerta de un colegio.


Allí donde gobierna, en Madrid, por ejemplo, a la señora marquesa consorte le ha faltado tiempo para echar a los centristas conversos de los cargos que ocupaban en la administración autonómica, pero lo que mas evidencia la falacia del centro que con tanto cuidado indumentario se ha escenificado en el congreso, dejando los compromisarios en el armario del hotel la chaqueta y corbata de rigor, para ofrecer una apariencia de informalidad en el vestir, es la actitud del conseller de educación Font de Mora en Heliópolis.


Este individuo, que no dimitió de su cargo cuando se hizo público el informe Pisa que certificaba la mediocridad del sistema educativo de la que el es el máximo responsable, anuncia ahora sanciones y despidos a quienes no comparten su delirante y surrealista ocurrencia de impartir ciudadanía en inglés, en un lugar donde la lengua propia está muy necesitada de apoyo institucional. Naturalmente que hay que estudiar inglés, esa es una necesidad que está fuera de discusión, pero usar esa excusa para sabotear la política educativa aprobada en el parlamento, y afirmar, como lo hace Font de Mora, que “no le temblará el pulso” a la hora de tomar decisiones, evoca otros tiempos en los que el dictador firmaba penas de muerte con la misma firmeza en su pulso autoritario.


Sancionar, despedir, prohibir, discriminar, ignorar, son reflejos autoritarios que contradicen los buenos deseos que el viaje al centro de la derecha, nunca culminado, parece no ser capaz de reprimir. Como en aquella película en que los nazis reconvertidos en demócratas por razones puramente alimenticias, no pueden evitar el reflejo de levantar su brazo en un gesto de saludo autoritario, aquí, apenas apagadas las luces del escenario del congreso de la moderación, las conductas autoritarias, que nada tienen que ver con la firmeza de la autoridad moral y la moderación, están en la primera página de los periódicos de Heliópolis, confirmando, lamentablemente, el punto de vista ya expuesto en la página La Gran Ramera, que los nuevos cuadros moderados del partido popular, están apoyados por los mismos barones autonómicos que estan practicando desde hace años, sin que les tiemble el pulso, unas políticas destructivas de las redes sociales, beligerantes contra la sanidad y la educación públicas, indiferentes con las necesidades de los segmentos mas frágiles de la sociedad, tan alejadas del centro político –en el supuesto de que tal cosa exista--. que la contradicción entre el mensaje congresual y sus políticas autonómicas es imposible que pueda engañar a cualquiera medianamente informado.


El señor Font de Mora nos haría un gran favor a todos, a los usuarios del sistema educativo de Heliópolis, y a los cuadros dirigentes de su partido que intentan convencer al personal de que algo va a cambiar en su política, si dimitiera. Reflexione sobre las grandes ventajas para su partido de esa decisión. De un plumazo, desaparecería esa flagrante contradicción que neutraliza de un modo tan notorio el efecto congreso. Si, además, vinculara su decisión, no a presiones, ni manifestaciones públicas, que todo político debe resistir cuando piensa que tiene razón, sino a la aceptación del Informe Pisa, ese diagnóstico neutral y ajeno que dictamina la mediocridad de nuestro sistema educativo, también los usuarios de ese sistema saldríamos ganando con su decisión, pues esa actitud noble y desinteresada, abriría la puerta al análisis de lo que se está haciendo mal, y ya se sabe que el primer paso para resolver un problema, es el reconocimiento de su existencia.


Por mi parte, no tengo nada mas que añadir, solo agradecer al señor Font de Mora que piense en que el sacrificio que se le pide, favorecería la política educativa del partido popular en Heliópolis, dotándola de coherencia, y acercándola a la moderación y el progreso que son los nuevos objetivos declarados de su partido. Estoy seguro de que el talante democrático y centrista del señor Font de Mora no nos defraudará. En esa confianza, espero leer en breve, en los mismos titulares de la primera página que hoy destacan su preferencia por sanciones y despidos, su dimisión.


Lohengrin. 26-06-08.

martes, 24 de junio de 2008

LA CULTURA

La Consellería de Cultura de Heliópolis, junto a la de Bienestar Social y la de Educación, son tres recursos de maquillaje para que parezca que la gran ramera, en su versión local, la derecha cutre de toda la vida, gobierna para todos. Esa derecha pedestre y corta de vista siempre ha considerado una pérdida de tiempo y de recursos prestigiar los bienes culturales y de alcance social entre las clases populares, entre otras razones porque, desde su posición de gente ignorante y zafia, solo inclinada a la acumulación del patrimonio material, teme la competencia de los nuevos talentos desligados de la trama oligárquica que llevan tejiendo sus familias durante siglos.


Estos tres entes que tienen por finalidad administrar recursos para bienes de contenido social, cultural o educacional, se dedican en la práctica a una política presupuestaria miserabilista, con el fin de liberar fondos destinados a otras áreas mas rentables políticamente. Por eso, la consellera de cultura, quien gusta sobre todo de inaugurar las exposiciones del Ivam –si están interesados por el arte no acudan a esos actos, tan concurridos por advenedizos que se interesan por su propia promoción, mejor, vayan unos días después, se disfruta mas-- ha rebajado la dotación mínima de libros que las bibliotecas públicas iban a recibir a la mitad. No están echas las delicias literarias para los ojos del asno, habrá pensado. He ido esta mañana a la biblioteca del barrio y, como no habían llegado las esperadas novedades he debido conformarme con Viajes por el Scriptorium, de Paul Auster, y Los Girasoles Ciegos, de Alberto Méndez, que tampoco están mal. Eso, si, la consellera tiene la cara dura de reclamar al gobierno central algo mas de dos millones de euros para los fondos que no se molesta en repartir, porque, total, dice con un cinismo elitista, se van a quedar en las cajas.


En cuanto al conseller de Malestar Social, su principal motivación es estar siempre presente en la pomada de la política, para eso es miembro del Opus, y por eso siempre está en alguna parte, en representación de la cofradía a la que se debe, y el bienestar que le interesa es, sobre todo, el de los suyos, que no se sentirían cómodos sin esa representación activa de sus intereses.


Unos motivos mas evidentes aún si hablamos de Font de Mora, conseller de Educación en barracones, cuya familia, a quien no se puede negar cierta cultura y olfato políticos, tuvo un Conseller cuando gobernó la izquierda y ahora tiene otro gobernando con la gran ramera, con lo que demuestra un sentido familiar de la política pública, como el de los Fabra, los Camps, y los Corleone.


Probablemente, lo ahorrado en libros por la consellería de cultura, lo no gastado por la de Bienestar Social, y lo diferido para otros años por la de Educación, mediante el fácil procedimiento de retrasar las necesarias inversiones, servirá para financiar las estructuras que se están montando en el circuito de Fórmula 1,-- esperemos que tengan mas cuidado con los bulones-- evento que se ha traído a Heliópolis con el argumento de que potenciará la economía del sector servicios, lo que seguramente así será, pero cuyas oscuras fórmulas de contratación han pasado por las non sanctas manos del yerno de Aznar, cuyo apellido impronunciable parece una onomatopeya que para mi mala suerte me escucho articular con demasiada frecuencia, desde que tengo las vías respiratorias demasiado congestionadas.


En resumen, estos tres maquilladores al frente de las consellerías responsables de tender redes de contenido social para el bienestar, la cultura y la formación ciudadana, de día, a la luz de las cámaras, parecen tejer la trama de esas redes laboriosamente, pero, en cuanto anochece, aprovechando la nocturnidad impune, las vuelven a dejar llenas de agujeros, porque nadie, en su gobierno, ha creído nunca que sea un objetivo político mejorar los niveles de bienestar, de cultura, de educación, entre los votantes. Estos especialistas en cosmética saben que, cualquier acción de gobierno de su competencia mas allá del maquillaje que lograra esos fines, tendría como consecuencia inmediata que los ciudadanos, mas informados, mejor formados, mas críticos con su gestión, los echaran a patadas de sus sillones.


Lohengrin. 24-06-08.

lunes, 23 de junio de 2008

LA GRAN RAMERA

Un nutrido equipo de modistas, maquilladores y asesores de imagen desembarcaron la semana pasada en el aeropuerto de Heliópolis, se esparcieron en número de ocho mil entre los mejores hoteles de la ciudad –era fácil verlos por algunas calles del centro con su maleta con ruedas, trajeados y con la misma corbata, como si fueran clones-- y después de preparar sus afeites, modelos de primavera verano y toda clase de accesorios para la gran ceremonia, procedieron a presentar en sociedad, en los pabellones de la feria de muestras, a la vieja dama de todos conocida, la gran derechona española, con el convencimiento de que después de las sesiones de maquillaje intensivo a que se ha sometido, no la reconocería ni su puta madre.

El poder catártico de esa reunión hará, sin duda, que los ocho mil que han venido, se hayan creído de buena fe que la nueva imagen que han construido para consumo externo, a dejado atrás la naturaleza de vieja buscona que ellos han revestido con el carisma de la modernidad, pero, mas allá de ese natural entusiasmo por lo novedoso, quienes somos los destinatarios naturales de ese gigantesco esfuerzo de marketing, los mas de veinte millones de ciudadanos que votamos en las elecciones, esperamos algo mas que unos buenos afeites que oculten el verdadero rostro de una formación política que, se quiera o no, es la heredera directa de la gran ramera que, cada vez que ha gobernado, ha dejado claro cuales son sus valores, los de las fuerzas mas reaccionarias que se han opuesto, con una insistencia secular, al progreso de la mayoría de los ciudadanos.

La derecha renacida de este auto sacramental del maquillaje, mantiene sus fuertes vínculos con la iglesia, que se oponen a las leyes de progreso social, y sus cuadros directivos han recibido el apoyo de los líderes regionales que están haciendo una política de destrucción de las redes sociales, de privatización de la sanidad pública, de indiferencia culpable ante las necesidades de los dependientes, de ocurrencias estúpidas en el tratamiento de la educación ciudadana, de degradación de la educación pública, con su política de barracones.

Es poco probable que la presencia de políticos mas jóvenes, bienintencionados, revestidos de un estilo mas moderno y dialogante, pueda oponer su liviano peso al de una organización política que se ha caracterizado por sus posiciones cerriles, alejadas de los intereses de los segmentos mas progresivos de la sociedad, pero también de los mas necesitados de redes sociales, y que ahora se apunta a los principios marxianos. Estos son mis principios, si no les gustan, pues los cambio.

En los últimos treinta años, este país habría progresado mas, y mas deprisa, si los cambios que ahora anuncia la derechona de siempre los hubiera asimilado en tiempo y forma. Cuando correspondía. Llegan tres decenios tarde, pero mas vale tarde que nunca.

Estamos obligados a darles un voto de confianza, aunque, los mas resabiados, no podemos evitar reconocer tras los afeites, a la gran ramera de siempre. Tendrán que convencernos con hechos para que demos el carpetazo a nuestro paradigma de la derecha histórica. Si eso sucede, aparecerá otro problema, ¿como diferenciar a la derecha descafeinada del socialismo desnatado?

La solución es fácil. Si nos dejamos engañar y salen elegidos, en la segunda legislatura volverán a mostrar el rostro demacrado, con máculas venéreas, de la vieja dama.

Lohengrin. 23-06-08.



PAISAJE INTERIOR

He sentido el impulso de describir el bucólico paisaje de la comarca de los vinos, trazado como un lienzo puntillista, desdibujado por la abundancia de verdes que invade la vocación rectilínea de sus viñedos. El exceso de humedad acumulada en las tierras se traduce en una vida vegetal exuberante que cerca las cultivos, pero toda esta demostración me deja indiferente y prefiero la contemplación de una sola estrella que cabalga la luna en la discreción de la nocturnidad.

Mientras algún campanario da las once, desde tan lejos que no escucho su repique, aquí en la casa de Estenas, la luz reflejada de la luna fabrica un paisaje mas sobrio, menos colorista, una tensión de luces y sombras mas semejante al sentimiento de introversión que es mi paisaje interior de ahora mismo.

Por encima de la luna, asoma la única estrella visible a esta hora, que tal vez sea un planeta, y lo que predomina en los campos y collados, a veces iluminados por una luz cruda, otras escurecidos, es, sobre todo, el silencio. Ninguna actividad humana altera el silencio nocturno, porque la suave brisa de levante empuja lejos el sordo rumor que a veces se percibe desde la lejana autovía, cuya actividad no cesa, pero el zumbido de los motores no es capaz de alcanzar este lugar que dista mas de once mil metros, protegido por bosques y colinas que lo hacen mas impentrable.

La estrella que cabalga la luna parece portadora de un mensaje cifrado porque, alguien, en algun lugar lejano, la hará objeto de su contemplación y esa experiencia silenciosa, al ser, seguramente, compartida, incorpora, aunque muda, una forma de dialogo. Mas que un diálogo, será alguna forma de sentimiento compartido desde la soledad individual. Esa forma compartida nos hace menos individuales y, por tanto, nos sentimos menos solos.

La soledad física, en si misma, no es necesariamente algo doloroso, puede ser una fuente de serenidad placentera. La soledad del ánimo, en cambio, suele ser percibida como algo doloroso, aunque el solitario silente se encuentre rodeado de gente que le acompaña.

Soledad y nocturnidad suelen ser compañeras, como saben bien los insomnes, pero un paisaje lunar en la soledad del campo suele inducir un cierto nivel de comunicación con la persona ausente, a condición de que el sentimiento de ausencia sea recíproco, y el deseo de cercanía compartido. La soledad lunar deviene así, en la noche tranquila, en la dulce espera de un encuentro próximo, del que la fase lunar con su ciclo dinámico es un anuncio inminente.

Crece hacia la plenitud la fase entera de la luna, acelerando el tiempo de la espera. El encuentro inminente se aproxima. Abro los ojos. No es de noche. El sol de mediodía acentúa los colores verdes sobre la tierra rojiza. El paisaje de la comarca luce como un lienzo puntillista rectilíneo, salpicado con diversos matices vegetales. Miro el reloj. El paisaje interior, nocturno, no ha sido habitado, es una pura creación imaginaria de solo dos segundos. Tic-tac. Ya está. Cierras los ojos al sol de mediodia, y ya es de noche. Hace fresco.

Lohengrin. 23-06-08.

jueves, 19 de junio de 2008

EL TRANSATLÁNTICO

En medio de la bruma, el enorme y majestuoso casco de acero del mayor transatlántico que se había construído nunca, seguía su rumbo imperturable en aguas del Atlántico norte. Sus orgullosos armadores, seguros de la condición indestructible de su navío, habían invitado a su viaje inaugural a un gran número de personalidades, artistas, músicos, financieros, toda la elite glamurosa de aquellos tiempos se había embarcado en la aventura del Titanic, en un alarde de confianza en el progreso.


El progreso, como nos enseña la historia, no sigue una línea continua, ascendente, sino que es un intervalo, mas o menos corto, entre épocas donde lo que predomina es la miseria y la desolación colectiva, aunque, ni en uno ni en otros intervalos, el progreso alcanza a todos, ni la desolación se extiende a todo el mundo. La mayoría de la élite confiada que navegó en el Titanic, acabó alimentando a los peces, después de que el buque indestructible, orgullo de unas minorías que creían en el progreso indefinido, chocara contra un iceberg.


Francisco Camps, Presidente de Heliópolis, gran artesano especialista en el tallado de su propio perfil de barón en medallas conmemorativas de congresos y otros eventos, nos propone ahora la metáfora colectiva del transatlántico como expresión de una sociedad de progreso de la que formamos parte, y con esa nueva ocurrencia no hace sino expresar su temeraria ignorancia de la historia, y sugerir que nos apuntemos a una travesía comandada por el, en un barco que hace agua por todas partes.


Cualquier inspector de calidad que revisara el casco de la Generalitat Valenciana que comanda Camps, recomendaría abstenerse de realizar travesía alguna en esa nave gastada, llena de grietas, que no soportaría el menor impacto con cualquier obstáculo que surgiera en la navegación.


Mas bien, antes de proponernos ese crucero, la nave de Camps debería someterse a una larga estadía en un astillero, para que le arreglen los déficit, las deudas, los agujeros de la carga financiera por donde se pierden a chorros los recursos, y un equipo de navegantes debería proponer un nuevo rumbo, una ruta exenta de lugares exóticos y desconocidos, como la de un buque hospital encargado de atender las muchos deficiencias que han dejado tras de si diez años de políticas de circo y eventos goebbelianos.


En lugar de ese acto de necesaria humildad, nuestro capitán orate, como un héroe trágico de Melville, nos propone que le sigamos a las profundidades, tras la mítica ballena, sin corregir el rumbo de los excesos, y nos hundamos con el, con su gran transatlántico metáforico, en cuyo casco aparece su perfil tallado de barón persiguiendo el éxito sin mirar atrás.


He consultado al oráculo, y me ha contestado que no falta mucho tiempo para que Camps se hunda con toda su tripulación en el cenagal preparado por sus propios actos políticos. Cuando eso suceda, no me permitiré hacer leña del árbol caído. Me limitaré a entonar un canto melancólico por el heroico marino que Camps habría querido ser, a lo que renunció cuando decidió convertirse en un simple político. Un político nunca llega a alcanzar la grandeza de un héroe de Melville, aunque nos proponga hundirnos con el en un gran transatlántico.


Lo primero que veremos cuando tal cosa esté a punto de suceder, es una numerosa formación de ratas intentando abandonar las primeras el barco del partido popular en Heliópolis, tal como ha hecho Zaplana al percibir los olores putrefactos que comenzaba a exhalar la política nacional de su partido.


Lohengrin. 19-06-08.

miércoles, 18 de junio de 2008

EL TIEMPO

Los expertos en el clima y en su predicción en lugares determinados, anuncian un verano fresquito y húmedo en Heliópolis, con tormentas en Agosto y puntas de calor muy localizadas. Para mi, que soporto muy mal los excesos de calor, es la mejor noticia que podía encontrar, porque, cuando el pesimismo económico aprieta, es un alivio saber que las variables climáticas nos auguran un mejor entorno que las económicas.


Mi ánimo en verano, a veces, suele descender a niveles de muy baja presión barométrica. Cuando tengo dudas sobre su estado, en lugar de acudir al médico del ánimo, vulgarmente llamado psiquiatra, suelo consultar el índice del Blog. Si el número de entradas decrece mes a mes y no cambia de tendencia, ese es un signo evidente de que mi actividad neuronal desciende. Si eso sucede porque estoy bajo de ánimo, o es el descenso en la actividad neuronal lo que empuja el ánimo hacia abajo, o ambas cosas, el ánimo y la actividad neuronal son manifestaciones del mismo fenómeno, lo dejo a los especialistas, pero cada vez que consulto ese oráculo particular que es el índice del Blog, el me dice, sin lugar a dudas, si debo bajar o no a la parafarmacia para hacerme con una provisión suficiente de jalea real vitaminada.


Una consulta a ese índice, ahora mismo, indica que las entradas en febrero superaron la cifra de 30, lo que es un promedio superior a una entrada diaria. En marzo y en abril, coincidiendo con la mayor morbilidad típica de la primavera, bajaron espectacularmente a 20, en mayo volvieron a bajar hasta 18 y en junio, en lo que llevamos transcurrido de mes, la tendencia vuelve a ser a la baja, lo que indica, claramente, que necesito un chute vitamínico, no para aumentar las entradas del blog que eso, al cabo y al fin, da igual, sino para restablecer mi ánimo a niveles aceptables, para mi, y para quienes me soportan por su mayor cercanía.


Es una buena noticia que el verano vaya a ser fresquito, porque si tienes un animo variable y una sensibilidad vegetal para los cambios estacionales, el calor excesivo suele contribuir negativamente reforzando esas tendencias, y alguna memoria tengo de haber pasado tirado en el sillón los rigores del estío, sin ganas de moverme, en aquel verano infame de hace cinco años, cuando las temperaturas subieron bruscamente en los primeros días de mayo y se mantuvieron invariables, en una meseta térmica, mientras las gentes se morían literalmente de calor en toda Europa.

Así es que, por lo que a mi concierne, ya pueden dar todos los días noticias pesimistas sobre el precio del petróleo, el Euribor, –que no se lo que es-- el producto nacional bruto, --que tampoco--

que, mientras abra la ventana y sienta en la piel la caricia suave de la brisa de levante, no pienso apuntarme, para nada, a diagnósticos pesimistas, proyecciones catastrofistas, reflexiones apocalípticas, y otras manifestaciones del ánimo distorsionadas por las malas noticias.


Todo tiene solución, menos la muerte, decía Andolín Bilbao, director de Bodegas y Bebidas,S.A., cuando buscaba su nombre en las listas negras de E.T.A., y aquel tipo inefable de Dragados que conocí cuando trabajé en una empresa participada por esa constructora, cuyo nombre he olvidado, también decía, muy convencido, --si un problema tiene solución, ¿para que preocuparse?, y si no la tiene, ¿para que preocuparse?--el fue quien me recomendó recurrir a la jalea real vitaminada en horas bajas y, hasta ahora, me ha ido muy bien.


Feliz verano.


Lohengrin. 18-06-08.

lunes, 16 de junio de 2008

XABIA

La diversidad de los paisajes humanos y geográficos es tal, que es difícil que cualquier acontecimiento, por importante que sea, los afecte a todos por igual.


El Puerto de Xabia, a las ocho de esta tarde, es un lugar idílico, con una mar en calma, que despide un suave perfume a algas frescas y marisco vivo, un enclave sin viento entre dos cabos donde la suavísima temperatura de junio produce la rara sensación de que no es invierno, pero tampoco verano, ni siquiera primavera, sino que estás en un lugar ajeno a los meteoros, una geografía de ficción, no encarnada en la realidad terrestre, tocada por una apariencia de insularidad que la aísla como si estuviera a miles de millas náuticas de la tierra mas cercana.


Cerca del puerto, en el estrecho paseo que separa los restaurantes de la orilla del mar, una población mayoritariamente anglo llena las mesas puestas en el exterior, alumbradas con velones rojos, con la actitud apacible y tranquila de quien se siente a salvo de cualquier acontecimiento externo que pueda alterar la sensación de calma que transmite la quietud del paisaje, dominado por el cercano cabo de La Nao, en cuyas laderas se amontonan las casas de fachadas blancas que le dan un aire de Riviera a la bahía, pero sin la presencia ruidosa de los italianos, tan aficionados a timar al turista, que ahora andan en plena crisis de identidad en un país donde sale elegido Berlusconi, sin que nadie

declare haberlo votado.


La intemporalidad de este momento y lugar en el puerto de Xabia, hoy, a esta hora de la tarde, produce tal sensación de serenidad, de gozo contemplativo, que te conecta directamente con los hombres del Mediterráneo antiguo, aquellos navegantes que se acercaron por aquí en épocas pre tecnológicas, atraídos por la magia de este paisaje que, parece asombroso, ha permanecido invariable durante siglos hasta este mismo momento, sin que alcances a notar el efecto en estas riberas de los destrozos que la especulación ha causado en otras partes.


¿Crisis? ¿Que crisis?. La distribución irregular de los fenómenos humanos, parece que ha dejado a salvo estos enclaves privilegiados, habitados en su mayoría por personas ajenas a salarios y despidos, a fenómenos urbanos como el desempleo, residentes de un estado de bienestar permanente, o viajeros trashumantes que habitan una felicidad de paso, y que cenan pescado a la luz de las velas, mientras el mar en calma exhala su perfume de algas frescas y marisco vivo.


Esta sensación, subjetiva, que produce el puerto de Xabia al atardecer, se repite a la mañana siguiente en Cap Blanc, el extremo mas meridional de la playa de Moraira. La plataforma rocosa donde las gentes toman el sol, indolentes, está plagada de restos de sal que quedan cristalizados en los huecos de las piedras cuando la mar se retira. En Algas, la terrraza mas cercana al mar, los mas sedentarios dejan morir una hora bajo las sombrillas y en las aguas marinas, que devuelven la luz rebotada de sus fondos rocosos con un increible tono verde esmeralda, algunos buceadores transitan por la bahía, desde el cabo de San Antonio, hasta esta playa de la ensenada, en cuya tierra firme se han instalado un par de locales nuevos que combinan la hostelería con su especialidad de galeristas de arte, con bastante éxito de público.


Hemos dejado en el horno unos trozos de pollo y conejo con cebollita y ajos, verduras y hierbas aromáticas, regados con una cerveza para que no se sequen, y llega la hora de abandonar este lugar, sustituyéndolo por otro que no está nada mal, la casa que mi amigo José Luís tiene alquilada en la frontera entre Moraira y Benitachell, con una gran terraza circular cubierta con una bóveda que se sustenta sobre vigas de madera, y desde cuyos miradores se reciben los aromas de toda la vida vegetal que la rodea y proporciona una fresca sombra.


¿Crisis? ¿Que crisis?


Lohengrin. 16-06-08.


FRENAZO BRUSCO

“Una crisis es una crisis, es una crisis”, escribía Santos Juliá, parafraseando al poeta, en El País prestado que ojeé sin precisar su fecha, harto de eufemismos como desaceleración acelerada que Solbes usa para describir, con demasiada prudencia, una situación económica que cambia cada día. Nombrar las cosas que están en permanente cambio tiene sus dificultades, porque solo cuando se estabilizan en el tiempo, para bien o para mal, hay acuerdo sobre lo que ha pasado y como nombrarlo.


Para mi, la palabra crisis expresa, sobre todo, un momento de cambio en el que las expectativas que teníamos sobre los acontecimientos futuros comienzan a derrumbarse y lo que domina es la incertidumbre y la falta de confianza sobre la situación futura que, aunque se adivina peor que la anterior, desconocemos como nos va a afectar, y la duración y profundidad de sus consecuencias.


Solbes usa un vocabulario técnico, desaceleración, justificado por el hecho de que la economía crece menos que antes, pero todavía crece. Si dejara de crecer y la inflación no fuera controlada, entonces Solbes usaría un palabro todavía mas feo, estanflación, que se refiere a la combinación simultánea de estancamiento en los niveles de crecimiento de la producción y elevación en el nivel de los precios. Si, finalmente, los niveles de producción no solo se mantienen estacionarios, sino que decrecen y esta situación se prolonga en el tiempo, no le quedaría otra que llamar a las cosas por su nombre, depresión, palabra que los políticos han dejado de utilizar y parece que solo ha quedado para los historiadores, pues el dramatismo de su significado la ha expulsado del lenguaje

oficial, sustituida por toda clase de eufemismos innovadores.


Históricamente, situaciones de depresión económica ha habido muchas, con consecuencias dramáticas, como la gran depresión de 1.929, así llamada a toro pasado, una vez que sus terribles consecuencias se expandieron a nivel mundial haciendo claramente visible la naturaleza de lo que estaba ocurriendo. Pero hasta que no hubo una cierta perspectiva histórica de lo sucedido, en el mismo momento en que estaba sucediendo, el presidente Mc Kinley anunciaba a quien quisiera oírle que la prosperidad estaba a la vuelta de la esquina.


De aquella gran depresión aprendimos que si el sistema financiero hubiera aguantado, si no se hubieran saltado a la torera las mas elementales normas de prudencia financiera, cediendo a la tentación de la especulación desatada, la economía no se habría derrumbado como lo hizo. Aquel aprendizaje duró muchas décadas y, pese a las dificultades puntuales, nunca las economías volvieron a derrumbarse tan estrepitosamente, porque los agentes del sistema financiero, sometidos a la pertinente regulación, fueron el soporte que aguantó todas las embestidas.


Tengo la sensación de que la situación actual, que aún no se ha prolongado en el tiempo lo suficiente para que pueda ser nombrada con propiedad, es potencialmente la mas grave desde la gran depresión, porque en este caso la cosa no ha empezado con las clásicas variaciones cíclicas de la economía real, sino que ha sido el mismo sistema financiero, insuficientemente regulado, el que, saltándose la prudencia financiera que ha dominado la segunda mitad del siglo veinte, ha dejado de ser el guardian de la ortodoxia, el soporte de las crisis, para pasar a ser su desencadenante.


La diferencia es que, actualmente, tanto los gobiernos como las instituciones financieras internacionales, tienen un caudal de experiencia y recursos para hacer frente a la situación que entonces no tenían, pero la génesis del crak de 1929 es, a mi parecer, muy similar a la que tenemos delante de nuestras narices, un proceso especulativo energético, inmobiliario y financiero no controlado, que ha terminado por estallar como una burbuja enorme.


La paradoja de todo esto es que han sido los especuladores financieros yanquis los que han colocado en la banca europea los títulos basura contaminados por su baja solvencia, y son los presupuestos públicos europeos los que han debido acudir al rescate, con lo que ellos se han quedado los beneficios de la burbuja, y nosotros las pérdidas.


Algo tendrán que ver los cientos de miles de millones de dólares gastados por el gobierno de Bush en la aventura de Irak, y los paseos del petrolero tejano para entrevistarse con los sátrapas de Oriente Medio, con el hecho de que los consumidores europeos estemos pagando el litro de combustible Diesel, a un euro con treinta, pero hasta donde yo sé, no existe ningún modelo econométrico dedicado a investigar esta relación. Están en otras cosas.


Desaceleración, estanflación, crisis, depresión. No sabemos. Habrá que esperar. Como siempre que sucede algo importante, solo después de algunos años, los mas sesudos nos lo explicarán con todo lujo de detalles.


Lohengrin 16-06-08.

viernes, 13 de junio de 2008

PAISAJE BAJO LA LUNA

El admirado por muchos, --admiración que comparto-- Millás, sostiene hoy en su columna acostada de la última de El País, que estamos sufriendo la fricción con la atmósfera al entrar en la realidad, después de haber estado a punto de tocar la luna, que es su manera poética de referirse a la sensación de crisis que excreta el entorno, mas purulenta en los últimos días por la huelga de transportes y la amenaza de desabastecimiento.


El tiempo me ha convertido en una persona algo sedentaria, sin obligaciones laborales, solo pendiente de los hobbies y aficiones que yo mismo me he inventado, por lo que no me he sentido presionado para ir corriendo a las gasolineras a llenar el depósito, por la ausencia de obligaciones que requieran desplazarse y porque soy de poco comer, y con cuatro paquetes de pasta que tenía en la despensa y algo de congelado, me arreglo la tira de tiempo.


Hambre, lo que se dice hambre, creo que solo pasé cuando era un bebé, en los primeros años cuarenta, pero entiendo que quienes tienen una familia numerosa en casa y, sobre todo, las abuelas/os, que tienen memoria histórica de la escasez, se hallan lanzado como posesos a acumular alimentos, como en la época del mercado negro, aquí llamado, estraperlo.


Comer todos los días, durante generaciones, sin etapas de escasez que afecten el normal crecimiento, es algo que deja huellas físicas en las personas. Lo entendí cabalmente el día que entró en el despacho de la empresa de exportación donde yo trabajaba en los noventa, un miembro de las castas angloandaluzas que viven con su título nobiliario en el sur, criando toros de lidia y envejeciendo brandy en barricas de roble francés.


El tipo medía dos palmos mas que cualquiera de nosotros, los curritos, tenía un esqueleto aparentemente mas sólido, y su rostro lucía una coloración típica de las sagas aristocráticas que se han criado en el campo, sin pasar privaciones, en los cortijos o palacios, sean andaluces, escoceses, borbónicos o búlgaros, cuyos retoños nunca han tenido que partirse la cara en la cola de los supermercados para alcanzar los anaqueles medio vacíos.


Creo que solo me partiría la cara en la cola del supermercado si en sus anaqueles, en lugar de comida, ofrecieran tiempo, que es de lo que ando mas escaso, dada la cantidad de ese bien que ya he consumido y la imposibilidad de reponerlo para su uso futuro.


Pero este paisaje terrestre que habitamos todos, abandonada la ilusión lunar a la que Millás alude en tono lírico, no tiene los mismos perfiles para todos. Mientras tomaba café en el Maravillas he comprobado que algunos trabajadores de la construcción no tienen hoy jornal por falta de materiales, y es del dominio público que algunas empresas azulejeras y de automocíón, han aprovechado este aterrizaje brusco de la nave lunar que nos ha conducido a la realidad, para parar la producción y obtener así las ayudas públicas que mejoren sus cuentas de resultados.


En lo que me concierne, como unos amigos vienen a cenar esta noche a casa, y otros han insistido
en que vaya a su casa de Moraira mañana, me he visto obligado a salir a buscar comida y combustible. La gasolinera estaba vacía de clientes. Todos habían pasado ya por allí, en días anteriores, para llenar el depósito. Había gasolina. También gasoleo, eso sí, a un euro con treinta el litro. En Mercadona, he comprado unos ahumados, un rulo de queso para gratinar, una bolsa de pan a la brasa, y seis cervezas especiales Mahu. Total diez euros.


Mientras volvía, he mirado el paisaje, parecía un día normal, salvo la presencia de la patrulla de policía que vigilaba la gasolinera, pero la luna no estaba en el horizonte.


He comprado El País, mas que nada por el artículo de Millás. Allí me he enterado de lo de la jornada de 65 horas impulsada por los burócratas de Bruselas, del endurecimiento penal que propugna Gordon Brown , y he visto en la primera una foto del puerto de Heliópolis con media docena de antidisturbios con los brazos en jarras, que parecían guerreros galácticos.


Creo que Millás tiene razón, una cosa es la crisis, y otra cosa es el regreso a la realidad después de haber estado a punto de tocar la luna. En esta mañana luminosa de verano, una suave brisa fresca entra por la ventana, pero la luna no está. Tal vez, nunca estuvo, fue solo una ilusión, como la fricción con la atmósfera al regresar a una realidad que, en el fondo, nunca hemos abandonado.


Lohengrin. 13-06-08.

jueves, 12 de junio de 2008

OBJECIÓN FISCAL

Siguiendo mi costumbre dialéctica de oponer a un argumento propio el contrario, para que afloren las debilidades argumentales que, de otro modo, no son tan evidentes, voy a contradecir mi tesis de la entrada de ayer, que consistía, en esencia, en recomendar la objeción fiscal como un medio para forzar las correcciones del sistema de capitalismo ultraliberal que funciona con la etiqueta de libre mercado.


Empezaré por aclarar que la objeción fiscal es un derecho alegal que, históricamente, de forma minoritaria, se han atribuido algunos contribuyentes, para detraer de sus pagos fiscales aquellas cantidades que iban a ser destinadas, por ejemplo, a presupuestos militares, ingresándolas en cuentas con destino a otros fines sociales.


Dicho esto, conviene detenerse en un rápido recorrido histórico por la evolución de los impuestos en Europa, del que se puede deducir la viabilidad o no de la objeción fiscal en los momentos actuales.


Hubo un tiempo en que los Estados, los gobiernos y sus políticas se financiaban básicamente con impuestos de los llamados directos, así denominados porque provenían directamente de una parte de los beneficios de las empresas y de las retribuciones de los asalariados. Los impuestos pueden recaudarse detrayéndolos de los ingresos, o gravando el gasto. En la etapa previa al enorme desarrollo del consumo experimentado en las últimas décadas, había, además de los impuestos sobre los ingresos, que primero se llamaron sobre las utilidades, luego sobre la renta, otros que gravaban el gasto, llamados históricamente de usos y consumos, luego sobre el tráfico de las empresas, que son los antecedentes del IVA actual, y siempre hubo, además, impuestos especiales, como los de la renta del petróleo, incluso hubo un impuesto sobre el lujo, hoy desaparecido.


Históricamente, el peso de los impuestos directos sobre el total recaudado, fue durante largo tiempo muy superior al de los impuestos que gravaban el gasto, y los contribuyentes satisfacían, en una época en que los pagos a cuenta y los descuentos fiscales de la nómina todavía no se habían generalizado, al final de cada periodo fiscal, las cantidades que les correspondían por las rentas percibidas.


En ese momento histórico, la objeción fiscal pudo ser un instrumento muy potente, pues los contribuyentes tenían la sarten por el mango. Que sucedió después? Las administraciones públicas impusieron las retenciones y los pagos a cuenta como un medio de estabilizar su tesorería, de modo que la liquidación final de los impuestos directos no produce pago alguno en millones de casos individuales, sino que genera devoluciones por los ajustes en tarifas y deducciones fiscales.


Al mismo tiempo, toda la clase política europea tomó una decisión que hace inviable cualquier movimiento de objeción en el pago de los impuestos directos. Cuando decidieron que el peso de lo recaudado por los estados recayera en los impuestos llamados invisibles, que son los indirectos, aquellos que se incluyen en el precio de los bienes, servicios y productos energéticos que adquirimos diariamente, el tamaño de los presupuestos de los Estados creció exponencialmente, y con el la capacidad de influencia de los políticos, a la vez que el control que los contribuyentes podían ejercer sobre ellos mediante la visibilidad de lo que pagaban, quedaba diluido de modo considerable.


Ese sistema ha funcionado a fondo, elevando las tarifas y generalizando su aplicación , hasta el punto de que la totalidad de la burocracia política europea se financia hoy con fondos procedentes directamente del IVA recaudado por cada uno de los Estados. De ahí la dificultad de presionar las decisiones políticas desde la objeción fiscal que, históricamente, solo ha sido practicada en las autoliquidaciones que cada sujeto fiscal practicaba en función de sus ingresos.


Todo esto les sonará a música celestial a los partidarios del capitalismo ultraliberal, que sostienen que es no solo la mejor, sino la única forma de creación de riqueza. Si bien hay que darles la razón en este punto, deben explicar porqué omiten siempre que la riqueza creada va a parar a unos pocos bolsillos, y porqué, después de cada oleada de riqueza creada por las fuerzas ultraliberales, el reparto de la tarta deja un trozo cada vez mas exiguo, menor que el existente antes de ese ciclo, a quienes no pueden, o no quieren ejercer libremente la opción capitalista, porque carecen de capital, o de vocación para ello.


Llegados a este punto, descartada por la fuerza de los hechos la posibilidad de la objeción fiscal como medio de presión para que las decisiones políticas corrijan los fallos o disfunciones del mercado, causa de conflictos, hambrunas, muertes y otros efectos colaterales, ¿Que nos queda?


¿Debemos adoptar una actitud pasiva, de conformidad, por la imposibilidad de actuar?, ¿Nos vamos todos a Bruselas, especialmente allí, y sacamos a gorrazos de sus despachos a toda la pandilla de europolíticos impresentables, incapaces de poner coto a las intocables leyes del mercado y crear no solo una Europa económica, sino también social?


No dispongo de ningún sistema telefónico para medir el sentido de sus opiniones, pero pueden dejar sus comentarios aquí, en el Blog.


Lohengrin. 12-06-08.



miércoles, 11 de junio de 2008

EL TRANSPORTE

El sector del transporte y sus extensiones, estibadores y demás, tiene una historia en todas partes jalonada de acciones desestabilizadoras y relaciones mafiosas, como la huelga del transporte en Chile que inició la estrategia del golpe contra Allende, la quema de camiones en el puerto de Valencia, o la recreación cinematográfica de esos conflictos en USA que consagró La Ley del silencio, por no hablar de uno de los mayores mafiosos del sector en Heliópolis, Virosque, que usó de trampolín para su acceso a los entresijos de la política, la portavocía de los intereses profesionales que supuestamente representaba.


Lo que tenemos ahora en las carreteras, en los mercados, en los puertos y en las fronteras es, me parece a mi, un conflicto intrasectorial, marcado por la composición desigual y las relaciones desequilibradas entre la patronal de los propietarios de flotas, que las gestionan con criterios empresariales, los intermediarios que ni siquiera tienen flota, pero controlan la contratación con un teléfono, una mesa y una silla, y los mal llamados autónomos, en realidad obreros multidependientes del transporte que van al tajo con su herramienta motorizada, como iban los antiguos obreros de la construcción, aquí llamados obrers de vila, con su atillo de herramientas, la paleta, la catalana o el nivel, porque si no, no les daban trabajo.


Simplificando, pero sin la menor intención demagógica, lo que tenemos delante de nuestras narices es un conflicto entre explotadores y explotados, que subyace al desencadenante del incremento de los precios energéticos, porque quienes están organizados y controlan el mercado son las empresas y los intermediarios, que son quienes tienen el poder de contratar, y luego utilizan a los autónomos como mano de obra barata, pagando precios muy inferiores a los que ellos reciben, y que pueden imponer por la atomización de los autónomos, con un grado de organización y control sobre su propio trabajo prácticamente inexistente.


Una situación así, parece que debería ser regulada, pero los europolíticos, algunos de los cuales están contratando a sus propias esposas como secretarias para obtener un sobresueldo, pobrecitos, no quieren ni oír hablar de regular el mercado, porque eso es una herejía. Tal parece que el mercado es una deidad intocable que gobierna nuestras vidas con su mano invisible, pero si miras con atención la imagen antropomórfica de ese ídolo omnipresente, verás que lleva puesta una máscara, tras la que se ocultan las relaciones ancestrales entre explotados y explotadores.


Como en los antiguos altares de los sacrificios mayas, cada vez que hay un conflicto, alguien invoca la inviolabilidad del mercado y siempre hay algún muerto inocente ofrecido a ese Moloch del comercio. Si alguien levantara la máscara de esa representación, nos sorprendería ver detrás de esa ocultación tantos rostros familiares. Esos demiurgos están allí tan a gusto, disfrutando del anonimato, de sus relaciones de poder y privilegio, de la manipulación impune, y claro no quieren oir hablar de correcciones de mercado.


Cuando el mercado no funciona, cuando su funcionamiento incorrecto es causa de hambrunas, muertes y conflictos tan salvajes como el que ahora ha aflorado, los políticos nacionales, supranacionales y los que están presentes en organizaciones mundiales financieras y de comercio, están obligados a promover las correcciones que eliminen esas disfunciones trágicas.


Si no saben, no pueden, o no quieren hacerlo, nosotros tendremos que empezar a pensar en rebajar su salario a una décima parte de lo que ahora perciben, por medio de la objeción fiscal. No merecen mas. No se ganan lo que les pagamos.


Si no arreglan este desmadre, ya lo saben, en la próxima declaración fiscal, paguen solo la décima parte, el resto a una cuenta vigilada que sirva para corregir, directamente, los fallos del mercado.
Es una propuesta opinable. O sea, una opinión.

Lohengrin. 11-06-08.

martes, 10 de junio de 2008

AQUAPOLIS

Todas las aguas, de todos los mares, de todos los tiempos, han caído sobre nosotros en esta antigua ciudad del sol, aunque, en lugar de hacerlo de una vez en forma de gota fría otoñal como acostumbran, lo han hecho en forma de millones de millones de gotas calientes durante los últimos cuarenta días y cuarenta noches, dejando obsoleto el nombre que le había puesto a este lugar de ficción, Heliópolis.


El periodismo amarillo engorda con sus titulares un clima de catástrofe surgido de las protestas de los camioneros, agricultores y pescadores y promueve una psicosis de desabastecimiento alimentando la histeria colectiva, siempre proclive a responder a la menor señal de alarma para acaparar harina, llenar el depósito de gasolina y ver confirmados los peores temores de su pesimismo, siempre deseosa de una realidad, aunque sea fabricada, que la confirme.


Los principales beneficiarios de este clima apocalíptico son, por este orden, las empresas de comunicación que venden mas, y los intermediarios de materias primas y ciertos bienes de consumo , cuyas precios he leído en algún sitio que se han incrementado un treinta por ciento, en unos días


No he participado de la ansiedad de acaparar comida, ni de llenar el depósito, porque el domingo visité la Sala de la Muralla, en el Ivam –por cierto, recomiendo a la dirección que analice lo que circula por sus canalizaciones de aire-- y enseguida que me vieron los virus con trescientos años de solera que circulan por allí se tiraron a mi garganta, dejándome para el arrastre.


Después de dos días sudando en la cama, pido disculpas por haber abandonado a los amigos, a mis múltiples novias y a los usuarios del Blog, que habrán sufrido la decepción de acceder a la misma página de hace tres días, sin encontrar novedad alguna. La verdad es que, esto del Blog, comenzó siendo una vocación altruista, intermitente, y con el tiempo se ha convertido en un hábito comunicacional cotidiano, hasta el punto de que cuando incumples esa cotidianeidad, te sientes un punto culpable.


Es lo que tiene la comunicación interactiva, ya no escribes solo para ti mismo, también lo haces para tus lectores, aunque sean minoritarios. Por cierto, agradezco el interés de Alberto, en forma de comentario en la página Incentivos, dedicada a glosar unas declaraciones de Almunia sobre las relaciones entre el sistema financiero y la actual crisis que magnifica la prensa amarilla.


Afortunadamente, esta tarde juegan España y Rusia el encuentro de la Eurocopa que las televisiones interesadas en magnificar el acontecimiento llevan dos días comentando, antes de que suceda, y pueden estar seguros de que en los titulares de mañana habrá desaparecido cualquier referencia a los conflictos sociales y al clima de escasez, que se relegarán a espacios mas pequeños, y el gran titular del día será el resultado de lo que mas importa a la mayoría, ese partido de fútbol que les permitirá a los políticos que tienen que bregar con la crisis económica, negociar discretamente con los mas levantiscos, mientras el país entero se infantiliza contemplando a un señor de setenta años y a una pandilla de vienteañeros cantando eso de -A por ellos ohé, con una coreografía de guardería.


A todos nos gustan los deportes, creo, aunque unos los practiquen y otros no, pero el grado de infantilismo al que llega el periodismo deportivo, en su afán de hacer caja cada vez que se acerca un acontecimiento deportivo de masas, a mi, no puedo evitarlo, me produce una sonrojante sensación de vergüenza ajena.


En todo caso, esta vez, lo consideraré una tregua, antes de que, pasados los efectos del evento deportivo, una vez escurridos sus benéficos efectos en las cuentas de resultados de los grupos que controlan la comunicación, volvamos a ver en las pantallas, en las primeras páginas de la prensa cada vez mas amarilla, los titulares del negocio del caos, que tan buenos dividendos dan.


Llueve. No tengo memoria en mi larga vida de un ciclo de lluvias tan extendido en la primavera de Heliópolis. Llueve de forma tan cotidiana, que no es noticia. Todas las aguas, de todos los mares, de todos los tiempos, han caído sobre nosotros. Afortunadamente, no lo han hecho de una sola vez.


Lohengrin. 10-06-08.


sábado, 7 de junio de 2008

SUEÑOS

Los límites de los sueños no están en lo soñado, residen en el soñador, pues por mucha que sea su capacidad de ensoñación y de trasladar a sus seguidores la ilusión de que, en el sueño, todo es posible, el anclaje a la realidad genera una tensión que tiende a limitar el poder de los sueños.


La perspectiva del tiempo me hace ver a J.F. Kennedy mas como un aprendiz de brujo que como un soñador con dedicación completa. Lo recuerdo con un ojo abierto hacia los grandes sueños colectivos de su país que el alumbró con su magia habilidosa, la nueva frontera, la conquista de la Luna, los derechos civiles, y con el otro ojo dirigido al pacto y la componenda con mafiosos y cubanos influyentes de Miami.


Mientras esa ambivalencia funcionó como un anclaje que permitía la alternancia entre sueño y realidad, mucha gente tuvo la sensación de que todo era posible en su sueño, que parecía colectivo, imparable, hasta que el brujo, embebido en la soberbia de que el era el creador de los sueños y ese poder le daba todo el control sobre la realidad, fue abatido por los disparos de quienes, desde el lado mas oscuro de esa realidad se resistían a ceder su control, y el mundo despertó del sueño para encarar una larga etapa de vigilia, sin experimentos soñadores, hasta hoy.


Obama recoge ahora el poder del sueño como arma política, usa el lema de que todo es posible con la actitud autoconvencida y convincente del visionario, y mientras millones de personas se movilizan en torno a una nueva esperanza, las estructuras de los partidos en USA, tanto las republicanas como las demócratas, se ponen a la defensiva, alérgicas como son a cualquier actitud innovadora que amenace los usos convencionales que han predominado desde que los Kennedy mas soñadores fueron apartados del poder a balazos.


El papel de las mafias y los cubanos influyentes en la vida pública estadounidense en la era Kennedy, no es nada comparado con la omnipresencia de las fuerzas económicas y financieras que se cooptaron para alumbrar un mundo global diseñado sin rastro alguno de ensoñaciones colectivas, un traje cortado a la medida de su realidad, la que mejor ha convenido a sus intereses inmediatos, y cuesta creer que un solo hombre, Obama, sea capaz de alumbrar una nueva etapa onírica, sin pactar con las fuerzas que conducen, con mano de hierro, la realidad de nuestro tiempo.


Si la lectura que se hace del lema de Obama, Si se puede, es la de un mensaje dirigido a crear nuevas energías colectivas que se traduzcan en beneficios para el conjunto del país, asumiendo que el reparto de esos beneficios se hará respetando las férreas estructuras de poder económico y financiero que han marcado la realidad global de los últimos años, es posible que ese compromiso entre la realidad y el sueño dure, aunque no hay que esperar cambios relevantes en asuntos como la distribución de la renta entre los diversos grupos sociales, ni avances espectaculares en la situación de los grupos mas desfavorecidos.


Si la interpretación de ese mensaje es que todo es posible, su puesta en práctica implicará el enfrentamiento con estructuras de poder mas sólidas y concentradas que cuando el mundo respondía a centros de decisión bipolares, o multipolares, antes de que el capitalismo financiero, libre de la competencia entre sistemas, se convirtiera en el único modo de organización real de las economías nacionales, con independencia del signo ideológico teórico de los partidos que gobiernan cada país.


Hay un margen para operar entre ambas interpretaciones del sueño de Obama, como lo hubo en la etapa pactista del régimen kennediano. En la medida en la que Obama sea capaz de dormir con un ojo abierto a la realidad, observando en particular los movimientos de sus colegas, sean demócratas o republicanos, sin dejar de soñar con el otro ojo con sus electores, es posible que la energía positiva que ha generado su persona y su campaña se traduzca en realidades tangibles. Ojala.


Todavía es pronto para saber si el muy probable candidato demócrata alcanzará la presidencia en USA. En esa batalla, aún por librar, se enfrentarán dos alternativas diferenciadas por la tensión entre la realidad y el sueño. Mis simpatías de habitante del imperio sin derecho a voto están por Obama, aunque no puedo evitar la sensación de que es un aprendiz de brujo.


El ejercicio de la brujería tiene, sin embargo, sus riesgos. El mayor de todos es llegar a confundir la sensación de poder que proporcionan las respuestas a los conjuros en el alma de los crédulos, de los inocentes, de las gentes de buena fe, con el poder real, en manos de otros brujos que nunca se dignan comparecer en público.


Lohengrin. 7-06-08.


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viernes, 6 de junio de 2008

VIAJE A ÍTACA

Al parecer la Consellería de Educación de Heliópolis tiene en marcha una aplicación informática capaz de centralizar toda la información que la comunidad educativa necesita para el adecuado funcionamiento del sistema. Se llama ÍTACA. Pero quienes están implicados en esa comunidad, padres y profesores, me dicen que el invento no funciona.


Los padres que no han obtenido plaza escolar para sus hijos en primera vuelta, tienen que peregrinar de colegio en colegio para conocer las vacantes que quedan, porque esa información no está disponible en su conjunto, ni en los colegios, ni en la consellería, ni en las secretarias de ningún sitio.


Las Apas convocan hoy en la prensa local una manifestación para el próximo día 10, a las 19 ? horas, en San Agustín, porque dicen que sobran los motivos para ello. Hay mas de mil barracas, que reciben el nombre de colegio, como si estuviéramos en los tiempos de la pos guerra, cuando media población europea habitaba los campos de internamiento y en esas condiciones se pretende satisfacer la demanda educativa de nuestros hijos y nietos.


El informe Pisa denuncia un 50% de fracaso escolar en determinados niveles educativos. El inefable Conseller Font de Mora, lanza ocurrencias propias de una historia surrealista, como la de impartir la controvertida, por algunos, asignatura de educación ciudadana, en inglés. Nada de este desastre, imputable sobre todo a las personas que tienen las máximas responsabilidades en el sistema educativo, puede resolverlo una aplicación informática, aunque tenga ese nombre tan evocador, ÏTACA.


Somos todos nosotros, los que ejercemos nuestro derecho al voto en Heliópolis, quienes podemos resolver este grave asunto. El único medio de salvar al sistema educativo del marasmo en que se encuentra en Heliópolis, es echar a la pandilla de ineptos impresentables que nos gobierna con una total insensibilidad por la calidad de la educación pública, de la que ellos no son usuarios.


Está bien que las Apas se movilicen para denunciar esa falta de sensibilidad del gobierno de la derecha por la calidad de la educación pública de nuestros hijos y nietos, es bueno que quienes intentan desarrollar su labor en un entorno universitario ayuno de recursos lo denuncien, pero nada cambiará hasta que no echemos a esos tipos embusteros, jactanciosos, amigos de la propaganda y de la imagen, negados para entrar a fondo y resolver las cuestiones que interesan, de verdad, a la ciudadanía, y que se están eternizando en el poder político, mandato tras mandato, ante la indiferencia de una mayoría ciudadana que se conforma con lo aparente, y que ha perdido su capacidad crítica, arrasada por la ingente cantidad de recursos que se dedican a sostener las mentiras con campañas y declaraciones públicas que faltan a la verdad de los hechos.


En el barrio en el que vivo, la concentración de alumnos que no conocen todavía el idioma y necesitan de una atención mas dedicada, en determinados colegios, ha producido un efecto de huida de las familias españolas, con las consiguientes distorsiones y contradicciones con los baremos de selección por cercanía, que podrían haber sido evitadas si esa población escolar hubiera sido distribuida, como en otras comunidades, entre todo el sistema educativo, en lugar de crear guetos que hacen imposible la práctica de una pedagogía normal.


Esta falta de criterio del gobierno autonómico, que se ha dedicado a demonizar a los inmigrantes, y a buscar chivos expiatorios, en lugar de aportar soluciones inteligentes para su integración escolar, ha degradado dramáticamente la percepción de la calidad de la escuela pública, provocando un efecto de huida en favor de la concertada y la privada, que, como el Informe Pisa revela, están lejos de ser una maravilla. Tenemos un problema y si los competentes para resolverlo no lo hacen, pues hay que echarlos, es así de sencillo.


Tengo un nieto en edad escolar y pienso acudir, solidario, a la manifestación convocada por las Apas el próximo día 10, pero me temo que no comenzaremos a vislumbrar un poco de luz al final del túnel, hasta que echemos a todo el gobierno autonómico con el argumento inapelable del voto. Salvo que volvamos a incurrir, mayoritariamente, en la actitud indiferente y conformista que es la que ha creado el problema.


Ulises tuvo que emigrar, harto de que Penélope lo incomodara todos los días sometiéndolo a probarse el jersey que ella tejía y destejía cada día, porque las mangas no le quedaban bien.
Si en las próximas elecciones autonómicas no echamos a estos impresentables, igual hemos de emigrar de Heliópolis, a nuestro pesar, porque el traje educativo que Font de Mora propone a nuestros hijos y nietos, no es de su talla.


Lohengrin. 6-06-08.


P.S. Por cierto, quienes han autorizado el acto reivindicativo del día 10, a las 19 h, ¿Lo han hecho pensando en su coincidencia con el España-Rusia en la Eurocopa? Y quienes han aceptado celebrarlo en ese día y hora, ¿Son tontos, o no les han dejado alternativa? Los aludidos pueden aclararlo mediante el oportuno comentario en esta página. Gracias.


jueves, 5 de junio de 2008

LA LOTERÍA

Desde que Carlos III introdujo en España, en 1.812, la Lotería Nacional, que pronto se convirtió en la fuente de financiación para las reformas urbanísticas de Madrid que permitieron transfomar el poblacho que era en una ciudad a la usanza europea, con el dinero de los pobres, ese acontecimiento alcanzó poco a poco el reconocimiento de las tradiciones populares que arraigan en el imaginario de las gentes con vocación de permanencia, sostenido hasta hace poco por los maravillosos anuncios televisivos del inefable calvo que promocionaba la magia del azar en un paisaje invernal.

En Heliópolis, los tipos impresentables a los que pagamos con nuestros impuestos para que gestionen los recursos públicos de un modo ordenado, mueven las partidas presupuestarias de un lado a otro, como si fueran fichas de dominó, y han alcanzado el dudoso mérito, con su gestión desastrosa de los caudales públicos, de que los derechos constitucionales a una vivienda, o a una plaza escolar, se conviertan en asuntos de azar semejantes a la lotería, pues todos hemos visto imágenes de los sorteos a los que acuden quienes han solicitado la satisfacción de su derecho a una vivienda, que no es gratuita, sino que tienen que pagar, sentados en una tribuna como quien acude a presenciar la extración de las bolas de la fortuna en los salones donde se celebran los sorteos del gordo de navidad, o conocemos a alguna pareja joven, con un hijo cuya escolarización va a depender al final de factores de azar.

Estos indeseables que malgobiernan Heliópolis, no solo no han dedicado recursos suficientes a la promoción de viviendas accesibles a los jóvenes, ni han construido nuevas unidades escolares en barrios que hace treinta años que tienen los mismos colegios, mientras su población se ha duplicado, sino que mandan a los alevines de su partido a recoger firmas por las calles, para reclamar al gobierno central los recursos que les faltan para salud pública y educación, porque se los han gastado en otras cosas.

Es evidente que el gobierno central debe devolver a los habitantes de Heliópolis una parte de los recursos que recibe en forma de impuestos, y que debe hacerlo considerando las nuevas necesidades derivadas, no solo del aumento de población, sino de las nuevas necesidades sociales derivadas de otros factores demográficos, como el envejecimiento, --mayor número de plazas en residencias- el índice de morbilidad de una población mas envejecida, mejor atención sanitaria, con menos esperas y a la vez atender las necesidades de escolarización de una población infantil creciente, pero si el gobierno central facilita unos recursos destinados a esos fines, y el autonómico se los gasta en otras cosas, mediante la prestidigitación presupuestaria, por muchos nuevos recursos que se reciban, para los que se piden firmas en la calle, eso no garantiza en absoluto que se destinen a satisfacer las demandas sociales de educación y sanidad en la medida en que es necesario hacerlo.

Por otro lado, el recurso al endeudamiento es una fórmula válida para poder atender necesidades como un mayor número de plazas escolares, cuando los presupuestos se han quedado cortos para una población infantil que crece mas de lo esperado, pero, claro, cuando ese recurso, la deuda, se ha agotado para otras finalidades menos perentorias, se quedan sin el colchón que toda administración debe conservar para una respuesta razonable y adecuada a las demandas sociales.

Me produce náuseas ver como estos tipos, a los que mis paisanos se empeñan en votar una y otra vez, ellos sabrán porqué, privatizan espacios como el Umbracle, con concesiones a empresas privadas de espacios que eran de uso común, o arriendan a extranjeros –el patrón de la Fórmula 1- viales e instalaciones portuarias, previa una inversión opaca, cuando no desconocida, en reformas y adecuación de esos espacios públicos para fines que no son de interés del conjunto de la población, y a la vez lloran como plañideras y nos piden la firma para denunciar la injusticia de que somos objeto los ciudadanos de aquí, castigados por un gobierno que, al parecer, nos es hostil.

Hace falta tener la cara dura para entrar a saco en los presupuestos públicos como ellos lo hacen, abandonando a su suerte las demandas sociales, y luego practicar una ocultación victimista y obscena tras la sombra de un chivo expiatorio.

Si la economía consiste en asignar los recursos escasos entre usos alternativos, la política, en esencia, debería consistir en elegir aquellas alternativas de gasto que mas se aproximen, razonablemente, a las necesidades de los colectivos sociales que generan mayores demandas, niños en edad escolar, ancianos necesitados de atención, enfermos que precisan atención sanitaria, jóvenes que necesitan viviendas asequibles. Para eso, señores peperos, son los impuestos. Para lo demás, bailes de la rosa, eventos deportivos, alardes arquitectónicos, ya está la iniciativa privada, y ni un solo euro de los caudales públicos debe ser dedicado a esos fines, si las necesidades mas imperiosas están por cubrir.

Esto, es una cuestión tan elemental de la cultura pública, que cualquiera que tenga el graduado escolar lo sabe. Ustedes tembien lo saben, pero les importa un carajo. Por eso recurren al azar, los sorteos de viviendas asequibles, plazas escolares y pronto, residenciales.

Claro, mientras mis paisanos les voten una y otra vez, ustedes se sienten legitimados para seguir con su política de circo y azar. Vale. Pero no me pidan la firma por la calle para reclamar a otros lo que ustedes no hacen.

Lohengrin. 5-06-08.

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