viernes, 14 de octubre de 2011

LA GALLERA

He acudido a la tertulia de los viernes, después de entrar en un comercio de didáctica de la Galería Jorge Juan. Buscaba representaciones esféricas del globo terrestre para escolares, por encargo de mi mujer, para regalar una a mi nieto mayor.

Hay tanta variedad que no me he decidido por ninguna y me he limitado a recoger información para una compra posterior. Globos hinchados serigrafiados con lo que antiguamente se llamó el mapa mundi, de diversos tamaños y unos precios que oscilan entre los ocho y los quince euros. Esferas rígidas con iluminación, la de 26 cm. por 24 euros, y la de 30 cm. por treinta, y hasta una en relieve que era lo mas, por 44 pavos. Todas esas representaciones de la tierra tenían una esfericidad perfecta, a diferencia de la foto obtenida con técnicas especiales de 3D publicada por un suplemento semanal, con pie de Millás, en la que se veía claramente que parecía una patata.

Cumplido el encargo, he evacuado la vejiga en los aseos de la galería porque, aunque mi mujer me tiene dicho que salga meado de casa, en esto, como en tantas otras cosas, no ha conseguido educarme del todo. Después, me he dirigido a la tertulia.
(...)
Había gente nueva y faltaba gente conocida, pero mi primera intervención ha debido ser imprudente. Los contertulios estaban buscando una palabra, eso que se pone detrás de los espejos, y al intervenir yo para decir 'azogue' ha habido reacciones encontradas. Mientras R.V. decía 'que bonita palabra', otro tertuliano, a quien no conocía porque el viernes pasado no acudió, me ha reconvenido, muy amablemente, 'por tirarme a la yugular el primer día'.

En otro momento de la conversación, he lanzado una pregunta. ¿Alguien tiene información de como era La Gallera cuando se apostaba allí en las peleas de gallos. Para mi sorpresa, algunos de los presentes ni sabían donde está.

R.V., que es un pozo de sabiduría y posiblemente el mayor investigador de la cultura que pulula por los periódicos, pero habla tanto que no me ha dejado decirle que el otro día puse a parir un artículo suyo, --no a el-- me ha facilitado cumplida información. En ese local nunca hubo gradas, en contra de lo que dije una vez en el blog, sin documentarme lo suficiente, allí no había gradas, había un ruedo elevado sobre el nivel del suelo, donde se celebraban las peleas, y la gente las veía desde la balconada elevada que todavía se conserva. Junto al ruedo, también hubieron, alguna vez, mesas y sillas.

He vuelto a disfrutar en la tertulia del talante sabiamente humanista de C.P., con quien
percibo un feeling especial y he notado una cierta hostilidad de el tertuliano sentado a mi derecha, a quien no conocía aún, ignoro si porque me considera un intruso inoportuno, o porque es conocedor de la agresividad hiper crítica que destila, a menudo, el contenido del blog. Espero averiguarlo, y tener ocasión de suavizar esa mala impresión, en futuras ocasiones.

La tertulia no se ha prolongado demasiado. Unos se han ido a una librería a buscar un libro descatalogado, y R.V., M.T. y yo hemos salido en dirección al mercado de Ruzafa a comprar unas lechugas y pescado fresco. Por el camino, R.V. ha desgranado toda una tesis doctoral sobre la figura de Blasco Ibáñez, en relación con la exposición que ahora se exhibe en el Muvim, De nuevo me ha sido imposible comunicarme con el, con lo que me voy con la mala conciencia de no decirle, directamente, mi opinión sobre su último artículo
publicado que figura en una página del Blog, 'Erupción', creo.

El mayor misterio de este viernes no han sido las variadas actitudes, las sabidurías y las ignorancias que han aflorado en la tertulia de hoy, como en cualquier otra, sino el hecho de que en el puesto de verdura del mercado, las lechugas presentaban un aspecto algo pobre, por no decir miserable, mientras que los rábanos ofrecían una presencia exultante, un color rojo brillante espectacular, un tamaño rotundo. Como no se nada de agricultura, no entiendo el misterio.

Menos mal que la tertulia no era de agricultores, aquellos que apostaban por la sangre de los gallos, porque habría hecho un ridículo todavía mas evidente que el que tal vez algunos tertulianos han percibido en mis intervenciones de hoy.

En fin. La Gallera.

LOHENGRIN (CIBERLOHENGRIN.COM)14-10-11.

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