jueves, 20 de octubre de 2011

ACADEMIA DE NOCTURNOS

Ayer recuperamos la vieja costumbre de asistir a los conciertos de los miércoles en La Nau, suspendida durante un año, porque el horario de las clases de teatro del curso pasado, al coincidir en la misma tarde impar y central de esos acontecimientos musicales lo impedía.

La reanudación de nuestra asistencia a esas audiciones no ha podido ser mas gloriosa. El concierto de música antigua ofrecido por 'LA ACADEMIA DE LOS NOCTURNOS', un grupo compuesto por Lafont, soprano, Sprenkeling, flauta, Alonso, violín, Giménez, bajo, y Isaac, maestro del clavicémbalo, que toma su nombre, según reza el folleto, de una academia literaria activa al fin del siglo XVI en Heliópolis, ha rebasado nuestras expectativas.
(...)
Además, el carácter ecléctico del sonido del grupo, que combina instrumentos antiguos, clavicémbalo, flauta, tiorba, con otros mas modernos, fagot y violín, junto con la intemporalidad de la voz humana de la soprano, que me pareció el instrumento mas maravilloso de todos, conecta muy oportunamente con el eclecticismo que trato de practicar en el blog, no siempre con éxito.

No puedo transmitir a ustedes la altura del placer estético que sentí al escuchar la voz de la soprano al inicio del concierto. Cerré los ojos y no me fue posible descubrir el origen de esa voz, si venía de alguna doncella a quien habían dejado entera, o de un castrati de quien se habían llevado una parte.

Ahora tengo delante el folleto y veo que se trató del aria di Ruggiero, pero cuando la escuché me pareció que era algo sagrado con influencias gregorianas y en ningún momento me pareció escuchar a una soprano, sino a una criatura angelical que no podía ser de este mundo. En las interpretaciones que siguieron, que me pareció que tenían un aire mas profano, mas lírico, la cantante apareció y esa sustancia inmaterial que había habitado por unos minutos el ámbito de La Capella, ya no volvió a hacerse presente.

El concierto continuó, hasta once intervenciones mas, en las que se alternaron piezas vocales, con otras instrumentales, y en las que los instrumentos antiguos y modernos daban, alternativamente, un carácter peculiar a cada sonido.

Lástima que una parte del público no estuvo a la altura, empeñándose en salir de la sala sin esperar a que los ejecutantes terminaran la pieza, en algunos casos produciendo un desagradable y demasiado perceptible ruido al cerrar el portalón que da acceso a La Capella. Que se le va a hacer. Hay gente pa'tó. Y que el ruido exterior --se celebraba otra cosa en el claustro, y el murmullo de la gente era muy perceptible en el lugar que ocupábamos, cerca de la puerta-- molestara.

Ninguno de esos inconvenientes empañó, para nada, la brillantez de la interpretación de los músicos, pero sobre todo, de la soprano. Lafont, dime en que planeta has aprendido
a llevar al público al estado de éxtasis que nos capturó en tu aria di Ruggiero, quiero visitarlo, es mas, quiero quedarme allí, siempre.

El próximo miércoles, a las 19,30, hay otro concierto. Música vocal. Neovocalis. Pero no se les ocurra ir, dejen el aforo, que es limitado, para nosotros. Ayer no quedaba ni un asiento libre.

En fin. Academia de Nocturnos.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM)20-10-11.

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